Mitos y verdades para acabar con los piojos, según una pediatra: «No prefieren el cabello sucio»

Mitos y verdades para acabar con los piojos, según una pediatra: «No prefieren el cabello sucio»

La vuelta al cole suele relacionarse con la aparición de piojos, que ni saltan ni vuelan, ni prefieren el cabello sucio. ¿Cómo se transmiten y cómo eliminarlos y prevenirlos?

Estos son los requisitos de ergonomía que deben cumplir las mochilas del cole para los niños y adolescentes

Están presentes durante todo el año. Sin embargo, cuando empieza el curso escolar se produce un aumento de casos de pediculosis, es decir, aumenta la presencia de piojos entre la población infantil (sobre todo entre los tres y los doce años), esos insectos hematófagos pequeños pero molestos y ágiles que nos hacen la vida imposible cuando queremos acabar con ellos. 

La prevalencia en España oscila entre el 5% y el 15% de la población escolar y, aunque quien más quien menos ha tenido que lidiar con ellos, aún circulan algunas ideas erróneas y falsos mitos acerca de ellos. La pediatra Gloria Colli nos ayuda a entender mejor qué son los piojos, desmintiendo algunas de las falsas creencias que circulan sobre ellos, y nos explica qué podemos hacer para prevenirlos y eliminarlos.

¿Qué son los piojos?

Los piojos (de nombre Pediculus capitis) son diminutos parásitos sin alas que se alimentan de sangre humana y ponen entre cuatro y cinco huevos al día, las liendres, que se depositan cerca del cuero cabelludo para estar cerca del calor y quedan pegadas en el tallo del cabello. Son tan pequeños que, incluso cuando están completamente desarrollados, tienen aproximadamente el tamaño de una semilla de sésamo y un color entre canela y gris. 

Gracias a sus seis patas que terminan en garras pueden sujetarse bien en el cabello humano. Al nacer, tienen aproximadamente el tamaño de la cabeza de un alfiler, por lo que es mucho más difícil que los veamos. Las liendres o huevos, en cambio, tienen una forma ovalada y, en ocasiones, se pueden confundir con la caspa porque se sitúan cerca del cuero cabelludo y son de un color blanquecino. 

Por tanto, encontrarlos puede ser una tarea compleja, aunque nos ayudará saber que prefieren unas zonas concretas para poner los huevos, como la nuca, detrás de las orejas y en las sienes. Y, aunque pueden ser una gran molestia, no son peligrosos ni son ninguna señal de una mala higiene ni nada por el estilo. Cualquier persona con cabello puede contraer piojos. 

Cómo se contagian los piojos

Uno de los mayores mitos sobre los piojos es que tienen la capacidad de saltar y volar. Sin embargo, esto no es así. “Los piojos ni saltan ni vuelan”, nos explica la pediatra. El contagio de los piojos se produce por contacto estrecho con alguien que los tiene, o si tocamos la ropa de alguien con piojos o compartimos sombreros, peines o cepillos, porque se desplazan arrastrándose. Esto explicaría también por qué los niños son los que los contraen con más frecuencia: suelen estar en espacios reducidos en la escuela. Pero los padres también pueden contagiarse de sus hijos a través del contacto directo de cabeza a cabeza.

“Tampoco prefieren el cabello sucio, solo que el lavado frecuente elimina muchos piojos por arrastre y eso hace que en los cabellos limpios haya menos parásitos”, matiza Colli, que desmiente así también otra de las falsas creencias sobre estos molestos parásitos.

Cómo podemos detectarlos y acabar con ellos

Ya hemos visto que los piojos son muy pequeños y, en ocasiones, difíciles de ver a simple vista. Por ello, y como recomienda la pediatra, “la mejor forma de detectarlos es por inspección”. Y esto se hace observando el cabello “con una buena luz, con una liendrera que permite detectar piojos vivos o liendres”, esos pequeños puntitos amarillos o blanquecinos “que se adhieren firmemente al pelo, cerca del cuero cabelludo”, afirma Colli. 

A diferencia de la caspa, que se cae del cabello fácilmente, los piojos muestran un poco más de resistencia. 

En cuanto a los síntomas, la presencia de piojos se asocia sobre todo a picores. Esto es así porque el parásito “se alimenta de la sangre y, cuando muerde para extraerla, deja su saliva en la picadura; la irritación que produce es la responsable del picor”, advierte Colli. Una de las particularidades es que el picor puede llegar a tardar en aparecer varias semanas, “lo que hace que pasen desapercibidos y, por tanto, aumente el riesgo de propagación”, afirma la pediatra. En algunos casos, este picor es tan intenso que pueden llegar a producirse heridas en el cuello cabelludo debido a la intensidad del rascado.

En cuanto a los tratamientos para acabar con los piojos, existen varios productos, aunque los más efectivos contienen “permetrina o dimeticona, en forma de lociones o champú. Estos tratamientos eliminan los piojos vivos, pero es necesario extraer también las liendres de forma mecánica, con la liendrera”, aconseja Colli, de ahí que su tratamiento sea tan laborioso.

Porque, además, y según la pediatra, este tratamiento “se debe repetir pasada una semana para eliminar los piojos que puedan haber eclosionado de liendres residuales”.

Cómo se pueden prevenir los piojos


Trenzas, moños o colas de caballo ayudarán porque minimizan el contacto de los piojos con el cabello de otros niños.

Realizar controles regulares

Una de las maneras más efectivas para prevenir la propagación de piojos es realizar revisiones regulares en casa, inspeccionar el cuero cabelludo a fondo, sobre todo cuando sepamos de la existencia de un brote. Esto podemos hacerlo con un peine de dientes finos, separando el cabello en pequeñas secciones y examinando el cuero cabelludo y las hebras capilares para detectar cualquier signo de piojos o liendres. Al ser tan pequeños y moverse rápidamente necesitaremos tener un buen ojo y paciencia durante estas revisiones, pero hacerlo puede evitar que se propaguen a otras personas.

Inspeccionar la ropa

Aunque los piojos sobreviven muy poco tiempo fuera del cuero cabelludo, es importante inspeccionar la ropa que haya estado en contacto con una persona que haya tenido piojos. Podemos lavar la ropa de cama, las bufandas o prendas de vestir usadas recientemente con agua caliente ya que tanto las liendres como los piojos adultos mueren tras someterse unos cinco minutos a una temperatura superior a 50ºC.

Recoger el cabello largo

El cabello largo facilita la transmisión de piojos, por tanto, mantenerlo recogido puede ayudar a prevenir la infestación. Trenzas, moños o colas de caballo ayudarán porque minimizan el contacto de los piojos con el cabello de otros niños. 

Usar productos preventivos adecuados

No todos los productos sirven para prevenir los piojos ya que los que usamos para el tratamiento “no se deben usar como preventivos ya que podría ocasionar resistencias”, advierte Colli, que afirma también que los “productos tradicionales como el aceite de árbol de té no han demostrado eficacia y podrían resultar irritantes”.