Elecciones o elecciones: no hay otra salida digna

Elecciones o elecciones: no hay otra salida digna

Mazón no es el único responsable de haber arrastrado por el fango a la Generalitat. Feijóo fue su cooperador necesario: le tapó, le justificó, le ovacionó y le permitió que llegará hasta dónde ha llegado. Y todo por no tener que afrontar una nueva investidura, que es la senda que ahora tendrá que recorrer y para la que ya implora a Vox. El PP antepone el cálculo electoral y el control orgánico a la reconstrucción

Mazón dimite, pero seguirá en el puesto hasta pactar sucesor con Vox

No es una víctima, como trató de presentarse durante su esperpéntica comparecencia pública. Es el único responsable de no estar donde debía. De maltratar e insultar a las víctimas. De encadenar una ristra de mentiras. De arrastrar por el fango el nombre de la Generalitat valenciana. De haberse presentado en un funeral donde las familias de los muertos no le querían. De intentar endosar sobre otros sus propias obligaciones. Y de haber sido el paradigma de la indignidad política durante los últimos 12 meses. 

Pero Carlos Mazón no es el único administrador del disparate. Feijóo le ha tapado, le ha justificado, le ha ovacionado y le permitió llegar hasta donde ha llegado. Sin la aquiescencia del presidente del PP, el ahora presidente en funciones no podría haber pisoteado, como ha hecho, el dolor de cientos de familias. Ni mentido descaradamente sobre dónde, con quién y cuántas horas dedicó a ese almuerzo de trabajo que le mantuvo lejos de la gestión de la crisis mientras en Valencia la DANA se llevaba por delante los negocios, las casas y las vidas de tanta gente. 

Por mucho menos, en el PP se ha apartado de sus funciones a muchos de sus altos cargos. Por mucho menos, Génova ha tomado las riendas del partido en decenas de territorios. Lo hizo en Madrid, tras el escándalo Cifuentes. Lo hizo en otros 55 municipios de la misma región durante el mandato de Pablo Casado. Lo hizo Rajoy con Camps cuando le planteó: “O deshonra o dimisión” y el entonces presidente de la Generalitat eligió lo segundo. Y lo ha vuelto a hacer este mismo lunes en Cuenca por una simple lucha de poder entre dirigentes. 

En Valencia, Feijóo no ha querido o no ha sido capaz de solucionar la crisis que se abrió tras la riada. Ni convencer a Mazón para que se fuera. Ni buscar un candidato de consenso que le sucediera en el cargo. Ni plantarse, con un golpe de autoridad, ante la federación valenciana. Ha eludido, en definitiva, su responsabilidad en una nueva demostración de que carece de autoridad y de liderazgo. Y todo por no tener que afrontar una nueva investidura que le llevase a otra negociación con Vox, y que es la senda que ahora tendrá igualmente que recorrer y para la que ya ha implorado a Santiago Abascal

Con 229 muertos; una investigación penal que acabará seguramente con Mazón en el banquillo y un partido más preocupado por hacerse con el control orgánico que por la reconstrucción de los municipios afectados, la única salida digna y democrática es la convocatoria anticipada de elecciones. Todo lo demás es una componenda que antepone el cálculo electoral al interés general y la institucionalidad en medio de un colosal enfrentamiento entre las direcciones de Madrid y Valencia que no augura nada bueno en vísperas de un nuevo ciclo electoral que arranca este diciembre en Extremadura y seguirá en 2026 en Castilla y León y Andalucía.

La fiesta no ha hecho más que empezar porque, como cuentan los cronistas valencianos, Génova sigue sin haber cruzado una sola palabra con los dirigentes provinciales sobre la sucesión de Mazón y mucho menos con Vox, que es quien tiene que poner los votos para que el PP siga al frente de la Generalitat. Vayan encargando las palomitas porque la película promete y tampoco descarten que acabe en unas elecciones anticipadas. En el PP valenciano, desde luego, no lo hacen. “Ya está bien de que los que no se iban a meter en los asuntos territoriales decidan cuándo se dimite o cuándo se convocan elecciones”, reza en uno de los mensajes que se cruzaron este fin de semana los populares valencianos para criticar la actuación de Feijóo.

P.D. Pues todavía hay quien pretende convencer a algún incauto de que entre Feijóo y Mazón hay confianza mutua, además de una compenetración absoluta y que todo es culpa de la izquierda y de una campaña de acoso y derribo.