Barrigas fuera: la moda abraza el «estoy embarazada y está bien que lo parezca»

Barrigas fuera: la moda abraza el «estoy embarazada y está bien que lo parezca»

En medio de una oleada conservadora que busca reducir los derechos reproductivos de las mujeres, artistas e ‘influencers’ lideran una tendencia que busca visibilizar sus embarazos lo más posible, desde las redes sociales hasta las pasarelas

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Esta historia comienza en una portada de revista de los años 90 y acaba, por ahora, en un post de Instagram. En la primera posaba la actriz estadounidense Demi Moore, desnuda y embarazada de casi nueve meses, en la cubierta de Vanity Fair. En la segunda aparece la empresaria y cantante barbadense Rihanna, anunciando también su embarazo como años antes había hecho en plena actuación musical, utilizando el escenario de la Super Bowl estadounidense. Pero si el retrato que Annie Leibovitz hizo a Moore fue calificado de pornográfico, el gesto de Rihanna, tres décadas después, es ya uno más en una tendencia que va camino de consolidar el embarazo como aspiración estética y económica al alcance de pocas.

Y no solo eso. Cada narrativa visual impulsada por las redes sociales y las marcas de moda tiene su contexto. Y el actual es que estas mujeres posan con su embarazo —con el respaldo de no pocas marcas de moda—, mientras líderes occidentales recortan los derechos reproductivos de las mujeres y la situación socioeconómica en la mayoría de países hace que tener hijos sea imposible para muchas familias por su elevado coste. Con este telón de fondo, artistas e influencers, desde Beyoncé a Kim Kardashian o Cardi B, desde Dulceida a María Pombo, han integrado su embarazo (y posparto) en la narrativa estética que guía a diseñadores de moda y a su audiencia por igual.

La tendencia va más allá de anunciar la maternidad aprovechando un evento con la atención asegurada de los espectadores. No es solo el cambio de vestuario sorpresa en medio de una actuación para desvelar la barriga o el diseño de vestidos por grandes marcas que además están adaptados a cualquier momento del embarazo. Es que la tripa ya no solo no se camufla, sino que se celebra. En la calle, en las pasarelas de moda, en los posados para revistas o en los retratos que inundan las redes sociales.

Quién quiere estar incómoda

“El vestuario actual ya no consiste en esconder el embarazo como se hacía antes. Ahora dice: ‘estoy embarazada y está bien que lo parezca”, explica a este diario Melissa Tombro, profesora de comunicación y estudios de la mujer en el Fashion Institute of Technology de Nueva York. Tombro describe que el estilo “desenfadado” de Rihanna tiene su reflejo en la calle: “Se revela mucho más el cuerpo de embarazada, la barriga, con camisetas más cortas y prendas ajustadas que muestran las curvas. Lo que desde luego no se ve es que las mujeres acepten ya estar incómodas durante el embarazo”.

Según la edición británica de Vogue, efectivamente la tendencia es hacia la comodidad —desde el calzado hasta las camisetas— sin dejar de lado ni accesorios ni prendas específicas de cada temporada. “Durante el embarazo, existe la posibilidad de dejar demasiado espacio para la imaginación”, reflexionaba la cronista de moda canadiense Monica Ainley, afincada en París, durante su segundo embarazo. “La opción más elegante es precisamente un vestido que, en vez de disimular la barriga, la realza”.

A lo largo de la historia, las mujeres han camuflado o escondido su embarazo con recursos que van desde no salir de sus hogares en los últimos meses antes de dar a luz hasta corsés especiales. Pero a finales del siglo XX la costumbre cambió, en gran parte, por el retrato de Moore. Fue entonces cuando “el embarazo, la maternidad y la fertilidad pasaron a entenderse como otra oportunidad comercial”, según afirmaba la especialista en moda Liza Betts en este análisis de The Guardian.

Se revela mucho más el cuerpo de embarazada, la barriga, con camisetas más cortas y prendas ajustadas que muestran las curvas

Melissa Tombro
omunicación y estudios de la mujer en el Fashion Institute of Technology (Nueva York)

Michelle White, profesora de cultura y artes visuales en la Universidad de Tulane (Luisiana, EEUU), ha analizado cómo estos posados durante el embarazo han ido ganando terreno en las sesiones de fotos reservadas antes para momentos como compromisos de boda, matrimonios o aniversarios. “Las parejas reservan sesiones de fotos para conmemorar embarazos, nacimientos y cumpleaños”, escribe en su trabajo sobre la evolución de este tipo de fotografía. En el texto, White asegura que “dada la importancia de estas imágenes, los cambios en las fotografías y la manera en que se distribuyen también afecta a las estructuras culturales y nuestras creencias, incluida la heterosexualidad y los roles de género tradicionales”.

“En la narrativa patriarcal de la feminidad, el embarazo y la maternidad son a la vez sanos y monstruosos, y deben controlarse y ocultarse. Un vientre embarazado al descubierto es escandaloso”, escribe la periodista Harriet Hall, directora de reportajes de Cosmopolitan, en la revista. “Esto quedó aún más claro cuando Ross, de [la serie] Friends, sugirió que Rachel se cambiara para su cita con la matrona, ya que llevaba una camiseta ligeramente corta que dejaba al descubierto la parte inferior de su barriga. Esta elección de estilo fue tan inusual en aquel momento que yo también consideré el vientre al descubierto de Rachel bastante radical”.

