
El Gobierno de Almeida quiere dedicar una placa a Raphael en la casa en la que vivió y de la que fue desahuciado
El pleno de Tetuán aprobará este jueves instalar una placa conmemorativa en la casa de la calle de Las Carolinas, junto a Cuatro Caminos, en la que vivió el cantante de Linares desde los nueve meses. De ella guarda grandes recuerdos, pero también el ingrato episodio por el que la familia tuvo que marcharse
Alice Wonder y los otros cantantes de Tetuán que la antecedieron, de Jarfaiter a Raphael
El jueves se debate en el pleno de la Junta Municipal de Tetuán la propuesta de instalar una placa conmemorativa al cantante Miguel Rafael Martos Sánchez, más conocido como Raphael, en el edificio que da al número 1 de la calle de Las Carolinas y el 149 de Bravo Murillo. Allí, el artista vivió sus años de la niñez y la adolescencia.
La propuesta proviene de la concejala presidenta del distrito (PP) y será aprobada sin problemas debido a la mayoría absoluta que disfruta el partido de Almeida en la ciudad. Aunque todo el mundo sabe que la cuna de Raphael (1944) está en Linares, con solo nueve meses su familia se trasladó al barrio de los Cuatro Caminos, donde vivió en el citado edificio, que aún está en pie, en una casa que pertenecía a una tía de su padre.
En numerosas entrevistas el cantante ha mostrado un gran recuerdo de su infancia en Tetuán. Desde el tercer piso, divisaba el ajetreo de Bravo Murillo y el puesto de melones de debajo de casa. También la iglesia de San Antonio, que le vio cantar sus primeras notas.
En su escolanía cantaba Juan, su hermano mayor, que también estudiaba en el colegio de los capuchinos anejo a la iglesia, y no le fue difícil empezar a cantar él también con solo cuatro años. Permaneció en el coro de la iglesia hasta los diez, cuando ya había ganado el premio a la mejor voz de Europa en el Festival de Salzburgo.
El pequeño Raphael, aún «Falín», frente a la puerta de la Iglesia de San Antonio, en cuya escolanía comenzó a cantar con solo cuatro años
Su vida en Tetuán marcó para siempre la vocación del artista, pues coincidió con el nacimiento de su interés por la música y el espectáculo. En distintas ocasiones ha señalado como episodio clave haber asistido con doce años a unas representaciones de La Vida es sueño, organizada por la Compañía de Teatro Popular del Teatro Español e interpretada por Josita Hernán en el solar de las cocheras de los tranvías, junto a Cuatro Caminos.
En aquella época se adentraba caminando en el centro de Madrid y se camelaba a los porteros de los teatros para que le dejaran ver la función. Y trabajó también en asuntos ajenos a los escenarios: en un puesto de melones, repartiendo paquetes, llevando los trajes de una tintorería y como aprendiz de sastre. Sin embargo, su buena fortuna en los concursos musicales de la radio le permitirían ir abandonando el resto de ocupaciones. A los diez años había dejado el colegio de San Antonio y su madre le había apuntado a una academia de los Cuatro Caminos. Con dieciséis, firmó su primer contrato con Phillips Records, cuya sonoridad ph le dio la idea para el nombre artístico.
Cuando murió la tía de su padre tuvieron que marchar a vivir a otra casa en Carabanchel. Sufrió “eso que es ahora tan famoso, el desahucio”, según contaba en una entrevista en el periódico El Mundo. En otras biografías se relata el momento en el que encontró a su madre en la puerta de la casa con los enseres de la familia, después de una orden judicial de desalojo. Sin embargo, el joven no tardaría en triunfar, ganar el festival de Benidorm y volver al entorno pudiente de su mismo barrio, en la Castellana (a la zona entonces conocido como Corea).
El resto es la historia de una carrera jalonada por éxitos que se prolonga hasta hoy. Después de superar un problema de salud que le alejó de las tablas las pasadas navidades, reapareció el pasado mes de junio y esta misma semana ha triunfado en La Maestranza (Sevilla).
El cantante Raphael en 2018, cuando fue nombrado hijo adoptivo de Madrid junto a la entonces alcaldesa, Manuela Carmena
El Ayuntamiento de Madrid ha brindado al antiguo vecino de Cuatro Caminos otros homenajes pasados. El más vistoso, por el que ha entrado a formar parte de una selecta lista, se lo dio en 2018 la alcaldesa Manuela Carmena, quien le hizo entrega del título de Hijo adoptivo de la ciudad de Madrid. Próximamente, la casa donde vivió Raphael con su familia tendrá una placa en su fachada que recuerde a aquel muchacho del barrio al que por entonces llamaban Falín.
Suscríbete a las informaciones más cercanas
Recibe las noticias más importantes de Madrid con un boletín escrito para ti, todos los viernes en tu correo. Apúntate aquí y recíbelas junto a los mejores planes para el fin de semana. También puedes seguirnos desde tu red social preferida, en Facebook o Bluesky