«El planeta, en la cuerda floja»: una activista de Greenpeace camina a 30 metros de altura en Madrid para exigir «justicia climática»

«El planeta, en la cuerda floja»: una activista de Greenpeace camina a 30 metros de altura en Madrid para exigir «justicia climática»

Una mujer ha cruzado por una cinta suspendida de 55 metros de largo entre dos edificios de la plaza de España, en la esquina con la calle Princesa, con motivo del inicio de la COP30 en Brasil

La COP de Brasil decide si el mundo avanza o si Trump dinamita el esfuerzo común contra el cambio climático

“El planeta, en la cuerda floja”. Este es el mensaje que ha desplegado una activista de Greenpeace en una cinta suspendida a 30 metros de altura entre dos edificios en pleno centro de Madrid. Su objetivo es visibilizar su demanda de “justicia climática” con motivo del inicio de la Cumbre del Clima (COP30) este lunes en Belém, corazón de la Amazonía brasileña, y advertir que esta cita es “una oportunidad única para frenar la deforestación y exigir justicia climática en una década crítica”,

La activista ha caminado a primera hora de la mañana de este lunes entre dos edificios de la plaza de España, en la esquina con la calle Princesa, a 30 metros de altura y sobre una cinta de highline de 55 metros de largo. “Caminar sobre la cuerda floja simboliza la urgencia de avanzar con firmeza hacia adelante y no dejar de dar pasos firmes en la dirección correcta”, explican desde Greenpeace que también recuerda que el Gobierno de España debe liderar “una postura ambiciosa y valiente en esta COP, sin ceder ante los pasos en falso del retardismo climático de la Unión Europea o el negacionismo global de líderes como Donald Trump, que pueden precipitar al planeta al abismo del cambio climático”.

Con esta acción inédita, Greenpeace advertir a los gobiernos reunidos en Brasil y exigirles “fechas para el fin del uso del carbón, gas y petróleo, nuevos impuestos a la industria fósil y un plan para acabar con la deforestación antes de 2030”. “Aunque el planeta se encuentra en un frágil equilibrio ecológico y se acumulan las señales de alerta en forma de danas, inundaciones, olas de calor y otros fenómenos extremos, tenemos las herramientas necesarias para evitar los peores escenarios”, ha señalado a EFE la directora ejecutiva de Greenpeace España-Portugal, Eva Saldaña.

Saldaña, que estará presente en la COP30, ha insistido en que “solo hace falta voluntad política y cooperación internacional para anteponer la protección de la vida a los intereses económicos particulares”, por lo que “la COP30 es una oportunidad clave para detener esta crisis ecológica global de forma valiente”.

En el caso de España, Greenpeace recuerda que es imposible olvidar los efectos de algunos fenómenos meteorológicos extremos agravados por el cambio climático que han tenido un impacto demoledor sobre la población, los medios de vida y los ecosistemas. Por ejemplo, la dramática dana de 2024 o la ola de incendios forestales de este mismo verano. “Intentamos no perder el equilibrio y tener esperanza, pero la clase política en lugar de incrementar la acción climática da ahora pasos más lentos, más inciertos, más dubitativos”, explican.


Una activista de Greenpeace ha recorrido una cinta a 30 metros de altura sobre la plaza de España en Madrid.

Desde la organización ecologista destacan en un comunicado que la 30ª Conferencia de las Partes del Convenio Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que se celebrará hasta el 21 de noviembre de 2025 en Belém llega “en un momento crítico para la acción climática mundial”.

En este sentido recuerdan que, a 10 años de la aprobación del Acuerdo de París, por el que los países se comprometían a evitar que el calentamiento global superase 1,5 ºC, es “la primera COP desde que las temperaturas medias globales superaron ese límite físico en 2024, un indicador alarmante de la aceleración de la crisis climática”. “El mundo se encuentra en mitad de lo que la comunidad científica ha llamado una década decisiva frente a la emergencia climática. Es urgente que los líderes mundiales mejoren los planes climáticos presentados en la COP30 de Belém”, reiteran desde Greenpeace, alertando también sobre los compromisos actuales.

De esta manera, aseguran que, incluso aunque cumplieran los compromisos actuales, el calentamiento global se dirige a un preocupante aumento de entre 2,3 ºC y 2,5 ºC, unas cifras muy alejadas del límite de 1,5 ºC del Acuerdo de París, por lo que ven como paso clave “acabar con el uso de los combustibles fósiles”.

Desde el colectivo ecologista también han hecho llegar sus principales demandas de cara a esta COP30, solicitando especialmente “un plan de respuesta global para abordar la brecha de ambición que separa lo que los gobiernos están haciendo respecto a lo que deberían hacer para limitar el calentamiento global a 1,5 ºC”.

Por ello, reclaman acelerar la reducción de emisiones, especialmente en sectores clave como la energía (incluida la transición para abandonar los combustibles fósiles), la agricultura, los bosques y el uso de la tierra, en consonancia con los principios de equidad, justicia y transición justa.

También solicitan un nuevo Plan de Acción por los Bosques de cinco años dentro del Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) para “detener y revertir la deforestación y la degradación forestal antes de 2030”.

Por último, demandan el establecimiento de un nuevo punto permanente en la agenda de la COP30, para “aumentar la financiación pública internacional que los países del Norte global deben aportar, y promover una fiscalidad basada en el principio de ”quien contamina paga“ para desbloquear una mayor financiación pública para los países del Sur global”.