Sergi Pitarch, periodista: «Más que la dana, lo que preocupaba a la Generalitat era no alarmar demasiado a la población porque venía un puente”

Sergi Pitarch, periodista: «Más que la dana, lo que preocupaba a la Generalitat era no alarmar demasiado a la población porque venía un puente”

El director de la edición valenciana de elDiario.es publica 29-O: las horas del caos. La dana: crónica de una tragedia para “levantar acta para intentar acabar con el relato político” del 29 de octubre de 2024 y “desmontar las mentiras del Consell de Mazón”

‘Las horas del caos’: una reconstrucción minuciosa con testimonios clave de la dana del 29 de octubre

El 30 de octubre de 2024, Sergi Pitarch (La Pobla de Vallbona, 1982) llegó caminando a Alfafar a las 8:00. A 600 metros de distancia, a la otra parte del nuevo cauce del Turia, la ciudad de València se levantaba con normalidad. Sus ojos, que hacía solo dos meses que habían vuelto a la primera línea del periodismo valenciano después de pasar cerca de cuatro años en Bruselas, contemplaban la devastación que había dejado la dana que asoló la provincia de València el día anterior: “Estaba ante la mayor tragedia del País Valenciano en el siglo XXI”.

La edición valenciana de elDiario.es –la cabecera donde trabaja el periodista y de la cual asumió la dirección en enero de 2025– se ha caracterizado desde entonces por “desmontar la mentira permanente en la que vive Mazón y su Consell” sobre la gestión de aquel día. Fruto de este trabajo de investigación, y cuando está a punto de cumplirse el primer aniversario de aquella jornada, Pitarch publica 29-O: Las horas del caos. La dana: crónica de una tragedia (Península y Bromera, en valenciano), con el objetivo de que, “dentro de unos años, cualquier persona pueda saber qué pasó, frente a la sobreabundancia de información, las diferentes posturas, las declaraciones de diferentes cargos públicos y la gran cantidad de mentiras”. “Aquí están los hechos; no hay opinión”, sentencia.

Sin embargo, señala que este libro “es mucho más que esto”: “Es una reflexión política sobre cómo funciona un gobierno valenciano que ha convertido la ciencia y a las personas en sus enemigos; quién es Mazón; quien es su gabinete; qué pudo pasar en El Ventorro, adonde he ido seis veces a comer para poder recrear como fue la comida, como trabajan, cuál es el ambiente, de que se puede hablar, de que no…”. En definitiva, un libro que, “más allá de la responsabilidad penal, que veremos en qué acaba”, dirime “la responsabilidad política” de aquel 29 de octubre. Porque, defiende, “dentro de esa verdad, justicia y reparación que reclaman las víctimas, la verdad también tiene que llegar por los medios de comunicación”.

Publicas 29-O: las horas del caos prácticamente un mes antes del aniversario de la dana. ¿Por qué ahora?

El libro es un encargo que me hace la editorial Bromera, yo no lo tenía pensado. Este libro es una manera de hacer aquello que sé hacer: una crónica periodística. Es un intento de delimitar qué pasó el día 29 de octubre de 2024, que es cuando murieron las 229 personas. De hecho, esto es un poco también lo que posteriormente intenta hacer la jueza en su investigación, aunque yo empiezo el libro antes de la instrucción de la causa judicial. Por otro lado, en el epílogo cuento qué pasó después y reparto las críticas.

Quería poner los hechos de aquel día sobre la mesa; saber por qué la Generalitat ha defendido que hubo varios apagones informativos, lo que es falso, porque desde las 8:00 había alcaldes alertando de que la situación no era normal. Es levantar acta para intentar acabar con el relato político. La responsabilidad está muy clara; está delimitada por la Ley de emergencias y el Plan de Inundaciones, y era de la Generalitat.

En las últimas semanas se han publicado varios libros sobre la dana. Paralelamente, todavía vamos conociendo novedades de aquel 29 de octubre. ¿Crees que quizás es un poco pronto para publicarlo?

No. Creo que tocaba en este momento de aniversario. Quizás podremos descubrir algunas cosas en el futuro, pero aquello ya pasó y en el libro están todos los datos. Está aquello que pasó desde las 7:00 hasta el envío del Es-Alert, así como algunos hechos de la madrugada que nadie había contado y que, gracias a los testigos, he reconstruido. Únicamente nos arriesgamos con la pregunta “¿dónde estaba Mazón?”. He conseguido afinar al máximo hasta la hora crítica en la que él desaparece. Creo que con el tiempo lo sabremos.

