No es país para alcaldesas: solo uno de cada cuatro ayuntamientos catalanes están liderados por una mujer

No es país para alcaldesas: solo uno de cada cuatro ayuntamientos catalanes están liderados por una mujer

El estudio del Observatorio de Igualdad de Género constata que solo el 27% de los municipios catalanes tienen una alcaldesa, una cifra que sin embargo cosecha el mejor dato hasta la fecha sobre la presencia femenina en el mundo municipal

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Convertirse en alcaldesa de un municipio de Catalunya continúa siendo una situación excepcional hoy en día. Las alcaldías lideradas por una mujer en Catalunya solo conforman el 27% de todos los municipios, según un estudio realizado por el Observatorio de Igualdad de Género (OIG). Aunque estos datos se quedan muy lejos de la igualdad, lo cierto es que las cifras muestran el escenario más propicio de la historia en cuanto a la presencia de la mujer en los cargos locales se refiere.

En el poder municipal sigue predominado la fuerza masculina, aunque pese a estas cifras tan desiguales, desde 2019 hasta ahora, la presencia de las mujeres al frente del ejecutivo municipal ha aumentado en cuatro puntos, según los datos del OIG.

“Las mujeres somos la mitad de la población y tenemos que ocupar, como mínimo, la misma proporción de todos los lugares de decisión y tenemos que tener presencia donde se toman las decisiones”, afirma la presidenta del Institut Català de les Dones (IDC), Sònia Guerra.

Los municipios que tienen una media de entre 50.000 y 100.000 habitantes aproximadamente tienen un escenario distinto, con cierto cambio. Estas localidades suelen estar gobernadas por una alcaldesa (el 42% de los municipios), como por ejemplo el caso de las alcaldías socialistas de Rubí, que está bajo el mandato de Ana María Martínez; Mollet del Vallés, que tiene de alcaldesa a Mireia Dionisio; o Reus, con Sandra Guaita a la cabeza.

Históricamente, se destaca la zona del Área Metropolitana de Barcelona (AMB) como uno de los territorios donde la presencia de las mujeres en las alcaldías ha sido más notoria a lo largo del tiempo, con un 17,4%. Aunque haya municipios que actualmente están gobernados por un hombre, ha habido casos donde las alcaldesas han tenido un gran protagonismo.

Un ejemplo es el de la alcaldía de David Quirós en Hospitalet de Llobregat, que venía precedida por el mandato de 16 años de Núria Marín, quien dejó su cargo para después convertirse en la actual delegada del Gobierno de la Generalitat en Madrid.

Entre las ciudades del AMB, destaca Santa Coloma de Gramenet, municipio gobernado por la socialista Mireia González desde el 27 de agosto de 2024, tras la renuncia de Núria Parlon, quien llevaba 15 años en el cargo y renunció a él para convertirse en la nueva consellera de Interior.

En 2015 hubo un cambio paradigmático en las alcaldías catalanas. A los mandatos de Marín y Parlon, se sumaba la victoria de Ada Colau en las elecciones municipales de Barcelona, convirtiéndose en la primera mujer que alcanzaba el cargo, con un mandato de ocho años. Paralelamente a esto, Dolors Sabaté lograba conseguir la alcaldía en Badalona, con una legislatura de tres años.

Sabadell es otro de los municipios grandes de la provincia de Barcelona que actualmente está bajo la dirigencia de una mujer, la socialista Marta Farrés. La alcaldesa lleva más de un lustro en el cargo, desde 2019, y ve en la política ciertas desigualdades necesarias a solventar. “Los datos muestran el reflejo de la sociedad, y es necesario un cambio, porque sientes como mujer que al principio tienes que demostrar más que un hombre”, destaca.

En contraposición a esto, los municipios pequeños de Catalunya con menos de mil habitantes también tienen en sus ayuntamientos la presencia de mujeres al frente, como el caso de Ventalló, un pueblo de Girona con un censo de 891 habitantes. “Sí he notado que, en ocasiones, por el hecho de ser mujer, hay una serie de personas que te trata con condescendencia, con prejuicios respecto a tu mandato”, destaca su alcaldesa, Remei Costa.

Por su parte, la regidora y responsable de la oposición del pueblo de Vilabella, de 725 habitantes en el Alt Camp de Tarragona, Olga Segú, añade que “mucha gente se sorprende al ver que haces buena política, y eso demuestra que eres menos escuchada que un hombre”.

El cambio de perspectiva a lo largo del tiempo es evidente: el 54% de los municipios catalanes han estado gobernados alguna vez por una mujer entre 1979 y la actualidad, según los datos ofrecidos por el OIG. A esto, se le suma que el número de municipios que nunca han estado gobernados por una mujer se ha reducido en once puntos, descendiendo del 57% al 46%.

Aunque la paridad no sea absoluta, el panorama político en Catalunya presenta un escenario más propicio en cuanto a la presencia de regidoras que de alcaldesas, con un 45,5% de regidoras.

Las mujeres poco a poco se están haciendo un hueco en el frente político, y la presencia de estas presenta una tendencia positiva a lo largo de los años. “Aunque la presencia de mujeres ha aumentado, la sobrerrepresentación de los hombres se observa en todas las instituciones, y esto se tiene que feminizar para que la democracia sea realmente justa”, añade Guerra.

Las áreas de responsabilidad

Las mujeres y los hombres tienen una distinción significativa en la gestión municipal de las diferentes áreas de responsabilidad. Por un lado, en el caso de las mujeres, estas predominan en servicios sociales y promoción social, sanidad y educación. Por otro lado, los hombres destacan en ámbitos como los órganos de gobierno, las finanzas, las infraestructuras y los deportes, entre otros.

“Encuentro totalmente injusta esta división dispar de las áreas de responsabilidad, a las mujeres nos tienen que dejar hacer también en otros ámbitos y no siempre en los mismos”, insiste Segú.

Marta Farrés, por su parte, también ha demostrado su descontento con esta organización. “En Sabadell intentamos romper con estos estereotipos para ir demostrando que las mujeres pueden encabezar, por ejemplo, los ámbitos más técnicos y, un hombre, aquellos dedicados a los servicios sociales”, concluye.