Las otras horas inexplicables de Mazón

Las otras horas inexplicables de Mazón

Entre las 18.45h y las 19.45h Mazón no estaba donde debía estar. Y en las 8.700 horas posteriores ha estado donde no debería estar. Y ahí sigue, contra todo pronóstico, contra el rechazo ciudadano, las evidencias acumuladas, las mentiras descubiertas y la investigación judicial. Y con el apoyo y ovación de su partido

Entre las 18.45h y las 19.45h del 29 de octubre pasado transcurrió la hora más investigada y comentada de nuestra historia reciente: “la hora en la que Mazón desapareció”, “la hora fantasma de Carlos Mazón”, “la hora que sigue siendo un misterio un año después”, “la hora perdida de Mazón”, “un vacío de 60 minutos que sigue sin respuesta”, “¿qué hizo Mazón al salir del Ventorro en la tarde de la DANA?”. Copio de la prensa de este fin de semana, que ha puesto el foco en esos 60 minutos sin explicaciones, sin imágenes, sin llamadas, sin respuestas.

Lo resume el título del extraordinario documental de los compañeros de la edición valenciana de eldiario.es: “¿Dónde estaba Mazón?” Un agujero negro que estos días absorbe toda la información relativa al primer aniversario de la DANA. Una hora interminable que concentra toda la indignación ciudadana; la hora cero donde empieza toda la ruindad del todavía president. Una hora que alimenta todos los rumores que desde entonces circulan y que apuntan a actividades inconfesables. Un misterio que tiene fecha de caducidad: tarde o temprano aparecerán imágenes de alguna cámara de seguridad, un testigo, o la declaración judicial de la propia Maribel Villaplana.

Sin embargo, la hora inexplicable no es esa de las 18.45h a las 19.45h. Las verdaderamente inexplicables son otras horas: las más de 8.700 transcurridas desde aquel día hasta hoy. Eso sí que es un misterio: nada menos que 8.700 horas en las que Mazón ha seguido siendo presidente contra todo pronóstico, contra el rechazo ciudadano, contra las evidencias acumuladas, contra las mentiras descubiertas, contra la investigación judicial.

Nos preguntamos qué hizo Mazón en aquella hora vespertina de hace un año, pero también podemos preguntarnos qué ha hecho Mazón en estas 8.700 horas. Y lo peor es que lo sabemos: en esas 8.700 horas se ha sentado diariamente en el despacho de president, ha tomado decisiones, ha administrado presupuesto, ha votado en Les Corts, ha representado a los valencianos en actos institucionales, ha cobrado el sueldo, ha ganado tiempo para asegurarse 15 años de sueldo cuando se vaya. También sabemos que en esas 8.700 horas ha despreciado a las víctimas, ha ignorado el clamor ciudadano, ha mentido repetidamente en el parlamento y en declaraciones ante la prensa, ha cambiado de versión para salvar su culo de responsabilidades penales, ha recibido el apoyo de Feijóo y sonoras ovaciones de sus compañeros de partido.

Si en aquella hora lejana Mazón no estuvo a la altura del cargo, en las 8.700 horas posteriores ha sido indigno del cargo que ocupa, un insulto diario a la memoria de las víctimas, a sus familias, a los miles de vecinos que aún recuerdan con terror aquella tarde. Y aún puede sumar más horas infames: las horas venideras en que pretende acudir al funeral de Estado.

Entre las 18.45h y las 19.45h Mazón no estaba donde debía estar. Y en las 8.700 horas posteriores ha estado donde no debería estar. Y ahí sigue.