Los bancos españoles se suman a la ola de las stablecoins: «Si hubiera una crisis, ¿quién dará la liquidez?»

Los bancos españoles se suman a la ola de las stablecoins: «Si hubiera una crisis, ¿quién dará la liquidez?»

BBVA, Santander y Caixabank dan pasos diferentes en estas monedas digitales respaldas por divisas, mientras el Banco de España insta a tener una regulación encabezada por el BCE que dé garantías

Qué son las stablecoins, las criptomonedas que (esta vez sí) pueden cambiar quién controla el dinero

Es una de las palabras más repetidas en los últimos meses en el sector financiero: stablecoin. Se trata de un tipo de criptomoneda cuyo valor está anclado a divisas reales, lo que le da más estabilidad, aunque no está —ni mucho menos— exenta de riesgos. Es decir, las stablecoins son un tipo de token que, en teoría, podría servir para descentralizar el sistema financiero, pero que en realidad está siendo dominado por grandes corporaciones privadas, en su mayoría, estadounidenses. En ese escenario, los grandes bancos españoles no quieren perder terreno y entidades como Caixabank, BBVA o Santander están acelerando sus pasos. 

No lo están haciendo de forma conjunta, apostando por una stablecoin que aúne a todo el sector bancario español, sino que han optado por iniciativas diferentes. Por un lado, Caixabank se ha aliado con diferentes entidades europeas —como ING, Danske Bank o UniCredit— para crear una stablecoin vinculada al euro. Por otro, BBVA trabaja en su propia moneda de cara a 2026 y también bajo el Reglamento de Mercados de Criptoactivos (MiCA) de la Unión Europea. Mientras, Santander estudia dar un paso similar pero de la mano de otros nueve grandes bancos, como Bank of America, Barclays, Citigroup o Goldman Sachs, en una moneda que estaría ligada a divisas del G7. Y hay más bancos analizando qué hacer, como Bankinter, que descarta lanzarse en solitario, pero reconoce que está analizando “varios consorcios” como puerta de entrada a las stablecoins.

Tampoco los bancos centrales están fuera de este ‘boom’ de las stablecoins, que además van a tener que convivir con el euro digital, también en proceso de desarrollo. De hecho, en los últimos días, el gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá, defendió el papel de las stablecoins y de las monedas digitales, pero siempre bajo el paraguas de una regulación que dé garantías. “En la transición al dinero digital es importante que el BCE tenga un papel central porque es esencial a la hora de dar seguridad al sistema de pagos y tiene que seguir haciéndolo en este nuevo mundo”, aseguró Escrivá en una conferencia organizada por Santander, en la que participaba su presidenta Ana Botín. 

“No veo nada que impida a los bancos europeos colaborar en tener stablecoins, en particular en proyectos transfronterizos”, aseguró el gobernador, pero siempre dentro de un sistema donde se garantice “la misma seguridad” que tienen las divisas de siempre. “Imagina un mundo en el que todo se mueve con stablecoins, que son adecuadas para ciertos activos como la deuda soberana. Si hubiera una crisis, ¿quién dará la liquidez? El banco central. Es quien tiene esa función, porque tiene la posibilidad de crear dinero sin límite”, recalcó Escrivá a Botín.

Ligada a divisas reales

El sector ve esencial que las stablecoins sean monedas digitales, pero ancladas —en todo o en parte— a divisas reales. “La vinculación a una divisa es precisamente lo que garantiza su estabilidad”, explica Francisco Maroto, responsable de Blockchain y Activos Digitales de BBVA. “El valor de las criptomonedas suele ser volátil”, añade, “porque depende de la oferta y la demanda en los mercados, mientras que el valor de las stablecoins va a la par de la moneda tradicional a la que está asociada. Esto aumenta la confianza de los usuarios, porque saben que por cada una de ellas existe un respaldo equivalente en dinero real u otros activos seguros. En la práctica significa que pueden convertirla en euros cuando quieran”. “Además, es lo que hará posible que las stablecoins se integren en el sistema financiero, ya que se podrán utilizar en las operaciones del día a día que he mencionado sin riesgo añadido de que el valor fluctúe”, concluye el responsable de activos digitales de BBVA.

