Incertidumbre por la posible venta del Edificio Telefónica, un «anuncio» de 90 metros valorado en 300 millones de euros

Incertidumbre por la posible venta del Edificio Telefónica, un «anuncio» de 90 metros valorado en 300 millones de euros

Expertos en el mercado inmobiliario y en la protección patrimonial opinan sobre una hipotética operación ante la cual la compañía guarda silencio. El primer rascacielos de Madrid pronto será centenario y es un emblema comercial e histórico de la Gran Vía, donde proliferan cada vez más los alojamientos de lujo

Telefónica baraja la venta de su histórico edificio en la Gran Vía de Madrid

“Se pretendía que el nuevo edificio representase una embajada de la compañía y también un anuncio”. Así recuerda el documental Gran Vía 28, impulsado por la Fundación Telefónica, el papel preponderante que la compañía de telecomunicaciones otorgó desde el principio a su gran sede en el centro de Madrid. Ideado por el arquitecto Ignacio de Cárdenas y construido entre 1926 y 1930, el emblemático Edificio Telefónica fue el primer rascacielos de Madrid y el segundo de España, después del Banco Pastor de A Coruña. Hasta entrados los cincuenta se convirtió además en el edificio más alto de la ciudad. Ahora, cuando se cumple un siglo del inicio de su proyección, crece la incertidumbre a su alrededor debido a las noticias sobre su posible venta. Un futuro imprevisible que podría sacudir los cimientos de un recinto de 90 metros cargado de pasado.

Fuentes especializadas en el mercado inmobiliario del sector de oficinas en Madrid, que prefieren colaborar con este reportaje de manera anónima, apuntan de antemano la dificultad de cuantificar las cifras que podrían moverse en una operación de este calado. “Hay que aclarar en primer lugar el modelo acordado con el nuevo comprador, que no tiene por qué implicar la desvinculación total de la compañía con el espacio”. Por el momento el grupo guarda silencio y no ha atendido las consultas trasladadas por este diario.

Telefónica lleva dos décadas potenciando la venta de sus cuantiosas centrales de telefonía, en muchas ocasiones reconvertidas en pisos de lujo residencial u hotelero. Desde 2015, la entidad se ha desprendido de inmuebles por todo el país por un valor total en torno a los 1.000 millones de euros, según datos del portal inmobiliario Addmeet recogidos por El Confidencial. La empresa ahora presidida por Marc Murtra ha optado habitualmente por ceder muchos de esos inmuebles con la fórmula sale & leaseback. Esto es, seguir explotándolos después de su venta durante un determinado período de tiempo, gracias a un alquiler con condiciones ventajosas acordadas con la nueva propiedad.

Venta millonaria en un entorno convertido en “caramelo del sector hotelero”

Pese a esta forma de venta y otros aspectos por concretar en una cesión que todavía entra en el terreno de lo hipotético, un experto avanza en declaraciones a Somos Madrid que las cifras adelantadas por Bloomberg en la primera noticia sobre esta operación podrían quedarse cortas: “La estimación de los 250 a 300 millones de euros estaría en el umbral bajo dada la situación del mercado y la ventajosa posición de Telefónica, que no tiene una necesidad acuciante por desprenderse de este activo”. La reconversión de Gran Vía al turismo de lujo, con miles de nuevas plazas hoteleras surgidas los últimos años en antiguos edificios de oficinas o viviendas, convierte la icónica arteria de Madrid en “un caramelo para los gigantes del sector hotelero”.


Fachada del Edificio Telefónica, en el número 28 de la Gran Vía.

Ese uso de hospedaje fue el destino de otro de los emblemas patrimoniales de la zona, el Edificio España, situado en la plaza homónima al final de la Gran Vía. Los paralelismos son claros, ya que también ostentó durante años (desde su inauguración en 1953 hasta la construcción de la Torre de Madrid en 1960) la condición de rascacielos más altos de Madrid. En 2017, el grupo murciano Baraka lo compró al conglomerado chino Wanda por 272 millones de euros. Solo unas horas después, Baraka lo vendió a la cadena hotelera RIU, que invirtió una cantidad situada entre los 350 y los 400 millones.


Fachada principal del Edificio España / Flickr: Rubén Vique

Las cifras de aquella operación pueden servir de guía, aunque hay importantes matices. De un lado, el Edificio España cuenta con 77.000 metros cuadrados por los algo más de 6.000 del de Telefónica. Pero a la vez el mercado inmobiliario ha vivido un fuerte alza de precios en estos ocho años. Y lo que es más importante, aquella operación de 2017 se llevó a cabo después de un largo período de abandono y falta de uso en el inmueble de plaza de España. Un deterioro que convirtió la operación en una urgencia para Wanda ante la presión ciudadana y de las administraciones. En el caso del Edificio Telefónica, por contra, la compañía mantiene su sede a pleno rendimiento y puede marcar los tiempos a su antojo.

