
José Ramón Soroiz, el actor más querido en Euskadi conquista ahora España y apunta al Goya
Es uno de los rostros más populares del teatro y la televisión del País Vasco, pero gracias a Maspalomas, por la que ha ganado la Cocha de Plata, está enamorando a todos
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Cuando Maspalomas se vio en el Festival de Cine de San Sebastián, un amplio porcentaje de los periodistas se preguntaba quién era aquel señor, de nombre José Ramón Soroiz, que les había hecho conmoverse hasta las lágrimas con su contenida y sensible interpretación de un hombre que, a los 70 años, regresa al armario cuando ingresa en una residencia. El resto, periodistas y público de Euskadi, daban un tirón de orejas a sus compañeros del resto de España por no conocer a Soroiz, una auténtica estrella allí desde hacía décadas. Hasta en las tiendas de Donostia la gente se alegraba de su éxito
Él es uno de esos rostros populares que ha acompañado a varias generaciones gracias a su trabajo en teatro pero, sobre todo, en la ETB, la televisión autonómica, donde protagonizó una teleserie que es historia de la televisión vasca, Bi eta bat, en la que estuvo 21 años y en donde coincidió con otras dos actrices que, tras triunfar en la autonómica saltaron a la popularidad nacional: Elena Irureta y Ane Gabarain. Junto a ellas, además, protagonizaría Patria, la adaptación de la novela de Fernando Aramburu que estrenó HBO en 2020 y donde daba vida a uno de los personajes principales, Txato.
Ahora, tras años de trabajo silencioso, Pinpix, como le llaman los amigos, ha ganado la Concha de Plata a la Mejor interpretación en el Zinemaldia y apunta al Goya al Mejor actor protagonista. Lo hace, además, una persona a la que las entrevistas, la prensa y la exposición le parecen la parte más complicada de su profesión, como dejó claro en la rueda de prensa de presentación de la película. Eso sí, cada vez que habla, uno vuelve a emocionarse con una sencillez que se nota a los dos lados de la pantalla.
Uno de sus directores en Maspalomas, Aitor Arregi, define lo que ha pasado con José Ramón Soroiz como un Searching for Sugar Man. Cita el documental que contaba la historia de Sixto Rodríguez, un cantante que en EEUU era un desconocido, pero que se había convertido en una estrella en Sudáfrica gracias a un casete que llegó con sus canciones. “Me ha pasado un poco lo mismo con José Ramón, porque yo pensaba que quizás por Patria sería más conocido, pero muchos de fuera del País Vasco no le conocían, nos preguntaban que de dónde habíamos sacado a este actor”, recuerda el cineasta.
Para ellos es un actor que siempre les ha acompañado. “Desde que éramos críos, para nosotros es José Lontxo”, aclara y hace referencia a su mítico personaje en Bi eta bat. Para Arregi, Soroiz es tan bueno “porque hay mucha verdad en su interpretación”. “Creo que cuando está interpretando a nuestro Vicente de Maspalomas estás viendo a Vicente, pero también estás viendo al José Ramón que has conocido en los ensayos”, dice sobre el actor.
En Maspalomas coincide con Nagore Aranburu, otra actriz que tras triunfar en Euskadi se ha hecho una de las intérpretes fundamentales del momento gracias a Querer, la serie de Alauda Ruiz de Azúa. Aranburu, que hace de su hija en la ficción, recuerda con cariño y emocionada que su primer trabajo en una serie de televisión (Maite), hace casi 30 años, tenía como protagonista a José Ramón Soroiz: “Me acuerdo como si fuera ayer de aquellos primeros días de ensayo, porque yo llegué con todas mis ganas, toda mi ilusión, pero también con todos mis nervios. Y ahí había un hombre, un actor con mucha experiencia y que se movía allí como si estuviese en su casa, cómodo y muy tranquilo”.
Hemos sido compañeros de piso, amigos, marido y mujer… Casi siempre marido y mujer. Entre nosotros existe una complicidad única, un entendimiento especial
Aquel desconocido hizo que esa experiencia fuera como la seda. “Me arropó, me acogió, me cuidó y me enseñó. Han pasado casi 30 años desde entonces y en Maspalomas, José Ramón tenía que hacer su primer protagonista en el cine y llegó desde el inicio con nervio, con ilusión, pero también con algún miedo. Y ha sido precioso poder acompañarle en ese viaje increíble que ha hecho. Poder cuidarle, darle mimos e ir de la mano con él. Le quiero un montón porque es muy buen actor, pero sobre todo es una excelente persona”, dice la actriz.
Elena Irureta es su compañera en series y obras de teatro desde hace décadas. “Hemos sido compañeros de piso, amigos, marido y mujer… Casi siempre marido y mujer. Entre nosotros existe una complicidad única, un entendimiento especial. Tras tantos momentos, tantas experiencias y proyectos compartidos, ¡qué alegría me da el premio que ha recibido por su trabajo en Maspalomas! Bien merecido porque es un actor extraordinario, pero sobre todo, un trabajador incansable. Este reconocimiento le correspondía desde hace tiempo. Zorionak, Pinpix”, dice la actriz que hizo de su mujer en la inolvidable Patria.
Los Moriarti ya le dieron un papel pequeñito en Loreak pero, como recuerda Jose Mari Goenaga, “muchas veces estaba en off”. “La película tenía una planificación donde a veces nos centrábamos en la protagonista o en un objeto y todo lo que rodeaba ese personaje o a ese objeto quedaba en off. Me acuerdo que Nagore Aranburu, en un momento dado, nos dijo ‘oye, explicarle a José Ramón, porque está un poco alucinando de que está interpretando, pero ve que la cámara está en otro sitio y no le está enfocando’. Se lo explicamos, a lo mejor un poco tarde, pero lo entendió perfectamente”, recuerda Goenaga.
Ane Gabarain, José Ramón Soroiz y Elena Irureta en ‘Bi eta bat’
Como contaron en el Zinemaldia, una de las pocas cosas que pidió José Ramón Soroiz cuando aceptó hacer Maspalomas es que no quería hacer prensa. “Descubrí una persona que se ahogaba en un vaso de agua y me sentí muy identificado, porque yo también tiendo a agobiarme. Creo que, como yo, tiene un gran síndrome del impostor. Él pensaba que no lo iba a poder hacer, iba vendiéndose fatal y dije, no pasa nada porque sé que es buen actor y la persona ideal para hacer ese personaje. También me generó un miedo de cara al rodaje, a ver si íbamos a ser dos personas ahogándonos a la vez, pero afortunadamente no ha sido así, entre otras cosas también porque estaba Aitor, que tiene un empuje y una positividad que venía bien para contrarrestarnos”, subraya. Soroiz dice que ha sido la mejor experiencia de su vida.
Tanto Goienaga como Arregi destacan su generosidad y aprovechan para manderle un mensaje: “Me gustaría decirle que se lo crea porque es un gran actor y ojalá siga haciendo cosas, que deje a un lado esas inseguridades que tiene, porque lo que ha conseguido yo creo es muy remarcable, ser el primer actor en euskera que consigue la Concha de Plata. Es un orgullo para todos. Para todos los euskaldunes y en especial para todos esos actores que están ahí peleando siempre”.