En la misma dirección señalan fuentes de Caixabank. “Estar ligadas a una divisa como el euro garantiza estabilidad de valor, evitando fluctuaciones. Al mismo tiempo, ofrece confianza al usuario, al saber que su dinero digital equivale a euros reales, y proporciona facilidad de integración con el sistema financiero tradicional”, explican.

Las stablecoins convivirán con el euro digital y serán conceptos diferentes. “El euro digital será emitido por el Banco Central Europeo (BCE), mientras que la stablecoin es una iniciativa privada regulada por MiCA”, diferencian las citadas fuentes de Caixabank. “Además, la stablecoin puede ofrecer servicios adicionales como pagos programables. Ambas pueden convivir y complementarse en distintos usos: el euro digital como dinero público, y la stablecoin como solución flexible para pagos digitales”.

“El emisor de una stablecoin suele ser una fintech o una entidad de dinero electrónico. Mientras que el emisor de una moneda digital de Banco Central (como el euro digital) es el propio Banco Central”, aclara Coty de Monteverde, responsable de criptoactivos de Grupo Santander. “Y el dinero que lo respalda también es diferente. En el caso de las stablecoins, las reservas suelen ser un mix de depósitos bancarios y de activos líquidos de alta calidad, como pueden ser bonos soberanos de corto plazo que pueden liquidarse rápidamente. En el caso de las monedas como el euro digital, lo que las respalda es el dinero del propio Banco Central, que tiene riesgo cero en todos los sentidos. En el caso de las stablecoins, la regulación está avanzando mucho en hacerlas lo más robustas posible. Su riesgo dependerá de la entidad que las emite y de la calidad de sus reservas”, explica.

¿Y qué van a suponer las stablecoins para los clientes de un banco? “Permitirán realizar pagos o transferencias en tiempo real, sin depender de horarios bancarios ni de la coordinación entre diferentes intermediarios”, apunta Francisco Maroto. “El objetivo es que pueda utilizarse para agilizar operaciones financieras complejas sobre redes de blockchain, como la compraventa de bonos o acciones tokenizadas, o para agilizar los pagos internacionales, que pueden ser lentos y costosos”, añade el responsable de Blockchain y Activos Digitales de BBVA. Mientras, Caixabank también cita su capacidad de reducir costes en las operaciones digitales. 

“El éxito de una stablecoin, para un cliente, será que no se entere de que se está usando esa tecnología, que simplemente mejore los procesos, ya sea que sus pagos sean instantáneos en cualquier parte del mundo, a bajo coste, que cuando vaya a realizar una operación cuente con una stablecoin o una moneda digital que mejore su experiencia de usuario, le mejore la vida”, argumenta Coty de Monteverde.

Riesgos de monedas lanzadas por el sector privado

Las stablecoins están al alza, con un valor de mercado que supera los 350.000 millones de dólares, el equivalente a más de 300.000 millones de euros, como se ve en el siguiente gráfico.

Dominan monedas digitales estadounidenses como Tether, USD o Ethena. Y la sexta por valoración de mercado (casi 3.000 millones de dólares) es la emitida por World Liberty Financial, la empresa de criptomonedas que el presidente republicano, Donald Trump, y sus hijos Eric y Donald Jr. 

Hay que tener en cuenta, además, que las stablecoins no están exentas de riesgo de quiebra, como en otras criptomonedas, ni de burbuja. “Sí, existe ese riesgo si no hay respaldo suficiente o si se pierde la confianza”, señala Caixabank. De ahí que la entidad participada por el Estado haya operado por una stablecoin “con respaldo en euros, regulación MiCA y supervisión bancaria, para evitar escenarios como el colapso de otras criptos”.

“Los casos de inestabilidad se dieron en proyectos sin supervisión ni transparencia como la quiebra de la stablecoin algorítmica Terra/Luna”, señala Francisco Maroto. “Una stablecoin bien respaldada y regulada no debería generar una burbuja ni colapsar como otras criptomonedas, porque su valor está vinculado a una divisa y cubierto por activos reales. MiCA exige reservas auditadas y controladas para garantizar un uso seguro, por lo que el riesgo de quiebra se reduce al mínimo. El riesgo para la empresa que los emite sería la falta de adopción, es decir, que nadie la utilice y, por lo tanto, la empresa no sea viable”.