Un nuevo ataque de EEUU contra otra supuesta narcolancha en el Pacífico Oritental eleva a 61 los asesinatos extrajudiciales
El secretario de Guerra, Pete Hegseth comunica un nuevo ataque contra una embarcación asociada, sin prueba alguna como en los 14 ataques previos desde septiembre, al «narcoterrosimo»
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Nuevo ataque mortal y extrajudicial de EEUU. Ya van 15 embarcaciones hundidas y 61 personas asesinadas, sin prueba alguna de que sean lo que EEUU dice que son: narcoterroristas llevando droga a Estados Unidos.
“Hoy, por orden del presidente Trump, el Departamento de Guerra ha llevado a cabo un ataque letal contra otro buque de narcotráfico operado por una Organización Terrorista Designada (OTD) en el Pacífico Oriental”, ha publicado en X el secretario de Guerra, Pete Hegseth, este miércoles por la tarde.
“La embarcación”, ha dicho Hehseth, “al igual que las demás, era conocida por nuestros servicios de inteligencia por su participación en el contrabando ilícito de estupefacientes, transitaba por una ruta conocida de narcotráfico y transportaba estupefacientes. Cuatro narcoterroristas varones se encontraban a bordo del buque y murieron durante el ataque, que se realizó en aguas internacionales. Ningún miembro de las fuerzas estadounidenses resultó herido en este ataque”.
La Administración estadounidense, como es habitual, no comunica la identidad de esas personas asesinadas que supuestamente estaban relacionadas con el narcotráfico y con la supuesta organización terrorista.
“El hemisferio occidental ya no es un refugio seguro para los narcoterroristas que introducen drogas en nuestras costas para envenenar a los estadounidenses. El Departamento de Guerra continuará buscándolos y eliminándolos dondequiera que operen”, termina Hegseth, que no aporta ninguna prueba de que esa embarcación se estuviera dirigiendo a EEUU.
Un portaaviones
Hegseth también ordenó el viernes pasado el envío al Caribe del portaaviones USS Gerald R. Ford, hasta ahora desplegado en el Mediterráneo, con docenas de aviones de combate y buques de guerra de la Armada que acompañan al portaaviones.
El portaaviones se suma a una unidad de helicópteros de élite estadounidense desplegados en las últimas semanas, los Night Stalkers, que han participado en intervenciones estadounidenses en el pasado, desde Granada y Panamá hasta Irak, Afganistán y Somalia.
El presidente estadounidense, Donald Trump, afirmaba este jueves que no tiene previsto acudir al Congreso a pedir una declaración de guerra, si bien él mismo está tratando como un Ejército enemigo a los supuestos integrantes de bandas venezolanas como el Tren de Aragua, catalogadas como organizaciones terroristas internacionales. Su coartada es que con cada ataque se salvan “25.000 vidas estadounidenses” porque se trata de “narcoterroristas que envenenan a los ciudadanos”, por lo que sus ataques preventivos supondrían un acto de autodefensa.
No obstante, en estos días se ha evidenciado las fisuras de la operación estadounidense con la puesta en libertad en Ecuador, un país afín políticamente gobernado por el derechista Daniel Noboa, del superviviente entregado por EEUU tras uno de sus ataques. Es decir, que las víctimas que no son asesinadas bajo sospecha de ser “como Al Qaeda”, en palabras del secretario de Guerra, Pete Hegseth, o “como el ISIS”, en términos de Donald Trump, quedan en libertad sin cargos.
En una entrevista con la CNN, Noboa ha declarado que Ecuador ha pedido al Gobierno estadounidense más información sobre el ataque de la semana pasada, en el que sobrevivió un ciudadano ecuatoriano, Andrés Fernando Tufiño, quien fue repatriado y liberado por la fiscalía ecuatoriana tras no tener ninguna prueba de que hubiera cometido ningún delito. “No hay suficientes pruebas”, ha dicho el presidente ecuatoriano, “de acuerdo con la Constitución ecuatoriana, sobre si cometió o no un delito. Estamos pidiendo a EEUU que nos proporcione la información, la acusación y los detalles para que podamos procesarlo conforme a la legislación ecuatoriana”.