Luis Argüello: «Tengo fotos con Abascal y con Illa, no soy ni un progre de los años 70 ni un facha del siglo XXI»

Luis Argüello: «Tengo fotos con Abascal y con Illa, no soy ni un progre de los años 70 ni un facha del siglo XXI»

En un debate con el president de la Generalitat, el líder de los obispos denuncia que «la polarización es una estrategia para conseguir resultados electorales», y justifica su amistad con el líder de la ultraderecha

Un diálogo de guante blanco entre dos católicos practicantes. Uno, socialista, president de la Generalitat. El otro, conservador, presidente de la Conferencia Episcopal española. Salvador Illa y Luis Argüello debatieron este mediodía en la Fundación Pablo VI sobre migraciones, polarización política (y eclesial), relaciones Iglesia-Estado y democracia, en un encuentro en el que ambos reivindicaron encuentros no siempre bien entendidos, incluso en sus propias filas. Así, Illa defendió su reunión en Bruselas con Carles Puigdemont —“¿Cómo no voy a poder encontrarme con el representante de la segunda fuerza política? Pensamos distinto, pero convivimos”, reflexionó, reivindicando “un espacio mínimo común”— mientras que Argüello hizo lo propio con su relación con el líder de Vox —“En este lugar me he hecho una foto con Illa y antes con Santiago Abascal, y no me arrepiento de ninguna de ellas. No soy el rojo de los años 70 ni el facha del siglo XXI”—.

“Es un buen católico, que reza a diario, va a misa, pero menos de lo que me gustaría”. Esa fue la definición que en su día hizo el cardenal de Barcelona, Juan José Omella, sobre el president, quien reivindicó la compatibilidad de su vocación a la política desde su compromiso cristiano.

En tiempos de polarización, ¿es posible el diálogo?, arrancó el debate. “No sólo es conveniente, sino que es necesario”, subrayó Salvador Illa. Eso sí, “siempre que haya capacidad de escuchar, ponerse en el lugar del otro e intentar entender sus razones”. Por su parte, Argüello denunció a los que “demonizan” a los que piensan diferente. “¿Por qué hay tanta dificultad en la sociedad actual? Porque se dice que con ‘estos’ no se puede hablar”, trazó el presidente del episcopado, quien denunció que “la polarización es una estrategia para conseguir resultados políticos”, aunque admitió que “en la Iglesia hemos vivido ese contagio”, especialmente en la cuestión migratoria.

“Hay corrientes organizadas que hacen de la polarización una estrategia, con el objetivo de deslegitimar las instituciones que son de todos”, advirtió Illa, quien lamentó que faltan “espacios públicos compartidos”, un “espacio mínimo común” en el que poder dialogar. “A mí me gustaría que en la Iglesia también se viviera esto”, coincidió el arzobispo de Valladolid, quien pidió “un esfuerzo para contagiar el diálogo”.

En cuanto a las difíciles relaciones entre política y religión, Argüello pidió “respetar el Estado de Derecho”, denunciando el “relativismo moral” que, en su opinión, lleva a “convertir el Estado en ejemplo de moralidad”.

“El Estado no es Dios, y esa lucha contra la idolatría del poder del Estado forma parte de esa relación, no la privacidad de la sacristía”, resaltó el arzobispo.

Por su parte, Salvador Illa defendió el derecho de las religiones a participar en el debate público. “La aconfesionalidad no implica reducir a la sacristía a las religiones”, subrayó el president.

Argüello subrayó las  “dudas” sobre el modelo democrático actual. “Haber ganado las elecciones con una mayoría, lo mismo en España que en Estados Unidos, donde los bloques aparecen con una diferencia de 60/40, 55/45 o incluso 51/49, puede llevarnos a pensar que la solución es el tiranicidio, cuando verdaderamente tenemos que hacer una reflexión más honda”, señaló. Illa, por su parte, apuntó que “la democracia no es un régimen perfecto, pero la alternativa es mucho peor”. “Yo sigo pensando que el bien común se construye entre todos”, recalcó el president.

Sobre la inmigración y las distintas ‘almas’ en el catolicismo, Argüello lamentó cómo “dignidad humana y el bien común son víctimas de la polarización”, y defendió “la acogida y el derecho a no salir de tu tierra” y también “lograr una integración de los que llegan”. Illa hizo suyas las palabras de Francisco, que calificó de “muy contundente”: “Acoger e integrar no solo pone en riesgo nuestra integridad como país, sino que la protege”. “Si les acoges, le facilitas la integración y se integran, la sociedad mejora. La historia de Catalunya de Éspaña son una prueba de ello”. Se trata de acoger e integrar a las personas, “que no se hace en un minuto y requiere un esfuerzo por parte de todos”. “Nadie quiere irse de la tierra donde nació, de la tierra de sus padres”, insistió el president de la Generalitat, advirtiendo de los “planteamientos simplistas” de algunos.

“Catalunya está hecha de personas que vinieron de fuera, y de fuera de España”, reivindicó Salvador Illa, quien animó a una “prosperidad compartida” que no deje a nadie atrás. “Creo en las identidades nacionales inclusivas, no pongo en contradicción la solidaridad y la identidad nacional”. Argüello finalizó recordando el discurso de Francisco al presidente Sánchez en 2020, cuando cuando le invitó a “edificar la nación y reconocer la patria”.

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