La joven de Barcelona que ha puesto de moda los crucigramas en TikTok: «Cada generación se adapta a su tiempo»

La joven de Barcelona que ha puesto de moda los crucigramas en TikTok: «Cada generación se adapta a su tiempo»

Marta Hernàndez ha encontrado en la plataforma un espacio ideal para desplegar su afición por los crucigramas y demostrar que este tipo de contenido puede amoldarse a todo el mundo

De publicar hasta el desayuno a las cero fotos: por qué mucha gente ya no comparte su vida en redes

Empezó subiendo reseñas de libros a TikTok, pero lo que la hizo viral en la plataforma fueron sus vídeos resolviendo crucigramas. Marta Hernàndez (@martahhuguet), de Barcelona, tiene 32 años, y descubrir una cuenta de TikTok de un chico norteamericano que subía contenido haciendo los pasatiempos de The New York Times le pareció interesante y genuino. Lo siguiente fue preguntarse: “¿Por qué no? Haré algo similar en tres idiomas (catalán, inglés y castellano), pero con crucigramas de elDiario.es o El País, compaginándolo con alguna que otra review de libros”.

Lo que comenzó como algo ocasional terminó convirtiéndose en una costumbre y, más tarde, en una marca propia. Con casi 18.000 seguidores en la popular plataforma de vídeos cortos, Marta ha sabido transformar los crucigramas en un distintivo con el que busca, ante todo, divertirse y causar el mismo efecto en los demás.  

El potencial creativo de las redes

Hernàndez propone otra manera de acercarnos a las redes sociales lejos de lo habitual. Para ella, muchas veces el rechazo hacia estas plataformas nace del desconocimiento y de la percepción de superficialidad que suelen transmitir: “Creo que hay bastante prejuicio alrededor de esta red social en particular [TikTok] y de las redes sociales en general”. Si bien reconoce que todas tienen una parte negativa que resulta evidente, prefiere verlas como una oportunidad para generar discursos, incluso disidentes, y aprovecharlas como espacio de divulgación. Considera, además, que en TikTok (más que en cualquier otra red social actual) es posible encontrar cualquier tipo de contenido que uno desee.

Creo que hay bastante prejuicio alrededor de esta red social en particular [TikTok] y de las redes sociales en general

Precisamente, esa capacidad de atraer y mantener la atención se refleja en cómo sus propios seguidores interactúan con su contenido: “Hay gente que me comenta que son los únicos vídeos que ven hasta el final, y suelen durar seis o siete minutos”. Una de las actitudes que más se repite en estos usuarios, afirma, es la de sorpresa al haber estado siete minutos delante del móvil sin cambiar de vídeo. Al tratarse de una red social diseñada para consumir mucho en poco tiempo, ese efecto resulta casi contraintuitivo, pero fascinante.

Pero su propuesta, aclara, funciona porque el formato resulta familiar para los usuarios: “No deja de ser un gameplay, como cualquiera de los que hay en Internet. Al final, es ver a alguien jugar, pero aquí tú también puedes jugar con él, interactuar con su manera de pensar, enfadarte cuando no responde lo que tú quieres o incluso anticipar las respuestas. Esa libertad hace que, en cierta forma, también seas activo dentro del juego”.

Los crucigramas funcionan como un pequeño proyecto personal que puedes iniciar y terminar, donde tú llevas la respuesta

No solo la dinámica de los pasatiempos, en concreto, los crucigramas “tienen algo muy bonito: funcionan como un pequeño proyecto personal que puedes iniciar y terminar, donde tú llevas la respuesta”. Al final, más que un simple pasatiempo, para ella se convierten en un ejercicio mental, en una versión digital de las adivinanzas tradicionales que a tanta gente le gusta resolver.

¿Quién hace los crucigramas?

Un hecho interesante es la acogida de los vídeos de Marta, que ha logrado llegar a una cantidad muy variada de perfiles: “Son el 50% hombre y mujer, mientras que la edad va desde adolescentes de 18 hasta 35 aproximadamente”. Estos números, obtenidos de las métricas que le proporciona TikTok, se oponen directamente al “presente estigma de que ciertas actividades están destinadas para un rango de edad concreto”, cuenta.

Sin embargo, siente a su vez que cuando hablamos de generaciones solemos caer en posiciones muy reduccionistas. La realidad para ella es que en cada grupo generacional existe una amplia diversidad de perfiles y comportamientos.

“Al final, cada generación se adapta a su tiempo y a las herramientas disponibles en ese momento. Por ejemplo, quizá alguien de la generación Z o millennial no se siente atraído de primera mano por resolver un crucigrama en papel y bolígrafo. Sin embargo, si adaptas ese mismo reto al tipo de contenido que consume o a la dinámica de actividades a las que está acostumbrado, el interés puede ser el mismo”.

Está presenta el estigma de que ciertas actividades están destinadas para un rango de edad concreto

Es una lógica de que las cosas no mueren sino que evolucionan, cambian de forma. Porque “la idea base no ha muerto. Además, creo que los humanos y todas las generaciones nos interesan más o menos lo mismo y nos sentimos interpelados por lo mismo, que al final es ser vistos, ser reconocidos, movernos por intereses comunes, que esto es algo que simplemente cada generación lo adapta y encuentra maneras de transformarlo”. 

Con esta mentalidad, tiene claro que en el futuro seguirá guiándose por hacer lo que realmente le apetece en redes: compartir conocimiento y difundir contenido literario. Para ella es también un divertimento, una forma de expresarse pero con libertad y autenticidad. Una de las lecciones más valiosas que puede aprenderse de la Generación Z, apunta, es precisamente esa capacidad para jugar con la imagen propia, relativizar las exigencias externas y disfrutar más del proceso. Reírse un poco de uno mismo y quitarle peso a lo que en realidad no lo tiene: “Al final, eso es lo que creo que nos humaniza”, concluye.