
Jeremy Allen White: “Le doy las gracias a Bruce Springsteen por usar su altavoz y hablar ahora que la gente se pone nerviosa por hacerlo”
El actor interpreta a The Boss en ‘Springsteen: Deliver Me From Nowhere’, el biopic sobre el músico que se estrena el 24 de octubre y por el que ha visitado España
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Bruce Springsteen es uno de esos iconos intachables. Es transversal. Gusta a gente de todas las edades, de todos los países y, esto es lo más complicado, de todas las ideologías. Por eso, cuando Bruce Springsteen habla, el mundo calla. Es una autoridad que se ha ganado a pulso poder decir lo que quiera y que la gente escuche. Por eso, que el símbolo musical de EEUU, el cantante que ha llevado la bandera del país en su pantalón vaquero durante décadas, hablara en contra de la administración Trump fue tomado como un signo importante.
“Su Administración es corrupta, incompetente y traidora”, dijo el Boss en un concierto en Manchester. Por supuesto, el presidente de su país contestó. Le llamó “tonto” y dijo que está “sobrevalorado”. Springsteen ha hablado cuando muchos no lo están haciendo. El miedo a las represalias, o incluso a la censura como se vio con Jimmy Kimmel, empieza a instaurarse, y en ese contexto la figura del artista es más importante que nunca.
En ese contexto es en el que llega a las salas el primer biopic sobre el cantante. Springsteen: Deliver Me From Nowhere se estrenará el próximo 24 de octubre, y para promocionarlo han visitado Madrid de forma fugaz su director, Scott Cooper, y su protagonista, un Jeremy Allen White que tras convertirse en una estrella gracias a la serie The Bear se transforma de manera brillante en el músico. Lo hace en un momento concreto de su vida, la creación del álbum Nebraska, el más personal de su vida y en el que aquel icono mostró su vulnerabilidad y empezó a hablar de depresión y salud mental.
Para su director “hacer una película sobre Bruce Springsteen significa hacer una película sobre la conciencia estadounidense y sus canciones”. “Bruce es político, no en el sentido partidista, sino en el sentido humano. Y creo que siempre que alguien como Bruce tenga la valentía de decir lo que piensa, mucho mejor”, cuenta el realizador que remarca que el músico siempre “dice lo que piensa sobre lo que ocurre en EEUU, independientemente de quién sea el presidente”. “Da voz a quienes no tienen voz, a quienes viven al margen, a quienes buscan el sueño americano y no lo logran, a quienes lidian con la desesperación, la fatiga económica y moral, todo tipo de cosas que estamos viviendo ahora”, añade.
Jeremy Allen White coincide en que Springsteen es no solo un icono musical, sino un referente político, y por eso le da las gracias. “He estado hablando con él últimamente y estoy muy agradecido de que use su plataforma para hablar con tanta sensatez al público en este momento en que la gente se pone muy nerviosa al decir lo que piensa. Cuando Bruce habló en Manchester, hace seis meses o siete meses recuerdo haberle escrito diciendo: ‘Gracias. Estoy muy agradecido por ti y por gente como tú’, y él me respondió algo así como: ‘No tienes por qué agradecérmelo, así soy yo y así he sido siempre’”, confiesa el actor.
Cooper cree que la actitud de Springsteen es la que debería ser: “Hay que poder criticar a tu país cuando ves que las cosas no están a la altura de los valores en los que todos creemos o en los que queremos creer. Lo que creo que convierte a EEUU en un lugar muy especial es la libertad de expresión. Y, a menudo, tenemos artistas que no tienen miedo de decir lo que piensan. Eso es algo genial de ser estadounidense”.
El mundo del espectáculo puede ser muy divertido y muy emocionante, pero tiene que ser parte de una vida mucho más grande y no puede sustituir a la vida
Para el actor, una de las cosas que le interesó del guion es que habla de cómo lidiar con la fama. Cita al productor y representante de Springsteen, Jon Landau, que dijo en una entrevista en la revista Time que “el mundo del espectáculo puede ser muy divertido y muy emocionante, pero tiene que ser parte de una vida mucho más grande y no puede sustituir a la vida”. “Creo que ahí es cuando los artistas se meten en problemas, cuando no saben realmente quiénes son fuera de su trabajo, o si no se sienten cómodos consigo mismos fuera de su trabajo. Tu sentido de identidad se ve amenazado de alguna manera”, explica.
Él se manifiesta como “muy afortunado”, porque a pesar de que en los últimos años se ha hecho más famoso, siente que tiene “una familia y dos niños pequeños” que, cuando entra por la puerta, hacen que se sienta “humilde” y sepa quién es. “Siento que hay muchos artistas, músicos, actores, y mucha gente en general, que no tienen ese arraigo inmediato. Y creo que ahí es donde uno puede meterse en problemas”, zanja.
La película elige ese momento tan concreto y acierta al mostrar un Bruce Springsteen vulnerable, que rompe con la imagen de una masculinidad clásica, y por eso Scott Cooper eligió esa etapa, “porque muestra a Bruce en su momento más vulnerable”. “Es Bruce en su etapa más dolorosa. Hay una crisis de salud mental en EEUU. Hombres, mujeres, niños. No sé si en España también, pero creo que esta película sin duda llegará a la gente que está sufriendo, y pensé que era importante mostrar que si Bruce Springsteen puede sufrir así, superarlo y buscar la ayuda adecuada, nosotros también podemos”.
En una película como esta, uno de los retos era encontrar a quien interpretara a The Boss, por suerte se encontró en su camino con Jeremy Allen White, quien dice que comparte muchos rasgos con el cantante: “humildad, vulnerabilidad, intensidad, presencia… Y también canta, toca la guitarra y la armónica de maravilla”. Allen White canta de verdad en un filme y lo hace en una interpretación que no se basa solo en la imitación. Reconoce que le dio miedo “no sonar exactamente como él, o no cantar exactamente como él”. Finalmente, lo afrontó como si fuera un personaje más, “un hombre de 31 años que está lidiando con la fama por primera vez”. Su enfoque no fue otro que intentar que su Bruce “se sintiera lo más real posible”.