Relájense y mediten: ¿De verdad no les aterra un gobierno PP-Vox?
El líder de Vox, extrema muy extrema derecha, tiene la manija agarrada con firmeza, y cuenta, además, con varias posibilidades para ejercer y demostrar ese mando, baila, Alberto, baila
El futuro, queridos amigos, está sellado. Si PP y Vox alcanzan una mayoría de 176 diputados en el Congreso en las próximas elecciones, anticipadas o celebradas en su fecha, en 2027, habrá hermanamiento de sangre entre ambas formaciones, hoy ya tan próximas, y el políticamente escuchimizado Feijóo cederá hasta el infinito ante el henchido Abascal, aquí me tiene usted a sus pies para lo que guste patear o, incluso, escupir. Uroboros perfecto, serpiente que se muerde la cola, que ya ni siquiera sabemos de quién es la cabeza y de quién la rabadilla, rotas y destrozadas las ya despreciadas líneas rojas o cordones sanitarios en la Comunidad Valenciana, qué regalos al neofascismo, qué bajeza democrática, ancho es el mundo y quitémonos las caretas, que malditos sean los extranjeros, Franco fue buenísimo, venga a nosotros el reino de la economía neoliberal más salvaje, que sólo enseñen los curas y las monjas, y a los maricas y lesbianas me los tapan que me dan asco. ¿Vagos y maleantes, propone usted, señor Abascal? Una idea interesante, confirma el genuflexo Feijóo. En esa conversación de establo entre ambos, intentar colar conceptos como cambio climático es como pedir mantel de lino, vajilla de Rosenthal, cubertería de Christofle y cristalería de Baccarat en la tasca de la esquina.
Porque sin mover un dedo, esperando pacientemente a que el líder –je, qué risa– del PP demostrara, una vez más, su absoluta insolvencia política y su miopía estratégica, Santiago Abascal se ha hecho el amo y señor del futuro de la Comunidad Valenciana y, el destino no lo quiera, de otros muchos territorios. El líder de Vox, extrema muy extrema derecha, tiene la manija agarrada con firmeza, y cuenta, además, con varias posibilidades para ejercer y demostrar ese mando, baila, Alberto, baila, que me hace mucha gracia tu donosura y donaire en seguir a mis silbidos. Veamos.
Por lo pronto, puede hacer que haya elecciones o no en la Comunidad Valenciana, lo que ya de por sí es un arma nuclear. Porque Feijóo tiene ahora única y exclusivamente dos opciones ante sí: o ceder a las exigencias que para consensuar un nuevo president le exija Vox, inmigración, memoria histórica, nombre del candidato y cuanto se le antoje a Abascal, o bien negarse a esas imposiciones lo que obligará a convocar elecciones, que de seguir todos los plazos estipulados por la Ley, se celebrarían en marzo de 2026.
Bien. ¿Qué puede pasar en esas elecciones? Pues obviamente que las ganen PP y Vox, hoy suman 53 diputados (40, PP más 13 de Vox) de los 99 que conforman Les Corts Valencianes o bien, claro está, que las gane la oposición, que hoy suman 46 diputados entre PSPV-PSOE (31), y 15 de Més-Compromís. Con lo que ha ocurrido en la DANA, vergonzoso Mazón, vergonzosas sus consejeras, gentes inútiles, caóticas y sin alma, ¿a alguien le extrañaría que ganara la hoy oposición? Una hipótesis nada utópica: Vox sube a 20, gran estirón, pero el PP –¡ay!– se quedaría en 28 o 29. Adiós a la mayoría para formar Gobierno. Así que todo indica que Vox y PP tienen que tentarse los machos porque la posible subida de los de Abascal, eso dicen las encuestas, no compensaría la bajada del PP, pronóstico de la misma procedencia. Descarten, al menos por ahora. el sorpasso del expandido Abascal sobre el muy capitidisminuido, apenas si quedan sus raspas, Núñez Feijóo.
Todo parece indicar que habrá ahora acuerdo para evitar esas elecciones tan peligrosas para la derecha, lo que nos lleva a la capitulación vergonzante ante Vox. Y como las cerezas famosas, aún dos cuestiones más. En el caso hipotético de que ganaran las derechas en ese futurible de las elecciones de marzo, Abascal seguiría teniendo las riendas bien agarradas a la muñeca y las exigencias serán entonces aún más salvajes. Sin olvidarnos que la formación de Abascal puede ampliar sus condiciones para gobernar en coalición no sólo en la Comunidad Valenciana, sino también en el rosario de elecciones autonómicas que se nos acumulan en un año: Extremadura (21 de diciembre), Castilla y León (antes del 15 de marzo) o Andalucía, que si no hay adelanto serán en julio de 2026, además de Aragón, pendientes de un hilo. Ríanse de la llave Juji Gatame en el judo. Feijóo, agarrado del cuello, bloqueadas las piernas, atadas las manos. Y Abascal, cara al sol, sonríe.
