
El mapa de la crisis demográfica europea: así sería la Europa sin inmigración que ansía la extrema derecha
El auge de la extrema derecha en Europa, con sus políticas antiinmigración, puede acelerar el descenso demográfico en Europa, provocando una crisis en la economía ante la ralentización del crecimiento y el aumento del coste ligado a las pensiones, según las estimaciones de los expertos y los datos analizados por The Guardian
Vox plantea abiertamente un “proceso” de expulsión “masiva” de migrantes
Los partidos que rechazan la inmigración están en auge por toda Europa. En Francia y Alemania, las formaciones de extrema derecha han logrado una representación significativa. En Reino Unido, el Partido Reformista encabeza las encuestas. Pero esta tendencia puede acelerar el descenso demográfico en Europa, provocando una crisis en la economía ante la ralentización del crecimiento y el aumento del coste ligado a las pensiones y el ciuidado de las personas mayores, según las estimaciones de los expertos y los datos de Eurostat analizados por The Guardian.
El mapa del
invierno demográfico en Europa (con y sin migrantes)
Proyección de variación de la población en cada región europea para 2100 en el escenario base con población migrante
y en un escenario sin migración
Sin migración
Fuente:
Eurostat
Quienes desean cerrar las fronteras de Europa deben enfrentarse a una cruda realidad demográfica: la población autóctona del continente va a disminuir de manera drástica durante el próximo siglo debido a las bajas tasas de natalidad. Según los expertos, sin inmigración las sociedades europeas envejecerán más rápidamente, con el desafío económico que implica reducir la población activa y aumentar la carga asistencial.
Según John Springford, investigador asociado en el centro de estudios Centre for European Reform, “la mayoría de los políticos de centroizquierda y centroderecha entienden que la inmigración es necesaria para aliviar las presiones demográficas”.
“Han tratado de centrarse en normas de asilo más estrictas, y a menudo inhumanas, con la esperanza de que un control más riguroso de las fronteras les dé margen de maniobra para aumentar la inmigración legal”, añade. “Pero los partidos de extrema derecha están desafiando cada vez más ese consenso mayoritario”, afirma Springford. “A largo plazo, los países que logren mantenerse sin reducir el número de inmigrantes en edad laboral se encontrarán en una posición económica más firme”.
Según las últimas previsiones de Eurostat, la agencia oficial de estadísticas de la Unión Europea, la población del bloque se reducirá en un 6% para el año 2100, pasando de los 447 millones de hoy a 419 millones si se mantienen las tendencias actuales. Pero ese descenso aumenta aún más si se elimina el factor de la inmigración. Sin inmigrantes, la agencia estima una caída de la población de más de un tercio, llegando a los 295 millones de personas en 2100, según Eurostat.
Las proyecciones de referencia de Eurostat parten del supuesto de que los países mantendrán los niveles promedio de migración neta de los últimos 20 años, pero el análisis The Guardian también ha incluido las estimaciones publicadas por la agencia sin tener en cuenta este supuesto. También ha estudiado las proyecciones demográficas realizadas por la Oficina Nacional de Estadística del Reino Unido en un escenario de migración neta igual a cero.
Y los resultados son preocupantes: países como Italia, Francia y Alemania, donde los políticos contrarios a la inmigración han ganado terreno en los últimos tiempos, se enfrentarían a un importante descenso demográfico en un escenario de inmigración cero.
Europa
afronta un invierno demográfico sin la población migrante
y el escenario
Fuente:
Eurostat
País por país
En su primer mandato, la primera ministra italiana Giorgia Meloni ha convertido a la lucha contra la inmigración en una prioridad. Pero Italia tiene una de las tasas de fertilidad más bajas de Europa. Sin inmigrantes, su población se reduciría a menos de la mitad para finales de siglo.
En Alemania, el partido antiinmigración AfD quedó en segundo lugar en las elecciones federales de este año. Si se cerraran por completo las fronteras, en los próximos 80 años la población podría pasar de 83 millones a 53 millones de personas.
Y en Francia, donde en el verano de 2024 la Agrupación Nacional ganó la primera vuelta de las legislativas pidiendo restricciones a la entrada de personas, el escenario de inmigración cero también significaría una caída de la población: de 68 a 59 millones personas.
Solo unos pocos países de la Unión Europea casi no sentirían el cierre de las fronteras: Rumanía, Letonia y Lituania. En todos ellos los saldos migratorios han sido negativos: el número de los que se van supera al de los que llegan.
Sin los actuales niveles de inmigración, la población se reduciría en la mayor parte de Europa y envejecería, ya que el número de personas en edad de trabajar disminuiría en relación con el de las personas mayores.
