Robert Redford y Paul Newman, el verdadero ‘golpe’ fue encontrarse

Robert Redford y Paul Newman, el verdadero ‘golpe’ fue encontrarse

Los actores, que rodaron juntos ‘Dos hombres y un destino’ y ‘El golpe’, forjaron una amistad que superó la complicidad que derrocharon en la gran pantalla

Muere el actor Robert Redford a los 89 años

Al pensar en Paul Newman y Robert Redford pareciera que hubieran rodado juntos la mitad de sus extensísimas –y brillantes– filmografías; pero no. La realidad es que bastaron únicamente dos películas para que se convirtieran en una de las parejas más icónicas de la historia del cine, que este martes dice adiós a su segundo integrante. El director George Roy Hill fue el encargado de unir a las dos estrellas de Hollywood y conseguir que su carisma y talento individual se sumaran para generar una altísima cota de complicidad tanto dentro como fuera de la pantalla. Las dos cintas memorables que firmaron juntos fueron Dos hombres y un destino y El golpe, se hicieron amigos íntimos y se cuidaron en todo el éxito que seguiría llegándoles, por separado, después.

Sus caminos se unieron en 1969, gracias a la insistencia de Newman –que para entonces ya había sido cuatro veces nominado al Oscar–, hacia el director del clásico western para que contratara a Redford, de once años menos que él, y que ya había destacado en papeles como La jauría humana y Descalzos por el parque. Fue su pareja, la actriz Joan Woodward, la que le recomendó que le contactara, después de haberle visto en Broadway. Previamente, habían estado sobre la mesa otros nombres como Dustin Hoffman, Warren Beatty y hasta Marlon Brando. Redford aceptó sin mirar el guion y Newman le ayudó a preparar las audiciones con las que logró convencer al cineasta.


Los actores Paul Newman y Robert Redford, en la película ‘El golpe’

Así, la insistencia del más veterano terminó siendo todo un acierto, también para ellos, ya que Redford terminaría reconociendo que trabajar junto a Newman había sido una de las experiencias más felices de su carrera. No en vano, supuso el inicio de cerca de cuatro décadas de estrecha amistad. Ambos derrocharon humor en las pieles de Butch Cassidy y Sundance Kid, como forajidos que se daban a la fuga después de asaltar a un tren. William Goldman, que posteriormente escribiría el libreto de Todos los hombres del presidente y La princesa prometida, se encargó del guion de la película que cosechó cuatro premios Oscar (guion, fotografía, canción y banda sonora).

De chatarra a escultura

Cuatro años después, repitieron como dupla infalible en El golpe, un filme que imprimieron de humor y que se vivió como un esperado reencuentro –pese a no haber pasado tanto tiempo–, en el que en cierto modo invirtieron el carácter de sus personajes. En ella se metieron en la piel de dos timadores unidos para vengar la muerte de un amigo.

Más allá de lo que dio de sí su buen hacer en pantalla, que cosechó siete estatuillas –incluidas Mejor película, director y guion–, terminó de culminar su camaradería, no exenta de bromas entre ellos. Fue una gamberrada de Redford en el 50 cumpleaños de Newman la que pareció iniciar un camino de bromas entre ellos. Su felicitación consistió en regalarle un Porche que apareció en el jardín de su casa, pero que por tener, no tenía ni motor. El intérprete de Camino a la perdición y La gata sobre el tejado de Zinc le respondió enviándole una escultura conformada con los restos de la chatarra del vehículo que su amigo le había entregado previamente.


La emblemática pareja de actores, en ‘Dos hombres y un destino’

Su amistad continuó hasta que Newman falleció de cáncer de pulmón a los 83 años en 2008. “Hay momentos en los que los sentimientos van mucho más que las palabras”, manifestó entonces un devastado Redford. Poco antes, le había invitado a participar en el largometraje que terminaría llamándose Grandes amigos, pero para entonces un enfermo Newman lamentó no poder hacerlo. No volvieron a compartir cartel ni títulos de crédito, pero aquello no impidió que los actores se apoyaran en sus carreras y vidas personales, dos vidas en las que seguramente para ambos, el verdadero gran ‘golpe’ fuera encontrarse.