Documentan por primera vez cómo el murciélago ‘gigante’ de Doñana atrapa y devora pájaros en pleno vuelo

Documentan por primera vez cómo el murciélago ‘gigante’ de Doñana atrapa y devora pájaros en pleno vuelo

Tras décadas de intentos, un equipo liderado por la Estación Biológica de Doñana ha logrado registrar el sonido de un nóctulo grande depredando un petirrojo europeo en el aire

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Un equipo internacional liderado por la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) ha documentado por primera vez cómo el nóctulo grande (Nyctalus lasiopterus), el murciélago más grande de Europa, es capaz de localizar, perseguir, capturar y consumir pequeñas aves en vuelo mientras estas migran durante la noche. 

El estudio, publicado este jueves en la revista Science, recoge una grabación de audio clave, en la que, al finalizar la persecución, se registraron 21 llamadas de estrés de un ave, seguidas de 23 minutos de masticación continua mientras el murciélago mantenía la altura y seguía emitiendo los ultrasonidos que utiliza para orientarse. Esto confirmó que la presa había sido capturada y consumida en pleno vuelo.

“Después de tantos años de investigación, escuchar los cantos de estrés de un pájaro seguidos de un silencio abrupto y una masticación prolongada fue impactante”, comenta Elena Tena, autora principal del estudio e investigadora de la EBD-CSIC. “Aunque nos provoca empatía por la presa, es parte de la naturaleza. Sabíamos que habíamos documentado algo extraordinario”. 

Dos décadas de intentos

Los investigadores llevan años estudiando el nóctulo grande, una especie forestal particularmente esquiva. Desde hace un par de décadas, el grupo de investigación sabía que esta especie de murciélago no se alimentaba únicamente de insectos, como el resto de sus congéneres europeos, sino también de pequeños pájaros. Es lo que sugería la presencia de plumas en sus excrementos durante las temporadas de migración, en primavera y otoño.

“Sabíamos que el nóctulo grande captura y consume sus presas habituales en vuelo, así que asumimos que hacía lo mismo con los pájaros, pero necesitábamos demostrarlo”, explica Carlos Ibáñez, investigador de la EBD-CSIC. Sin embargo, la hipótesis generaba escepticismo en la comunidad científica: algunas de las aves podían alcanzar hasta un 50% del peso del murciélago, lo que parecía incompatible con su capacidad de vuelo.

Sabíamos que el nóctulo grande captura y consume sus presas habituales en vuelo, así que asumimos que hacía lo mismo con los pájaros, pero necesitábamos demostrarlo

Carlos Ibáñez
Investigador de la EBD-CSIC

Para lograrlo, el equipo recurrió a distintas metodologías: cámaras enfocando a los refugios de los nóctulos, radares del ejército, grabadoras de ultrasonido sobre globos aerostáticos, GPS… Finalmente recurrieron a pequeños dispositivos electrónicos ultraligeros, desarrollados por personal científico de la Universidad de Aarhus, en Dinamarca, capaces de registrar sonidos, aceleración y altitud.


Dispositivo de sonido y movimiento.

Estos aparatos se colocaron a nóctulos de la Reserva Biológica de Doñana, pero para obtener la información que registraban era necesario recapturar a los animales. Cada vez que un murciélago regresaba a su caja-refugio inteligente, el microchip era detectado y el equipo podía acudir y recuperar la información almacenada.

Confirmación de la captura

“Escuchar las grabaciones registradas fue una experiencia fascinante. Fue como si viajáramos con el nóctulo grande en su vuelo”, comenta Tena. “Podíamos oír sus aleteos y el sonido del entorno, como las ranas en la marisma de Doñana”.

Escuchar las grabaciones registradas fue una experiencia fascinante. Fue como si viajáramos con el nóctulo grande en su vuelo

Elena Tena
Autora principal del estudio e investigadora de la EBD-CSIC

En total, se documentaron 611 interacciones de caza. La mayoría correspondían a ataques breves dirigidos a insectos, pero en dos ocasiones los registros fueron muy distintos: los murciélagos ascendieron a más de 400 metros de altitud y, tras detectar una presa, se lanzaron en picado, batiendo las alas con mayor rapidez y fuerza. La emisión continua de zumbidos, con intervalos cortos entre ellos, sugiere que los murciélagos estaban persiguiendo a la misma presa todo el tiempo. El análisis posterior de ADN confirmó que la presa era un petirrojo europeo (Erithacus rubecula).

“Para el equipo, significó la confirmación de lo que habíamos buscado durante mucho tiempo. Tuve que escucharlo varias veces para ser plenamente consciente de lo que acabábamos de registrar”, concluye Tena.