
Muere Drew Struzan, el hombre que hizo feliz a Steven Spielberg con sus carteles
El legendario autor de los carteles de ‘En busca del arca perdida’, ‘Harry Potter y la piedra filosofal’, ‘El imperio contraataca’, ‘Regreso al futuro’, ‘La cosa’ o ‘Los goonies’, murió ayer a los 78 años de edad
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Pocos nombres han generado tanto consenso en el ámbito del cartelismo cinematográfico como el de Drew Struzan: todos le consideraban un genio. Nacido el 18 de marzo de 1947 en Oregon City, Oregón (EE. UU.), desde niño demostró una habilidad casi sobrenatural para el dibujo. La falta de recursos en su hogar le obligó a usar materiales poco ortodoxos que el mismo Struzan reconocería más tarde que le sirvieron para enseñarle a trabajar sin necesidad de grandes despliegues instrumentales.
El de Oregón nunca tuvo plan B: con lo ahorrado gracias a trabajos varios, prestamos de amigos y una obsesión por retener cada dólar que pasaba por sus manos, logró inscribirse en el Art Center College of Design de Pasadena, California. En 1970 se graduaría en Bellas Artes con especialización en ilustración.
Struzan empezó trabajando como ilustrador comercial, con toda clase de encargos que iban desde carteles publicitarios a portadas de discos para bandas como Black Sabbath (Sabotage, 1975), una época en la que articularía su sello personal: una técnica mixta de acrílico y una marca de grafito de alta gama cuya textura y abanico cromático denominada lápiz Prismacolor.
El estudio Pyramid Publications fue clave para el artista, ya que entre sus paredes empezó a coquetear con el mundo del séptimo arte. En 1978, Struzan creaba un póster alternativo de Star Wars, conocido entre los fans y coleccionistas como el ‘Circus Poster’ por su composición y el diseño de sus personajes. Algunos expertos afirman que el proyecto llevaría al ilustrador hasta Steven Spielberg, que un día llegó a calificarle como ‘mi artista cinematográfico favorito’, pero el propio Struzan afirmó que le conoció antes, en 1974, mientras el segundo rodaba su ópera primera, Sugarland express (titulada en España Loca evasión).
Tres de los carteles diseñados por Drew Struzan
En cualquier caso, en 1981, el ilustrador se haría cargo del cartel de En busca del arca perdida y, con su fama ya disparada, gracias a carteles tan icónicos como el del El imperio contraataca en 1980y más tarde obras como La cosa (1982), El retorno del jedi (1983) y Regreso al futuro (1985), conquistaría el trono de los cartelistas más reputados de Hollywood.
Convertido ya en el artista más ocupado de los 80, sus posters reivindicaban la labor del creador frente a la uniformidad de los cárteles convertidos en copias aburridas de otras copias aburridas y su trabajo pudo verse en películas como Hellboy, Cadena perpetua o la mismísima saga de Harry Potter. Directores de la talla de Guillermo del Toro, Frank Darabont, Robert Zemeckis o Chris Columbus siguieron confiando en su talento y el propio Drew Struzan se hizo famoso, con los originales de sus obras alcanzando precios astronómicos en subastas en Nueva York, Londres o Los Ángeles. Aun así, el estadounidense siempre afirmó que el único factor básico en su fulgurante carrera fue la visión, el apoyo y el talento de su mujer, Cheryle Dylan, con la que se casó en 1967 y que él consideraba la brújula artística que había guiado sus pasos desde el principio.
El cartel de ‘Regreso al futuro’ dibujado por Drew Struzan
El estadounidense fue diagnosticado con alzhéimer hace ya varios años y se retiró de la vida pública. A pesar de ello, los homenajes al artista se han venido sucediendo, especialmente gracias al trabajo de galerías especializadas como Mondo o Vicepress, que han sido capaces de lograr que generaciones que no vivieron la época dorada del de Oregón se engancharan a su trabajo. El ejemplo más claro de esta misión es el cartel original de La cosa, que en su momento pudo verse a cuentagotas pero que la mencionada Mondo, una compañía de Austin, Texas, rescató en dos ediciones limitadas que ahora son piezas buscadas por cinéfilos de todo el mundo.
Spielberg: “Nadie dibujaba como él”
Uno de sus mejores amigos, el realizador Frank Darabont le rindió tributo en su filme La niebla, en la que el protagonista era un pintor de carteles cinematográficos: todas las obras que aparecen en casa de este son trabajos originales de Struzan. Ayer, cuando se supo de la muerte de artista, muchos de los que disfrutaron de su talento recorrieron a las redes sociales para expresar su tristeza.
Spielberg escribió: “Drew creaba arte que era todo un acontecimiento. Sus carteles convirtieron muchas de nuestras películas en destinos… y el recuerdo de esas películas y de la edad que teníamos cuando las vimos siempre vuelve a nuestra mente con solo mirar su icónica imaginería fotorrealista. En su propio estilo inventado, nadie dibujaba como Drew.” Por su parte, Guillermo del Toro publicó: “El mundo ha perdido a un hombre genial, un comunicador extraordinario y un artista supremo. Yo perdí a un amigo: el querido Drew”.
Otros como Jim Lee, presidente de DC y legendario dibujante de Batman, afirmó: “Se va un gigante entre gigantes. Su obra capturó la humanidad, la fuerza y la emoción de sus sujetos de una manera que no se ha visto desde entonces. Gracias por dar vida a todos los grandes momentos de mi infancia y más allá”. Struzan, el último de los titanes que aún resistía el paso del tiempo pasará ahora a ocupar su lugar en el Olimpo de los grandes dioses de la ilustración y el diseño cinematográfico, junto a leyendas como Bill Gold, John Alvin, Saul Bass o Richard Amsel. Por fortuna, su legado perdurará con la misma fuerza que las películas que inmortalizó durante 40 años de carrera.