Madrid rebaja la penalización por faltas de ortografía en Selectividad de 2026

Madrid rebaja la penalización por faltas de ortografía en Selectividad de 2026

Cada error ortográfico costará 0,1 puntos en vez de los 0,25 del curso anterior, excepto en Lengua y Literatura, donde se mantiene el cuarto de punto; en todas las materias el castigo máximo será de un punto, excepto en Lengua donde puede llegar hasta dos

Las universidades avanzan hacia una selectividad más homogénea en toda España para 2026

La Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) de la Comunidad de Madrid de 2026 rebajará la penalización de las faltas de ortografía. La Comisión Organizadora de la PAU ha publicado este lunes sus modelos de examen y los criterios de corrección de las pruebas, que ahondan en la homogeneización del examen que impulsó la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas (CRUE).

Con carácter general, explica la Comisión, “se valorarán específicamente la capacidad expresiva y la corrección idiomática de los estudiantes, y para ello se tendrán en cuenta, además de la adecuación a lo solicitado en el enunciado: la corrección ortográfica (grafías, tildes y puntuación); y la coherencia, la cohesión, la corrección gramatical, la corrección léxica y la presentación”. La principal novedad para el próximo curso es que las faltas de ortografía pasarán de penalizar 0,25 puntos a 0,1 en todas las materias excepto Lengua y Literatura, donde se mantiene el cuarto de punto por error. Penalizar las faltas con 0,1 permitirá, según la Comisión, “una valoración más precisa del desempeño del alumnado”.

En Madrid habrá dos criterios de corrección, uno para la asignatura de Lengua y otro para el resto de materias. En Lengua los errores empiezan a contar a partir del segundo, costarán 0,25 y penalizarán un máximo de dos puntos. La evaluación de la redacción, coherencia, cohesión, etc. podrá penalizar hasta un máximo de un punto.

En las demás asignaturas los dos primeros fallos están exentos de castigo, y a partir del tercero cada uno costará 0,1 puntos hasta un tope de un punto. En todos los casos cuando se repita una falta de ortografía solo contará la primera vez. El estilo del texto penalizará como mucho un punto. En Latín II, Griego y Lengua Extranjera se aplican estos criterios, excepto que los errores empiezan a contar a partir del segundo.

Un 70% de los criterios

Según una nota emitida por la Universidad Autónoma, el modelo madrileño llegará el próximo junio al 70% de los criterios propuestos por los rectores en su intento de llegar a una prueba lo más homogénea posible a nivel nacional, siguiendo los criterios del Gobierno, ante la imposibilidad de hacer una única prueba a nivel nacional, tal y como pretende el PP desde hace un par de años.

El examen, como el actual, incluirá preguntas de respuesta cerrada, semiabierta y abierta, garantizando que al menos el 70% de la puntuación total corresponda a preguntas abiertas o semiabiertas, informa la Comisión. Siguiendo los requisitos mínimos fijados por el Gobierno en aras de esta armonización, al menos un 20% de las preguntas tendrá carácter competencial, según la nota difundida.

¿Y las competencias?

Sin embargo, el pasado curso, Madrid propuso un examen que según varias organizaciones no tenía nada de competencial. Los de este curso, lo dice la misma nota, no difieren mucho de aquel modelo.

La Comisión ha publicado algunos modelos de examen para que tantos los estudiantes, que el pasado año se estaba manifestando por estas fechas porque no se conocía cómo iba a ser la prueba, como el profesorado puedan ir trabajando sobre ellos.


Modelo de examen de Lengua en Madrid para la Selectividad de 2026.


Modelo de examen de Historia de España para la Selectividad de 2026 en Madrid.

La PAU (o Evau o Selectividad) sufrió el pasado curso su mayor cambio desde que existe. Se implementó el examen por competencias (tímidamente) y se redujo la optatividad en la prueba (la capacidad de elegir temas), lo cual derivó en que ya no era posible dejarse medio temario, como venía pasando desde la pandemia. El modelo competencial también aboca al estudiantado a razonar en las preguntas más que vomitar contenidos previamente adquiridos. Se preveía que iban a bajar las calificaciones y lo hicieron un poco, aunque no lo suficiente como para revertir la inflación de notas de los últimos años y el tapón que se genera en algunas carreras.