Respecto a la publicación de otros libros, el otro día contábamos en una presentación que hay once libros de la dana, además, muchos de ellos en valenciano. Esto demuestra que el periodismo valenciano tiene una buena salud y todavía le queda nervio, y que hay un sector editorial vivo que apuesta por este tema. El drama seria que, habiendo muerto 229 personas a 12 kilómetros de aquí, nadie hubiera hecho un libro, que esto hubiera pasado sin pena ni gloria y ya lo hubiésemos olvidado.

Este trabajo viene de materiales muy diversos (trabajo periodístico en elDiario.es, en otros medios, testimonios de víctimas, vecindario, personas expertas, documentación aportada a la causa judicial, llamadas al 112…). ¿Cómo ha sido el proceso de ordenarlo todo?

El hecho de plantearlo como una cronología por horas ha facilitado mucho el trabajo. Por ejemplo, aquel día hubo cerca de 42.000 llamadas del 112. Si vas mirándolas hora por hora, ves donde estaba el momento más crítico de la dana. Si yo, un humilde periodista, lo veo, ¿cómo puede ser que ese día, que en el Centro de Coordinación de Emergencias tienen un mapa con el temporal, no lo siguieron? Estas llamadas desmontan muchas de las mentiras que ha dicho el Consell. Dicen que no sabían nada del barranco del Poyo. Perdona, a las 17:00, prácticamente el 50% de las llamadas eran de Chiva y Utiel. Por la mañana eran de La Ribera. Y a las 19:00h eran de L’Horta Sud. Esto evidencia que no se hizo caso a los inputs que se recibían, o al menos no se los tuvo en cuenta.


El periodista Sergi Pitarch.

En este sentido, el libro es un ejercicio de fact-checking ante las mentiras, empezando por las afirmaciones del Consell de que no se tenía información de lo que podía ocurrir.

Claro, gran parte del libro es eso. También me apoyo mucho en lo que decían los periodistas de À Punt. Con el speech del presentador a las 9.00 ya se sabe qué puede pasar. Después, en el informativo de las 14.00, que reproduzco tal cual, ya se habla de barrancos, de inundaciones, de que la situación es gravísima. Y se está permanentemente entrevistando a alcaldes, como el de Turís o el de Utiel, quien antes de las 15.00 hace una conexión en directo donde dice esto de “hemos llamado a Emergencias y nos han dicho que lo que hay juega”.

Sorprende que, en un gobierno valenciano tan acostumbrado a fiscalizar los medios críticos, con personas viendo las tertulias, escuchando la radio, leyendo la prensa, para poder retirar la publicidad institucional o perseguir a periodistas, ese día nadie de la sala de máquinas del Palau estuviera mirando los informativos. Es muy llamativo.

Desde el Consell afirman que convocaron el Cecopi a las 17.00 por la situación de Utiel. Al empezar, se habla también de la presa de Forata, pero hacía horas que la situación era muy complicada en esta zona. ¿Por qué no se aprovechó ningún tiempo de reacción?

Los coge tarde. Convocar el Cecopi a las 17.00 supone llegar tarde a todo. A las 15.30-16.00, envían a la UME a Utiel y ya no pueden entrar. Por suerte, llega un helicóptero que rescata a más de 80 personas. ¿Qué habría pasado si no hubiera llegado? Cuando ponen sobre la mesa Forata, resulta que ya llegan tarde. porque ya tienen L’Horta Sud. Pero es que, cuando ya Forata se soluciona y quieren ponerse con L’Horta Sud, no pueden entrar porque está cortado. Si ya hubieran convocado el Cecopi a las 8.00, posiblemente habrían podido ir anticipándose a las emergencias, a aquello que pedían los alcaldes, el 112, o la Aemet, según iban cambiando las previsiones. Pero el problema es que van tarde.

Y, en los últimos capítulos, insistes mucho en el peligro de desbordamiento del Turia durante la noche, después de que el Cecopi se acabara a las 00.30.

A las 21.00, cuando ellos están pendientes de Forata, la rambla Castellarda y el Turia revientan. Primero Sot de Chera, donde hay muertos; y después, en Pedralba queda arrasado prácticamente el lecho del río, que cambia totalmente de trazado, y mueren tres personas. Pero, como van tarde, cuando atienden una emergencia, ya tienen otra. No llegan ni a la que están atendiendo ni a la otra.

El río Turia acaba llevando 2.000 m³/s. Es una barbaridad. Algún testigo me cuenta que, una vez anochece, quienes quedan atrapados en la V-30 oían el ruido del río y no veían nada. Cuando llega la Guardia Civil, les dice que atraviesen el puente cogidos de la mano por si hay corriente. Imagínate cuántos podían haber sido los muertos. Han sido muchísimos, es la mayor tragedia del País Valenciano del siglo XXI; pero, si no avisan a la gente, podría haber sido una matanza más grande.