En la actualidad, un 21% de la población de la Unión Europea tiene 65 años o más. Dentro de las proyecciones de referencia de Eurostat (las que mantienen el actual patrón migratorio), esta proporción aumenta hasta el 32% para el año 2100. En el escenario de inmigración cero, el porcentaje de los mayores de 65 aumentaría hasta el 36%.
«Las consecuencias principales serán un crecimiento más lento, por la reducción en la población activa, y una mayor presión fiscal, por el aumento del gasto en pensiones y por la demanda de asistencia sanitaria y atención a las personas mayores».
Quienes estudian los cambios en la pirámide de edad de Europa afirman que esto someterá a los países a una presión económica cada vez mayor. Según Springford, “las consecuencias principales serán un crecimiento más lento, por la reducción en la población activa, y una mayor presión fiscal, por el aumento del gasto en pensiones y por la demanda de asistencia sanitaria y atención a las personas mayores”.
De hecho, una gran parte de la UE ya está experimentando esta situación. En las últimas décadas ya ha habido un aumento de la presión fiscal (representadas a través de los ingresos fiscales, como el porcentaje del PIB) en países como Francia, Italia, Alemania y España.
Los sectores de cuidados y salud, en riesgo
Los sectores de salud y de asistencia social serán cada vez más relevantes para poder gestionar el envejecimiento de Europa. Sin embargo, muchos sistemas de salud de la Unión Europea ya dependen de médicos o enfermeros extranjeros.
Según Alan Manning, profesor de Economía en la London School of Economics, “habrá más personas que necesiten cuidados, aunque eso dependerá de la salud de las personas en la vejez y de la cantidad de cuidados que necesiten”.
“También hay que tener en cuenta la otra cara de la moneda: por el descenso en el número de niños, debido a las bajas tasas de fertilidad, se necesitarán menos personas dedicadas a la educación y al cuidado de los niños”, dijo Manning.
Pero, según los expertos, la inmigración tampoco resuelve por sí sola el reto demográfico de Europa, pero sí es una de las soluciones necesarias.
“El aumento en los niveles de inmigración no bastará para resolver estos problemas demográficos, ya que los niveles necesarios para eso serían muy elevados y el número de migrantes dispuestos a trasladarse es limitado”, afirma Springford.
“Pero sí que ayudarían, al igual que ayudaría el aumento en la tasa de empleo de las personas con edad de trabajar, el retraso de la jubilación, la reforma de las pensiones, y trasladar al patrimonio, y especialmente a los bienes inmuebles, la carga impositiva que pesa sobre los ingresos del trabajo”.
Proyectos de repoblación
Según Manning, “para que la inmigración sea útil, es necesario que los inmigrantes tengan trabajo, y en muchos países europeos la tasa de empleo para los inmigrantes es bastante baja, así que eso no se puede dar por sentado”.
“Si un inmigrante llega y no puede trabajar, y luego necesita ayuda, no mejora las cosas sino que las empeora; así que es muy importante que puedan trabajar”, añade.
Dentro de cada país, las zonas rurales serán las más afectadas por el próximo descenso demográfico de la Unión Europea. En los próximos 80 años, más localidades podrían correr la suerte de Camini, un pueblo italiano en la región de Calabria que a finales del siglo XX vio disminuir drásticamente a su población cuando sus vecinos más jóvenes se mudaron a otros lugares en busca de trabajo.
En un intento por evitar la desaparición de la comunidad, Camini se ha convertido recientemente en la sede de un proyecto de reasentamiento de refugiados. Así se menciona en un informe reciente del Consejo de Europa, redactado por la diputada laborista Kate Osamor, que examina la potencialidad de la inmigración como forma de gestionar el desafío del envejecimiento poblacional.
“Yo veía cómo el lugar moría lentamente, las casas se caían porque nadie vivía en ellas”, dice Rosario Zurzolo, nacida en Camini y presidenta de la cooperativa que gestiona Eurocoop Servizi, como se llama el proyecto de reasentamiento.
En el marco de este programa, 50 refugiados se han establecido de forma permanente en Camini, llevando el total de la población del pueblo a 350 habitantes. Otros 118 refugiados han sido acogidos de forma temporal. Un logro simbólico del programa ha sido la reciente reapertura del colegio local.
Según Zurzolo, Camini puede servir de modelo para revitalizar otras regiones europeas que sufren un descenso demográfico.
Serena Franco también forma parte del proyecto de Camini y presentó al Consejo de Europa los datos que evidencian su informe. “Están aportando conocimientos y ahora estamos empezando a crecer con ellos y a crear cosas nuevas, nuevos procesos y nuevos puestos de trabajo que sin ellos serían imposibles”, concluye.
*Mapas y gráficos: Raul Sánchez (elDiario.es).