
El Estado reconoce como víctima del franquismo a Roque Méndez, tiroteado en 1974 en una playa de Hondarribia
En la emboscada falleció su compañero, José Luis Mondragón, y luego fueron procesados por terrorismo, aunque ya estaban entonces alejados de la disciplina de ETA
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El ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, ha firmado una resolución en la que reconoce como víctima del franquismo a Roque Méndez, uno de los dos jóvenes tiroteado y asesinado por las fuerzas de seguridad franquistas en mayo de 1974 en una playa de Hondarribia cuando intentaban cruzar la frontera hispanofrancesa en barca desde San Juan de Luz. Este reconocimiento se suma al realizado en 2024 por el Gobierno vasco en el marco de su ley de víctimas de violencia policial. En paralelo, este miércoles se ha conocido que el colectivo Euskal Herriko Giza Eskubideen Behatokia (GEB) ha interpuesto una querella para que se fijen las responsabilidades de los agentes intervinientes y también del tercer ocupante de la embarcación, que salió ileso y que resultó ser un infiltrado apodado ‘Cocoliso’.
El Estado considera como hechos constatables que Méndez protagonizó un “altercado” con la Policía franquista en 1973 en el que un subinspector “resultó herido de gravedad” y que, por ello, “se vio obligado a refugiarse en Francia”. En mayo de 1974, acompañado por José Luis Mondragón y por José Luis Arrondo (‘Cocoliso’) se montaron en una lancha en San Juan de Luz que, “al desembarcar en la playa de Los Frailes” (o de Asturiaga), se vieron “inmersos” en un “tiroteo” tras el cual falleció. Después, se le abrió una causa militar por terrorismo. Los efectos de la resolución comportan que se declara “ilegal” e “ilegítimo” cualquier actuación judicial contra esta persona por estos hechos, al igual que las posibles resoluciones administrativas. “Ha quedado acreditado que padeció persecución por razones políticas e ideológicas durante la dictadura franquista”, se puede leer en el documento firmado por el ministro. En el caso de Mondragón, la familia está ahora a la espera de la primera resolución del Gobierno vasco, ya que no la solicitaron en su momento.
Una investigación de la Sociedad de Ciencias Aranzadi para el Ayuntamiento de Hondarribia calificó más de “emboscada” que de fuego cruzado lo sucedido -aunque se les atribuía querer acceder al territorio español con metralletas- y daba algunas pistas, a la luz de las heridas de bala encontradas en los cadáveres, de que fue una ejecución extrajudicial premeditada, incluso con disparos casi a bocajarro. Se apunta a la intervención tanto de agentes de Policía como de la Guardia Civil que conocían los movimientos de Méndez y Mondragón y también la identidad real de ‘Cocoliso’. Detalla, asimismo, que con posterioridad al fallecimiento se procesó a ambos por delitos de terrorismo, acusados de pertenencia a ETA.
En este sentido, el dictamen de Aranzadi subraya que “ETA fue la organización armada que aglutinó el espectro ideológico en el que se situaban tanto Méndez como Mondragón, si bien en esa misma organización se abrieron en esos años varias escisiones que enlazan directamente con la biografía de ambos”. “Ni a Méndez ni a Mondragón se les puede considerar militantes de ETA en mayo de 1974, puesto que previamente dejaron de pertenecer a dicha organización”, se puede leer en el informe.
Méndez, natural de Santurtzi y nacido en 1954, era próximo a Eustaquio Mendizabal, alias ‘Txikia’. Era apodado ‘Poeta’ por su gusto por la escritura. En sus escritos, se mostraba “de ideología abertzale y de izquierdas”. Ya en 1971 fue expulsado del instituto de Sestao por unas poesías alusivas “a la organización terrorista ETA”. En 1972 atacó una sucursal bancaria en esa localidad por “las largas colas que debían hacer los jubilados para cobrar la pensión”. En 1973, el propio ‘Txikia’ fue asesinado por la Policía. Unos días después, Méndez y otro activista repartían propaganda denunciando esta muerte y un policía les descubrió. Es el tiroteo que dejó un agente herido y que motivó la huida a Francia. Allí se aproximó a elementos alejados de la dirección de ETA.
Su compañero, Mondragón, entró en ETA en 1965 ó 1966. Era algo mayor, de 1947, y natural de Arrasate-Mondragón. Apodado ‘Morico’, fue parte del comando ‘Los Cabras’. Sus acciones más significativas, según Aranzadi, fueron el reparto de propaganda y pintadas, “simple ejercicio de derechos básicos” en las democracias consolidadas. Se estableció en 1969 ya en Iparralde, al otro lado de la frontera y también allí se distanció de la ortodoxia de ETA. Aranzadi conoció que la madre de ‘Cocoliso’ acudió al domicilio de este joven para darles el pésame y pedir perdón por la “complicidad” de su hijo.
Según Euskal Herriko Giza Eskubideen Behatokia, estos reconocimientos institucionales hacen “más clamorosa” todavía la ausencia de resoluciones judiciales en España sobre este tipo de casos. Citan como ejemplo similar la emboscada en Pasaia, de 1984, con cuatro tiroteados. Ven una “contradicción” entre el poder ejecutivo y el judicial, que sigue “encubriendo a los asesinos franquistas”. La querella quiere identificar a los policías actuantes e indagar la posible identidad nueva de ‘Cocoliso’, al que se dio por muerto “oportunamente” poco tiempo después, aparentemente tras un accidente. “Además de ofrecer verdad […], el Estado debe traducirlo en responsabilidades penales de los victimarios”, se incide.