
La AIReF concluye que las alzas del salario mínimo no destruyen empleo gracias al aumento del consumo
La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal analiza los efectos a largo plazo de los incrementos del SMI de 2020 a 2024 y detecta también consecuencias positivas de las últimas reformas laborales
La Autoridad Fiscal concluye que se cumple el gasto en pensiones por lo que no habrá que hacer ajustes adicionales
Las subidas del salario mínimo en los últimos años en España, de 2020 a 2024, no suponen una pérdida de empleos debido al impulso del consumo, entre otros factores, según el análisis macroeconómico a largo plazo que ha publicado este lunes la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF). Cuando se mide el efecto directo aislado del aumento del SMI en el empleo, tiene un impacto negativo limitado, pero cuando la mirada del análisis es más amplio, sobre otras consecuencias provocadas en la economía, como el aumento de la demanda y el consumo, el resultado es neutro en el empleo o ligeramente positivo.
Es una de las conclusiones más novedosas de los estudios publicados por la AIReF este lunes, que forman parte de su análisis en profundidad de los ingresos a futuro del sistema público de pensiones, por los que en marzo concluyó que se cumple la regla de gasto aprobada por el Gobierno y no se requieren por tanto ajustes adicionales de manera automática.
Este análisis supone un punto de vista novedoso en la literatura académica sobre el impacto de las subidas del salario mínimo en el empleo, demandado en muchas ocasiones por colectivos como los sindicatos. Generalmente, las publicaciones suelen centrarse en un análisis microeconómico, directo sobre el empleo, que deja resultados negativos del aumento del SMI, aunque muy limitados (como probó el Nobel de Economía David Card). Así lo hace también el análisis de la AIReF, que por ejemplo sitúa una pérdida de entre 55.000 y 85.000 afiliados a la Seguridad Social en 2023 debido al aumento del SMI de ese ejercicio. Una reducción de -0,34 a 0,53 puntos porcentuales.
El tirón del consumo hace crecer la economía
Sin embargo, la AIReF ha realizado un estudio más amplio de las derivadas del aumento del salario mínimo, por su efecto en el aumento de los salarios, la renta de las familias y, como consencuencia, cómo se traslada esto a la economía en forma de un aumento de la demanda y del consumo, crecimiento y, por tanto, empleos. Los perceptores del salario mínimo habitualmente se sitúan en los hogares con rentas bajas, que vuelcan más en el consumo los aumentos salariales que otro tipo de hogares que viven con más holgura económica.
Así, se produce “un efecto expansivo por el canal de demanda”, que predomina sobre el efecto de pérdida limitada de empleos. Como consencuencia, el impacto final no es negativo de destrucción de puestos de trabajo (como se suele afirmar), sino neutro o ligeramente positivo (+0,0 a +0,2 en el periodo 2022 a 2050).
“En conjunto, el aumento de los salarios tiene una mayor relevancia que la caída inicial del empleo, lo que hace que el impacto en la renta disponible de los hogares sea positivo, impulsando el consumo y por tanto la actividad”, recoge la AIReF.
La factura total es de ligero crecimiento económico vinculado al aumento del salario mínimo, indica la Autoridad Fiscal. “De este modo, el PIB real aumentaría ligeramente, con un impacto cercano pero inferior a dos décimas a largo plazo, en relación con el escenario sin medidas” (sin aumento del SMI).
Mejoras de las últimas reformas laborales
En otro de los análisis publicado este lunes por la AIReF, este centrado en las consecuencias de las últimas reformas laborales, la Autoridad Fiscal también destaca varios efectos positivos de los cambios normativos. En el organismo explican que se trata de la reforma laboral de 2021, que desplomó los contratos temporales en España por primera vez en décadas, pero no solo: también se tienen en consideración otras, como la reforma de las políticas públicas de empleo y de los incentivos a la contratación.
La AIRef detecta un “impacto positivo y significativo” en la probabilidad de transitar a un empleo desde el desempleo, es decir, en la inserción laboral. “Y, en particular, hacia contratos indefinidos”, destaca el organismo independiente. Las mejoras son más intensas entre las mujeres, entre los jóvnes de 16 a 25 años y en los mayores de entre 56 y 65 años. Además, también se aprecia “una reducción en el riesgo de pérdida de empleo”, la transición del empleo al desempleo, “pero moderado”, indica la AIReF.
Con la mirada amplia, el análisis macroeconómico de la AIReF concluye que existe “un impacto positivo” de estas reformas laborales sobre el PÎB y el empleo, “aunque muy escaso (+0.15%)”. Por ello, estima que el aumento de las cotizaciones sociales se incrementan en tres décimas en el largo plazo, hasta 2050. Un cálculo que en opinión de la Seguridad Social es conservador ante los cambios que está registrando el mercado de trabajo.