Las mentiras de Mazón en su primera entrevista en 11 meses: de las 30 gotas frías a las multas por limpiar barrancos

Las mentiras de Mazón en su primera entrevista en 11 meses: de las 30 gotas frías a las multas por limpiar barrancos

El presidente de la Generalitat normaliza irse a comer al Ventorro en pleno aviso rojo por lluvias torrenciales (riesgo extremo), con Utiel inundado, porque los datos eran «los esperables en una gota fría normal» y no dice la verdad al afirmar que ha habido 30 avisos rojos por gotas frías en 10 años y que la Confederación Hidrográfica del Júcar ha multado a ayuntamientos por limpiar barrancos

Una testigo de Emergencias revela que la víspera de la dana la Generalitat denegó recursos para vigilar caudales de barrancos

El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, vuelve a la carga con nuevos bulos ventilados en la primera entrevista que ha concedido a un medio de comunicación en los últimos 11 meses para tratar de justificarse y de derivar responsabilidades por su palmaria ausencia como máximo responsable de la Generalitat Valenciana en el día de la mayor catástrofe de su historia reciente.

Así, en la entrevista publicada este miércoles en el digital Ok Diario (Las Provincias ha dado este miércoles un avance de la que publicará íntegra este jueves) Mazón agita los clásicos bulos sobre la falta de información por parte de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) y de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) justo cuando se acaban de difundir varios vídeos que acreditan que tras la alerta hidrológica de las 12.20 por la crecida del barranco del Poyo la Generalitat debía hacerse cargo de su seguimiento a través de los bomberos forestales y que la exconsellera de Justicia, Salomé Pradas, mando único de la emergencia, se había anotado que era uno de los principales puntos a tener a cuenta. Esa alerta hidrológica se mantuvo activa todo el día y se produce por un aviso directo de la CHJ. Aemet activó el primer aviso rojo a las 7.36 horas de la mañana.

En este contexto, el jefe del Consell trata de justificar su incomprensible asistencia a la comida en El Ventorro con prácticamente toda la provincia de Valencia en aviso rojo por lluvias torrenciales, lo que implica riesgo extremo para las personas, a una hora a la que Utiel estaba completamente inundada, con varios rescates ya realizados, y a la que se pidió la movilización de la Unidad Militar de Emergencias (UME): “Las noticias que teníamos eran lo esperable en una gota fría. Pero esa mañana nadie nos avisó de que el tamaño de la gota fría iba a ser ese. Por eso mantuve mi agenda. No tenía que estar en ningún órgano de coordinación para tomar ninguna decisión, ni para acelerar ni retrasar ninguna decisión. Estábamos puntualmente informados. Esa mañana tuvimos pleno del Gobierno con la consellera de Emergencias, donde ya teníamos las primeras noticias y pudimos coordinar la prevención y la preparación de las distintas consellerias para cualquier eventualidad. En un contexto en el que se había dicho que habría 180 litros por metro cuadrado y en Turís acabaron siendo 800. Por fin, después de muchos meses, se empiezan a certificar las cosas que hemos dicho durante mucho tiempo. Se nos decía que el temporal y que las lluvias iban a acabar a partir de las seis. Por tanto, lo que estaba ocurriendo era lo esperable en una gota fría habitual”.

Mazón agita en esta respuesta otro de sus clásicos bulos, el de los supuestos fallos de Aemet en sus predicciones. Como se ha repetido hasta la saciedad, Aemet pronostica umbrales en función de los que se activan los niveles de aviso. Con un aviso rojo, la previsión es que caerán más de 180 litros por metro cuadrado en 12 horas y los avisos tienen un horizonte temporal que se va actualizando en función de la evolución del fenómeno. Cuando se activó el aviso rojo hasta las 18.00 horas no significa que vaya a finalizar a esa hora, sino que habrá una actualización antes de esa hora en la que se puede mantener y prorrogar o bajar a un nivel inferior.

Además, para tratar de justificar su pasividad, Mazón trata de quitar hierro al aviso rojo, porque según él, son muy comunes: “Manejábamos los datos que nos ofrecían las agencias estatales. Si lo analizamos con la previsión que había, acostumbrados a gotas frías, que hubiera pueblos inundados, que se viera a personas sacando agua de sus plantas bajas… desgraciadamente estamos acostumbrados. En los últimos diez años, en la Comunitat Valenciana, ha habido 30 alertas rojas, 30 gotas frías, casi todas en la Ribera. Nadie nos avisó”.

