
Pere Aragonès renuncia al sueldo de expresident para dirigir la empresa hotelera de su padre
Un año después de abandonar la Generalitat, pasará a asumir tareas financieras en la compañía familiar
España, uno de los tres países desarrollados que pagan a expresidentes y exministros tras dejar el cargo
Pere Aragonès ha renunciado a su sueldo de expresidente del Govern desde este martes para poder dirigir Golden Hotels, la empresa hotelera de su padre. De esta manera, quien abandonó la presidencia de la Generalitat a los 41 años ha renunciado a un sueldo que le habría cubierto hasta los 45 y sólo un año después de haber dejado el cargo.
En un comuinicado publicado en redes, Aragonès ha remarcado que “de la política institucional se debe poder y querer salir”. En el texto, el expresident asegura que “se cierra una etapa y, al mismo tiempo, nada cambia en lo esencial. Mi compromiso con Catalunya es el mismo”.
En este sentido, el expresident considera que es “fundamental” saber cerrar bien estas etapas para “seguir siendo útil”. “Ni aferrarse a los cargos ni convertirlos meramente en un medio de subsistencia, ni acabar reducido a una figura de vitrina”, asevera.
El expresident no había tenido hasta ahora ninguna vinculación profesional con la empresa familiar, con sede en Pineda de Mar (Barcelona). A partir de ahora, asumirá tareas relacionadas con las finanzas y la tecnología.
Ahora bien, lo que sí se mantendrá activa es la oficina del expresident, ya que Aragonès quiere mantener su agenda institucional y seguir cumpliendo con las obligaciones ligadas a la expresidencia.
También seguirá con sus estudios de doctorado. Está estudiando la tesis en la Universitat de Barcelona y, además, está ejerciendo como profesor asociado de historia económica en la Universitat de Vic.
Con todo, y según lo establecido en la ley, Aragonès ha renunciado a un sueldo que equivalía al 80% de su asignación como president durante la mitad de tiempo que hubiera estado en la presidencia y, como mínimo, durante una legislatura.
Una vez pasado este periodo, la ley no contempla ninguna percepción más hasta los 65 años, cuando los expresidents tienen derecho a una jubilación vitalicia que equivale al 60% de su sueldo en el cargo.