Pero Hall escribía igualmente que su embarazo fue “sorprendentemente liberador” en otros aspectos, especialmente en lo físico. “He desarrollado una confianza en mi propio cuerpo que creía haber perdido para siempre”, admite. En cuanto a la ropa, dice haber huido de las camisas grandes y las prendas diseñadas exclusivamente para embarazadas que buscaban camuflar la tripa. “He descubierto que lo contrario me favorece más: prendas ajustadas, ceñidas y fruncidas que envuelven la barriga. En lugar de la presión constante que antes sufría a diario en un intento inútil por ocultar mi tripa de treinta y tantos, estar visiblemente embarazada me ha permitido respirar y aceptar mi cuerpo”.

Posado tras posado, Rihanna es la última artista a la que se responsabiliza de haber “cambiado radicalmente cómo entiende la industria el estilo de las embarazadas”, en palabras de la estilista Angela Kyte a Hello Magazine. “No se trata solo de ropa, sino de su confianza y su mentalidad. Al rechazar la idea de que el embarazo requiere un uniforme de elásticos y túnicas extragrandes, Rihanna ha desafiado tanto a diseñadores como a consumidores para que reconsideren lo que puede llegar a ser la moda premamá”.

El retrato de Demi Moore por Leibovitz pudo generar tal polémica que algunos puntos de venta cubrieron la portada de Vanity Fair, pero el cambio actual ha recibido la respuesta diametralmente opuesta por parte de las grandes marcas. La firma sueca H&M viste a premamás en todo el mundo y a modelos en la Met Gala, como Adwoa Aboah; el diseñador de alta costura Schiaparelli engalanó a Sienna Miller en la alfombra roja de Vogue; marcas como Bottega Veneta o The Row han visto su nombre junto al de la actriz Margot Robbie embarazada y Úrsula Corberó ha unido así el suyo al de Chanel hace apenas unos días en la última Semana de la Moda de París.

“La industria de la moda es muy buena captando las señales de lo que está pasando socialmente y ha habido muchas. Pienso en Rihanna actuando en la Super Bowl o en Cardi B embarazada en la Gala del Met”, dice Trombo de momentos importantes con celebridades mostrando sus embarazos. “Sería una locura que la industria de la moda no aprovechara este momento y estas conversaciones públicas para decir: ‘Oye, estamos aquí para ser parte de la conversación’”.


La actriz Úrsula Corberó este 6 de octubre en el desfile de la firma Chanel durante la Semana de la Moda de París.

El embarazo como símbolo de riqueza y estatus

El interrogante es cómo encaja esta tendencia en el giro conservador que afecta a algunas sociedades occidentales como la estadounidense, donde los derechos reproductivos de las mujeres se han visto reducidos en los últimos años. “¿Cómo hemos pasado de que tener hijos sea algo natural a convertirlo en símbolo de estatus?”, pregunta el consultor de marcas Eugene Healey en este vídeo en el que analiza la tendencia. Healey defiende que decidir tener varios hijos en la actualidad está relacionado directamente con la situación económica familiar, así como la estabilidad laboral, pero también es una manera de decir que confías en el futuro “a pesar de que el mundo a tu alrededor se desmorona”.

De ahí que las mismas celebridades que incluyen su embarazo en la narrativa y la estética que van construyendo a través de sus publicaciones en redes sociales, muestren después también toda la vida familiar, aprovechando en algunos casos cada posado para seguir vendiendo productos —como ha hecho la cantante barbadense al posar con un reloj al tiempo que muestra a su hija recién nacida. Ese símbolo de estatus, añade Healey, “también supone mostrar hasta qué punto puedes mantener el mismo estilo de vida que llevabas antes de tener hijos”, con apariciones en eventos públicos “sin parecer nunca que estás cansada”.

Pero Tombro dice que hay algo más. “Es básicamente presumir de que tienes acceso a una buena atención sanitaria, como es el caso de la mayoría de las personas con más dinero, pero esta no es la realidad para el resto”, recalca la profesora por el contexto de EEUU, donde no existe la asistencia sanitaria universal. “Creo que se trata de mostrar cierta confianza, pero también que, igual que las familias numerosas muestran el embarazo en todas sus etapas, se trata también del acceso a una buena atención médica, que cada vez es menos común”.

La académica estadounidense apunta a que estas figuras públicas también están participando así en una conversación pública sin necesidad de posicionarse activamente en favor de los derechos de las mujeres —o en contra del aborto—, como podían haber hecho en el pasado. Desde la derrota de Hillary Clinton en las presidenciales de 2016, cuenta Tombro, “el feminismo se convirtió en algo con lo que ninguna joven quería verse asociada”, por lo que ni las grandes firmas ni las modelos y artistas quisieron sumarse públicamente a las corrientes más progresistas.

Pero las políticas de Trump desde entonces, y la revocación en concreto del derecho al aborto en algunos estados, al eliminar la protección a nivel federal en todo el país, ha hecho que esas mismas jóvenes comprendan la importancia de derechos que habían dado por consolidados. “La historia del feminismo, o incluso hablar de salud reproductiva, es un tema complejo para mucha gente”, reconoce Tombro, por lo que admite que es difícil que las celebridades quieran respaldarlo abiertamente. “Pero creo que cuando tienes un momento como este, sabes que estás aprovechando una gran conversación pública de la que de repente sientes que puedes formar parte”.