Mazón está ilocalizable durante horas, aunque él repite que siempre estuvo informado. En el libro demuestras que ni la consellera Pradas ni otras personas que intentaron comunicarse con él lo consiguieron hasta muy entrada la tarde.

Mazón intenta desvincularse de la gestión. Él ha negado que participara en el envío de la UME, en el envío del Es-Alert o en nada. Pero hay unos momentos clave, como cuando se tiene que decidir si la UME se envía o no. Pasadas las 12.00, la primera vez que Pilar Bernabé le dice a Salomé Pradas que le pida la UME, la consellera llama a Mazón y él no se lo coge. Al final acaba pidiendo la UME casi a las 15.00. Antes del Cecopi, Pradas telefonea a Mazón y tampoco le coge el teléfono. No es hasta las 17.37 cuando Mazón considera que tiene que hacer el primer receso de su comida y llama a Pradas.

Después habla con ella cuatro veces. Justamente cuando hay una parada en el Cecopi. En este momento deben hablar de Forata. Más tarde, cuando Bernabé y Pradas ya saben que en Paiporta puede haber muertos, porque la alcaldesa se lo cuenta a la delegada llorando, la consellera telefonea a Mazón y no se lo coge. Y hasta las 19.43 Mazón no vuelve a llamar a Pradas, yo creo que para decirle que ya va al Cecopi desde donde esté. Y hay una llamada, que él esconde a todo el mundo, a las 20.10, justamente un minuto antes de que se envíe el Es-Alert.

Explicas cómo, desde su entrada en el Consell, Mazón desmontó la política de respuesta y prevención de grandes catástrofes. ¿Cómo afectaron estas decisiones a las consecuencias de la dana?

Convierten las emergencias, que tienen que ser una política de Estado, en una cosa que sobra. Primero se las dan a Vox y después a una consellera sin experiencia. Y él decide ponerse dentro de Presidencia una Dirección General de Música. Estas decisiones de Mazón evidencian mucho su política y el personaje. Consideras la música como competencias prioritarias, pero no las emergencias, que se las das a todos, menos a quienes deben tenerlas. Contrariamente, en el primer gobierno del Botánico, Ximo Puig se quedó las emergencias en Presidencia. En el segundo Botánico, se las dio a uno de los pesos pesados del gobierno y fiscal de carrera, que era Gabriela Bravo.


Pitarch muestra la portada del libro.

No se decretó nunca la emergencia catastrófica, que, según la ley autonómica, habría supuesto que el presidente de la Generalitat asumiera el mando único. ¿Es esta una forma de protegerse ante el curso que está siguiendo la instrucción judicial?

Desde el primer momento en que nosotros empezamos a telefonear al equipo de Mazón para pedirles responsabilidades y preguntar, siempre nos han dicho que el mando único lo tiene la consellera y que todo el ámbito penal la afectaría a ella. No afectaría al presidente, porque no está en el Cecopi. De hecho, se buscan de debajo del suelo una foto para demostrar que a las 20.11 no está en el Cecopi, lo que, por cierto, no han hecho de su llegada al Palau. Han destruido todos los videos.

Mazón podría haber pedido el mando único. A las 23.00 hay testigos que aseguran que el presidente asume el control del Cecopi. Pero, legalmente, él no ha asumido el control. Lo que no quiere decir, y esto lo tendría que acreditar la jueza y seguramente necesitaría el testimonio de Pradas, que él no influyese en las decisiones. Nosotros, por los indicios que tenemos, creemos que tiene más importancia su actuación de la que dice. Pero esto al final el tiempo lo dirá.

Las actuaciones de otras instituciones o de los ayuntamientos de las localidades afectadas demuestran que había otra forma de hacer las cosas…

Los últimos episodios, que he definido como episodios incriminatorios, dicen que todo lo que se podía haber hecho el 29 de octubre de 2024 lo hizo la Generalitat hace unas semanas: convocar las reuniones de coordinación 24 horas antes, enviar bomberos a vigilar los barrancos, incrementar los recursos movilizados, enviar el Es-Alert prácticamente 24 horas antes del episodio de lluvias y 12 horas antes de que el aviso rojo se pusiera en marcha. Todo aquello que decían que no se podía hacer, y continúan manteniendo en el juzgado que no se podía hacer, lo han hecho. Igual es que aquel día no estuvieron por la labor.

No se han asumido responsabilidades por parte del Consell. Crees que la salida de Pradas y Montes fue en esta línea o responde a una estrategia para sacrificarlas como cabezas de turco?

Es evidente que Mazón va soltando lastre según pasen las cosas. Creo que son dos casos distintos. Uno es el de Salomé Pradas, que al final era responsable del área. Y en el caso de Montes, su problema es despreciar a las víctimas con una declaración desafortunada.

