La alarma social por el diagnóstico tardío de cáncer de mama empuja a Moreno a prometer ceses en el Gobierno andaluz

La alarma social por el diagnóstico tardío de cáncer de mama empuja a Moreno a prometer ceses en el Gobierno andaluz

El presidente de la Junta lamenta haber recibido la información «muy tarde» y avanza que, una vez resuelto el problema, llegará el momento de “depurar las responsabilidades necesarias”

La Fiscalía Superior de Andalucía abre una investigación por el fallo en el cribado del cáncer de mama

La alarma social que ha desatado el escándalo por el retraso en los cribados de cáncer de mama ha derivado en una tormenta política que sitúa a Juan Manuel Moreno ante su mayor crisis desde que llegó a la presidencia de la Junta de Andalucía. Presionado dentro y fuera del Parlamento, y con un frente judicial en ciernes, el presidente se ha visto empujado a prometer que va a “depurar responsabilidades”, en un intento por contener el desgaste que amenaza a su Gobierno, sin tocar aún a su consejera de Salud, Rocío Hernández.

En plena precampaña electoral, los “errores” en el programa de detección precoz del Servicio Andaluz de Salud (SAS), que afectan a unas 2.000 mujeres, se han convertido en la chispa capaz de ahumar la imagen de pulcritud y solvencia que ha cultivado Moreno durante años, y que le llevó a lograr la mayoría absoluta en 2022. Una chispa que prende sobre un malestar ciudadano que lleva tiempo cociéndose en torno a la sanidad pública, el segundo problema para los andaluces según el último CIS autonómico.

Por eso, Moreno se ha excusado declarándose a sí mismo otra víctima del fallo detectado en el programa de cribados. “Es verdad que personalmente yo he tenido información de esto muy, muy tarde, porque los sistemas de información han fallado”, reconoció este lunes en una comparecencia ante los medios. Su prioridad, según dijo públicamente, es resolver el problema y, ya después, depurar responsabilidades, como le exigen la oposición, los sindicatos médicos y las afectadas, con el foco puesto en la titular de Salud por la “frialdad” que ha manifestado al gestionar este escándalo.

Su intento de calmar las aguas llega, sin embargo, en el momento más delicado: la Fiscalía Superior de Andalucía ha abierto diligencias de investigación por este caso; el Ministerio de Sanidad ha pedido por carta datos sobre el fallo en los cribados exigiendo “máxima transparencia” y la Asociación de Mujeres con Cáncer de Mama (Amama) ultima una demanda colectiva contra el Ejecutivo de Moreno por “grave negligencia” en el protocolo de detección precoz “que puede tener consecuencias penales”.

Nubarrones sobre el Gobierno de Moreno

Desde que estalló la tormenta, el Gobierno de Moreno ha tratado de resguardarse, confiando en que amaine el temporal, consciente de que la oposición de izquierdas esperaba esta “chispa” para “incendiar las calles” y “polarizar” la precampaña de unas elecciones previstas para junio de 2026. Sin embargo, el muro tras el que se parapetaba la Junta –la aparente impasibilidad de la consejera de Salud– ya no sirve en una crisis que va escalando a medida que a la presión institucional se suma la de la calle, donde el tema de los cribados es ya recurrente en las tertulias ciudadanas.

Los sindicatos denuncian falta de recursos y personal en radiología. Amama, la entidad que destapó el escándalo, recopila “miles” de denuncias de mujeres que han “colapsado” los teléfonos de la asociación para contar sus casos. El Defensor del Pueblo Andaluz ha anunciado que iniciará una investigación de oficio. Los partidos de izquierdas piden la cabeza de la consejera y reclaman al presidente explicaciones urgentes. Y hasta Vox —posible futuro socio de gobierno del PP— ha pedido su dimisión por “abandonar” la sanidad andaluza.

En el Palacio de San Telmo —sede de la Junta— admiten que lo que más preocupa al presidente no es tanto que la izquierda capitalice políticamente la crisis de los cribados, sino que el Gobierno proyecte una imagen de insensibilidad hacia las mujeres afectadas, muchas de las cuales están relatando ahora los meses —y en algunos casos años— de incertidumbre, miedo y desazón que han vivido sin saber si padecían o no un cáncer maligno.

Más allá de la gestión y las cifras, Moreno ha cultivado con esmero una imagen personal de proximidad y empatía. Ese capital simbólico —su mayor activo político, reconocido incluso por sus adversarios— es hoy el que se pone a prueba. Pero el intento de rebajar la magnitud del problema solo ha encendido más la indignación. La reunión de la junta directiva de Amama con la consejera Hernández el pasado jueves no sirvió para destensar los ánimos. Al contrario: las representantes de la asociación salieron indignadas.

Cesar a los responsables para una segunda fase

Acusaron a la consejera de haberles “reñido”, de reprocharles que se reunieran antes con el PSOE que con ella, de “politizar” el problema y de “manipular el sistema sanitario andaluz”, expresiones que la propia Hernández había empleado un día antes en una entrevista en la Cadena SER. También les afeó que “vieran el vaso medio vacío”, tras recalcar que solo el 2% de las más de 2.000 mujeres afectadas “podría estar en riesgo real de tener un cáncer”.

Tras aquel encuentro, la asociación que ahora ultima una demanda colectiva contra el Gobierno andaluz ha vuelto a insistir en que “se depuren todo tipo de responsabilidades hasta sus últimas consecuencias”. Moreno dice que lo hará, pero lo deja para más adelante: “Primero, fase de solventar el problema y solventar el problema es llamar a las mujeres, hacerles las pruebas pertinentes. La segunda, dentro de esa auditoría, […] ver quiénes han sido los responsables causantes de ese problema para cuando llegue su momento: depurar las responsabilidades que sean necesarias”.

Por el momento, Moreno no se plantea cesar a la consejera de Salud en precampaña electoral, según fuentes de su entorno. Pero el dedo acusador no solo recae sobre la titular de Salud: hasta Vox ha señalado al líder del PP andaluz como “principal responsable”, forzando al Gobierno andaluz a responder ante una crisis que ha alterado el clima político en Andalucía.