Los datos de gotas frías y avisos rojos (Aemet no activa alertas, sino avisos) de Mazón no se corresponden con los de la Aemet. Según fuentes del organismo consultadas por elDiario.es, “entre el 1 de enero de 2015 y el 28 de octubre de 2024 (previo a la catastrófica gota fría del día 29), hubo 11 episodios que dieron lugar a avisos rojos bien por acumulados en una hora o en 12 horas” y añaden que “algunos de esos avisos rojos no fueron gota fría, sino tormentas muy focalizadas en el litoral qiue quedaron estáticas en una zona muy reducida, como la del 14 de septiembre de 2023 en Algemesí o la del 29 de agosto de 2021 en Benicàssim”. Además, explican que en cada episodio puede ver varios avisos rojos, por ejemplo en la dana del pasado 29 de octubre “se generaron seis avisos rojos en un mismo episodio de gota fría, porque afectó a tres zonas de avisos y a los dos tipos de avisos, en acumulados de una y doce horas”.

Sobre la supuesta falta de información del barranco del Poyo, Mazón ha asegurado que “el Gobierno de España durante todos estos meses ha dicho que sí que se avisaba, que se estaba cumpliendo con la obligación, avisando puntualmente de todo, refiriéndose también al Barranco del Poyo y desde la Generalitat se ha dicho que no era así”. El presidente del Gobierno valenciano agita de nuevo la teoría del apagón informativo descartado ya por la jueza de Catarraja que investiga la gestión de la Dana.

Como se ha podido comprobar en los vídeos recientemente publicados, no solo es que ya tenían la información del riesgo en el barranco desde la mañana, es que la CHJ envía 16 correos entre 16.00 y las 19.00 horas por superación de umbrales en los pluviómetros ubicados en la cuenca del Poyo, por lo tanto, la Generalitat recibió la información del gran volumen de agua que estaba cayendo en el barranco, por no hablar del correo que a las 18.45 horas advirtió de la gran crecida. Además, tanto el jefe de climatología de la Aemet, José Ángel Núñez, advirtió en el Cecopi a las 17.15 horas de las lluvias torrenciales que estaban cayendo en Chiva, en la cabecera del barranco del Poyo, tal y como consta en su declaración judicial.

Con todo, el relato de Mazón no se sostiene ya que la primera riada llegó a la Albufera antes de las 19.00 horas y ya había pasado por Torrent, Picanya (donde derribó la pasarela antes de las 18.30 horas) y Paiporta. Mucho antes de que comenzara a detectarse la riada procedente de la cabecera del barranco del Poyo que venía de Chiva y Buñol, ya había llegado una primera riada a l’Horta Sud por los barrancos de la Horteta y Gallego, ubicados aguas abajo del caudalímetro de la CHJ. Por este motivo, el Plan de Inundaciones establece que la Generalitat debe enviar a bomberos forestales y brigadistas a hacer seguimiento de los barrancos.

Por último, asegura Mazón en un nuevo bulo que “por primera vez en la historia, la Generalitat Valenciana hemos abierto una partida en los presupuestos para pagarles a los ayuntamientos las posibles multas que la Confederación [Hidrográfica del Júcar] les imponga por limpiar los barrancos”.

Fuentes de la CHJ consultadas por esta redacción afirman que “la conservación y mejora de los cauces, además de por CHJ, puede ser realizada por otras administraciones, previa autorización” y aseguran que “la autorización es necesaria para asegurar que todo se haga conforme a unos criterios técnicos, sin causar afecciones al cauce”. A este respecto, añaden: “Cabe destacar que la CHJ no ha sancionado a ningún ayuntamiento o particular por realizar este tipo de actuaciones sin autorización en los últimos 10 años”.

Sobre la limpieza de cañas y otra vegetación de los cauces, afirma la CHJ que “la vegetación, además de ser un elemento natural en los cauces, tiene sus funciones y entre ellas está la laminación de avenidas, porque reduce la velocidad del agua y aumenta su nivel. Además, produce desbordamientos en varios puntos del cauce y lo reparte en superficies más grandes de la cuenca. En el caso de que no existiera vegetación, el agua aumentaría de velocidad y produciría desbordamientos más agresivos, produciendo daños devastadores en las partes bajas de los municipios y edificios; además, la vegetación aumenta la infiltración en el terreno y disminuye la erosión de las riberas de los cauces”.