Por cierto, no debemos olvidarnos de que a Nuria Montes la habían fichado de Hosbec, y que pasa de ser secretaria general de la patronal del turismo a ser consellera de Turismo. Está muy bien que un gobierno piense en el turismo, pero hay más cosas. Está la salud de las personas. El gobierno serio es aquel que equilibra los intereses y los momentos. No estoy diciendo que no se apoye al turismo, pero que la secretaria general del lobby del turismo acabe siendo la que marca la política económica dice mucho de cuáles son las intenciones del Consell.

Precisamente, afirmas que la semana de la dana venía un puente importante para el turismo.

En el Consell estaban más preocupados de que no se alarmara excesivamente a la población, porque venía un puente el viernes que por la dana. Y yo creo que el toro los pilla porque ellos están aguantando hasta última hora para decretar cualquier episodio de alerta. Esto también se ve en los debates sobre el Es-Alert, donde hablan de intentar no preocupar a la población y que continúe siendo un día normal. Pero acaba siendo catastrófico y trágico.

Cuando pensamos en la gestión durante el 29 de octubre y posteriormente, es inevitable recordar el accidente del metro. ¿Qué paralelismos ves?

Por un lado, el intento de cambio de relato para culpar a todo el mundo sobre quién tiene las responsabilidades, y por otra, y sobre todo, el ataque sistemático a las víctimas. La manera en que ha actuado el Consell con las asociaciones de familias de víctimas es exactamente igual que la del accidente del metro de València, el accidente del avión militar Yak-42, el 11M en Madrid u otros muchos casos. Yo no sé por qué, cuando el PP está en el gobierno y pasa una catástrofe, lo tienen que pagar las víctimas.

Dicen que las víctimas están politizadas. De los 229 muertos, seguro que había personas de Vox, del PSOE, de Compromís o gente que no votaba. No veo que la riada hiciese selección natural por los partidos políticos. Es tan indignante que se acuse a las víctimas solo para pedir justicia y criticar a los responsables políticos. Ahora bien, el gran problema de Mazón es la legitimidad de estas personas, en su reivindicación para conocer la verdad. Es muy grave que los haya atendido antes Ursula von der Leyen que las Corts Valencianes, la casa de la soberanía del pueblo valenciano.

En el libro hablas de la teorización que hizo la filósofa Judith Shklar sobre “la reclasificación estratégica de injusticias como meras desgracias”. ¿Cómo se ha reflejado esto en el caso de la dana?

Gracias a la jueza, esa pantalla ha pasado. En un primer momento se hablaba de catástrofe natural o de un episodio de lluvias histórico, lo que quería decir que era una catástrofe insólita y todo era culpa del tiempo. Es muy peligroso validar ese discurso en el cual la culpa es de todos y, por lo tanto, no es de nadie. Shklar explica que, en el momento en que hablamos de catástrofe natural, obviamos la negligencia política. Y entonces las víctimas pasan a ser víctimas coyunturales y no homicidios imprudentes por negligencia. Es muy diferente en todos los sentidos: el reconocimiento, las ayudas, las indemnizaciones, las políticas para garantizar que no se repita…

Una catástrofe natural es que un volcán explote y no se pueda hacer nada, pero si se había construido una urbanización encima del volcán… Ese matiz es muy importante. Aquí se intentó hablar en un primer momento de explosión meteorológica. No. Ante una explosión meteorológica está avisar o no. Si avisas, salvas a mucha gente; si no avisas, mueren. Pero no son personas que han muerto porque sí, podían haberse salvado. Insisto, la ley dice muy claramente quiénes son los responsables de las emergencias.

Este libro no es solo un trabajo sobre la dana, sino una radiografía de una manera concreta de gobernar. Dices que Carlos Mazón es “fruto de la política del siglo XXI”. ¿En qué sentido?

Intento hacer un retrato de por qué la Administración actuó así en aquellos días. ¿Qué hay detrás de la Administración? ¿Qué hay detrás de los políticos que están gestionando la Generalitat? ¿Quiénes son? ¿Qué intereses tienen? ¿Cómo se han comportado? ¿Por qué han hecho unas cosas y por qué no otras? Porque es evidente que, si hubiera habido otras personas, la crisis se habría gestionado de manera diferente. Seguramente mejor en algunos casos, y posiblemente peor en otros.

Mazón es una persona que, cuando ganó las elecciones, se convirtió en un personaje que subía videos a TikTok bailando con sus hijas o iba a la horchatería a promocionar productos valencianos. Y todo esto está muy bien hasta que se mueren 229 valencianas y valencianos un día en el que tú no estás en el puesto de trabajo. Entonces toda esta política queda en evidencia. Él es una persona que parece muy desenfadada, pero no acepta la crítica.