Alfonso Serrano: el palanganero fiel, la gentuza y los gilipollas

Alfonso Serrano: el palanganero fiel, la gentuza y los gilipollas

Alfonso Carlos Serrano Sánchez-Capuchino proyectó su propia esencia al calificar de gentuza a los manifestantes que no quieren ser cómplices de un genocidio como él, aunque bien es cierto que Alfonso no lo hace por convencimiento, moral, ideas o valores, lo hace porque se lo ordenan y por lo tanto defiende esa posición o la que le manden hacer

Alfonso Serrano es el secretario general del PP de Madrid, pero por encima de cualquier otra cosa es un siervo del dinero. Nadie le conoce ningún oficio fuera de la política. Si lo ha tenido se avergüenza de esa labor a pesar de que fuera cual fuera sería mucho más decente y digna que la que ejerce en la actualidad. Lleva más de 20 años cobrando del PP, quizás por eso es un pechero hacendoso y protector de los intereses comerciales de su organización. Porque recuerden que en Madrid la derecha no hace política, sino negocios. 

Su papel en el partido no pasa más que de ser un Dzerzhinski capitalino de baja estofa y menos nivel que medra por detrás para salvar el papel de la incapaz lideresa. Toda inútil necesita aguamaniles genuflexos. Su rol no es más que el de fiel palanganero ayusino recogiendo los esputos y excrecencias que supura quien le proporciona su posición. Por eso tiene que ir arrastrándose a Barajas a reunirse con el novísimo para ver cómo le salvan de sus actividades como delincuente fiscal confeso. Gentuza es eso, Alfonsito, quien se arrastra obligado por la jefa a salvar las fechorías del concubino.

Su Capuchino en el segundo apellido es honesto con su trayectoria política si eludimos la concepción del estudio de la orden. Porque este no es famoso por sus luces y conocimiento. Con 27 años comenzó su servicio monacal al partido al frente de una plétora de corruptos, coincidiendo con todos los que pasarían después por los tribunales por habérselo llevado todo calentito. Desde entonces no ha dejado de cobrar dinero público como todo buen liberal cañí. Ya tiene 49 tacos y no ha hecho más que vivir de nosotros. 

Allá donde haya que recoger alguna sustancia hedionda, allá que acude presto y solícito el palanganero haragán para que toda la suciedad pueda ser metabolizada a través de su vasallaje de cloaca o si fuera menester algo más fisiológico, porque el interfecto deglute lo que haga falta. Alfonso Carlos Serrano Sánchez-Capuchino proyectó su propia esencia al calificar de gentuza a los manifestantes que no quieren ser cómplices de un genocidio como él, aunque bien es cierto que Alfonso no lo hace por convencimiento, moral, ideas o valores, lo hace porque se lo ordenan y por lo tanto defiende esa posición o la que le manden hacer. Si mañana Ayuso cambia de parecer él lo hará como su mejor escudero. 

Alfonso Serrano es uno de esos perfiles que un partido infecto necesita al saberse manejar mejor que nadie en los cenagales. Es un tipo fiel al que tiene el poder y no habrá nada que no sea capaz de perpetrar para proteger a quien manda, pero si llega el caso de que quien manda es aquel al que pisoteó tampoco tendrá problemas en ponerse a su servicio. Por eso es válido y servicial, porque jamás estará al lado de nadie que no tenga el poder y por catar algo de las migajas que caen de la mesa hará los trabajas más sucios y oscuros. 

Nos llamó gentuza a muchos madrileños. Muchos ni siquiera estuvimos allí, pero conocemos amigos y familia que sí y ese insulto nos ha entrado dentro. Muy dentro. Si quería ofender lo ha conseguido. La rabia y la ira con la que insultó ha tenido su efecto. Pero cuidado, Alfonsito, que de tanto pisar el palito acabará por volverse en contra y el cepo te cogerá la zarpa. Alguien se lo tuvo que decir, porque tuvo que aguantar el rictus en varias televisiones intentando rectificar sin hacer ver que rectificaba diciendo que solo llamó gentuza a esos terroristas de ETA fantasmales que estuvieron protestando.

Después de masticar la indignación por escuchar a semejante personaje insultar a miles de madrileños la razón asoma y el orgullo florece. Que nos llame gentuza un señor con serios problemas para manejar el odio y la ira nos debería hacer sentir en el lugar moral adecuado, para eso es necesario recordar que su labor estos años ha sido insultar a las familias de los ancianos a los que dejaron morir sin atención hospitalaria al no tener seguro privado de salud. Si te llama gentuza alguien así es que estás haciendo las cosas bien. Porque en Madrid la dicotomía está entre aquellos a los que nos llama gentuza de forma abierta y aquellos a los que llama gilipollas mientras les pide el voto. Les cuento, cortita y sencilla. 

Alfonso Serrano y el resto del PP junto a Vox han votado en contra de una iniciativa popular para climatizar los centros escolares de la Comunidad de Madrid y que así los niños y niñas no tengan que dar clase por encima de los 30 grados. Tus hijos van a seguir asándose en clase. Ellos sí son gentuza, pero tú, si tienes hijos en edad escolar y aun así los votas, perdona que te diga, pero eres gilipollas.