Edificio “singular” con “máxima protección” que pudo ser unos grandes almacenes

El futurible nuevo propietario y nuevo uso deberá respetar, eso sí, el valor patrimonial del inmueble. Así lo recalca en declaraciones a Somos Madrid Amparo Berlinches, arquitecta especializada en patrimonio y planificación urbana: “Tiene catalogación SINGULAR por el Plan General de Ordenación Urbana del Ayuntamiento de Madrid, es decir la máxima categoría de protección”. De este modo, cualquier intervención debe respetar sus elementos históricos y efectuarse con las preceptivas autorizaciones de las direcciones patrimoniales del Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid.


Imagen de la construcción del Edificio Telefónica de la Gran Vía de Madrid, tomada en 1927.


Obreros sobre andamios durante la construcción de las plantas superiores del Edificio Telefónica en 1928, con la vista de una Gran Vía donde todavía no estaba el famoso Edificio Carrión.


Interior del vestíbulo del Edificio Telefónica en 1984.

El tiempo dirá si Gran Vía, 28, terminará por desligarse del sector de las telecomunicaciones. Una función a la que estuvo a punto de no haberse dedicado nunca, al menos en el momento de su concepción. Según la información recopilada en el portal municipal Monumenta Madrid, el solar de más de 2.000 metros cuadrados en el que se asienta “tuvo prevista la apertura del que debió ser el segundo centro comercial de la Gran Vía, tras los Almacenes Rodríguez inaugurados en 1921”. De hecho, el terreno llegó a ser adquirido por la Sociedad de los Grandes Almacenes Victoria y el arquitecto Joaquín Juncosa Molíns presentó un diseño en 1922.

Pero solo tres años después, la parcela pasó a manos de la Compañía Telefónica Nacional de España, que había sido fundada en 1924 como filial de la estadounidense International Telephone and Telegraph Corporation (ITT). Pagó más de 3 millones de pesetas, una fortuna en aquella época, a las que hubo que sumar otras 850.000 como compensación por el proyecto original frustrado. Ignacio de Cárdenas lideró el diseño después del abandono de su maestro, Juan Moya Idígoras, por las exigencias de la empresa. No obstante, mantuvo algunas de las líneas maestras de su predecesor, como un modelo neobarroco de estilo imponente y majestuoso. “Muy madrileño”, recoge la descripción de Monumenta Madrid.

Aunque la fachada daba un aspecto de homogeneidad, en su interior convivían actividades de lo más diversificadas. El subsótano se destinaba a instalaciones técnicas; el sótano a cajas fuertes, laboratorio de materiales y almacenes; la planta baja y entresuelo para vestíbulos de acceso y servicios de atención al público; el piso primero para oficinas y servicios médicos; segundo y tercero para equipos automáticos; cuarto y quinto para oficinas y líneas interurbanas atendidas por operadoras, con guardarropa, comedor, sala de descanso y dormitorios; del sexto al duodécimo se extendían las oficinas de la compañía, interrumpidas por la planta noble del noveno, con los despachos de directivos y la sala del consejo; para el decimotercero se ideó un gran salón de conferencias y usos múltiples, biblioteca, y oficinas de la Asociación de Empleados; mientras que la torre se concibió para acoger un depósito con 45.000 litros de agua, sirviendo a la vez como un privilegiado mirador.

Mucho ha cambiado desde que comenzara a erigirse el rascacielos de Gran Vía, 28. En el mundo, en España, en Madrid y en su interior. La creación entre 2004 y 2008 de la macrosede corporativa Distrito Telefónica, en Las Tablas (al norte de la capital), implicó la concentración de sus operaciones en esta superficie de más de 370.000 metros cuadrados, 140.000 de ellos cubiertos por edificios a los que acuden a trabajar más de 10.000 personas. Precisamente esta inversión, superior a los 500 millones de euros, fue el movimiento que llevó a Telefónica a deshacerse de numerosos inmuebles por Madrid y por el conjunto del país, una estrategia emprendida por su expresidente ejecutivo César Alierta.

Actualmente solo una de las plantas del Edificio Telefónica mantiene la función de central telefónica (con capacidad para dar cobertura a 60.000 líneas), frente a las cinco que se dedicaban a ello originalmente. Una parte de las instalaciones se dedican a tienda y a la labor histórica y sociocultural de la compañía, así como a experiencias propias o en colaboración con otras marcas. La planta baja y la primera albergan el Espacio Movistar, objeto de una importante reforma el pasado año. Este escenario combina la vertiente comercial con la recopilación del patrimonio histórico ligado al lugar durante las últimas décadas. En el inmueble se encuentra además el Espacio Fundación Telefónica, con una sala para eventos en la que habitualmente se llevan a cabo presentaciones literarias o grabaciones de pódcasts. Porque puede que el Edificio Telefónica ya no sea la principal embajada de la empresa, pero sigue funcionando como su anuncio más potente.