Y ya que hemos citado Andalucía, hay que ver qué cara de cemento hay que tener para con sonrisa de anuncio de dentífrico, Juan Manuel Moreno, el desahogado, decir que se da por superada la crisis de los cribados. Descarado y ciego, la verdad, porque las calles de las principales ciudades andaluzas se llenaron de manifestantes en protesta por la gestión sanitaria de la Junta. Usted ríase, señor Moreno, pero en su partido parece que no tienen memoria y su soberbia los lleva a pensar que sus votantes son absolutamente estúpidos. Creen que pueden cometer las mayores atrocidades y que el respetable, por su cara bonita, les va a perdonar e incluso a premiarles sus fechorías. Los necios son ustedes. Nadie se olvidó de la mentira deleznable del 11-M, nadie del Prestige, nadie del Yak-42, nadie de su ineficacia en los incendios de Castilla y León, y nadie –¿cómo hacerlo?– va a echar en el saco de la desmemoria la insolvencia culposa de su partido en la Dana, ni la suya propia, del mismísimo Moreno y su Gobierno, en el dramático caso de los cribados. La ignominia les perseguirá por cielo y tierra y ojalá así se refleje en las urnas.
Es éste buen momento para frenar en esta desenfrenada carrera a la que nos obliga una actualidad enloquecida y reflexionar un momento, sólo un momento, que no estamos acostumbrados y nos puede dar un soponcio o incluso un paralís. Sillón, luz a medio gas, ojos entornados y no se les ocurra oír una tertulia de radio o televisión. Om. Porque además de las citadas elecciones, antes o después, ya sabemos que Pedro Sánchez insiste en volver a presentarse en el 27, que está ahí mismo, a la vuelta de la esquina, habrá elecciones generales. Pongámonos serios, que la cosa aprieta, y tomemos alguna decisión sobre el voto, que conviene llevar grabada en la sesera cuando empecemos a valorar las ofertas partidistas, que todo tiene un mismo fondo y una misma y penosa razón de ser. Por ejemplo, ¿queremos una sanidad pública que atienda a toda la población, rica, pobre, niño, anciana, o preferimos una sanidad de a tanto la pieza, a usted no le hago esta prueba porque me cuesta un dineral y mis señoritos del fondo buitre no ganan la suficiente millonada? ¿Quizá es usted partidario de ahogar a las universidades públicas, imprescindible para que funcione el ascensor social y prefiere que yanquis, curas y neocapitalistas se forren con las universidades privadas?
Datos que sirven de contexto para situar en su justa medida esas canalladas. La Comunidad de Madrid renunció a recaudar 7.463 millones de euros, el 2,36% de su PIB, por rebajar impuestos; Andalucía dejó de recaudar 2.338 millones por aplicar bonificaciones y en la Comunidad Valenciana –¡la DANA!– se perdieron ingresos por 1.170 millones. En resumen y según datos de la Autoridad Fiscal (Airef), las bonificaciones fiscales en las comunidades del PP mermaron los ingresos en 13.500 millones en el 2024. Si se incluye Canarias, la cifra sube a 14.000. Y ustedes saben, además, que esas mismas Comunidades rechazan la quita de la deuda por motivos puramente ideológicos o no aplican la ley de la Vivienda, o la del aborto o la de Memoria Histórica en otro orden de cosas, porque no les da la gana, reaccionarios insumisos.
Así que recuerden, hagan el favor, siempre que se quejen, y lo harán con más razón que todo el santoral junto, de la escasez de prestaciones sociales o de los problemas de dependencia o vivienda, que muchas de las responsabilidades directas pasan por las Comunidades Autónomas, las encargadas por la Constitución de ocuparse de esas necesarias demandas. Pero si como recordaba Pedro Sánchez el pasado domingo en la entrevista con El País, “este Gobierno ha dado a las comunidades autónomas un 45% más de recursos públicos (300.000 millones de euros más que la administración de Mariano Rajoy)”, que no se han traducido en mejoras en servicios sociales y lucha contra la pobreza, “el Gobierno es el culpable”, claman estos falsarios, si bajan impuestos a los ricos para perjudicar a los más desfavorecidos y destrozar los servicios sociales, si tiran esos miles de millones a la basura por razones puramente ideológicas y de baja política, patéticos émulos de Trump o Milei, ¿ustedes creen que se merecen su voto?
Ahora, en las autonómicas que les toque, pero luego, vayan entrenándose, en las generales. ¿Saben ustedes la que les va a caer con unos gobiernos PP-Vox?
Laurence Rees, ‘En la mente nazi, doce advertencias de la historia’ (Ed. Crítica), recuerda el slogan de los socialdemócratas alemanes en 1932 para evitar que se votara a los nazis: “Si no lo haces por amor, hazlo por odio [a Hitler]”. Término detestable, cambiaría odio por rechazo absoluto, pero qué les voy a contar, que luego gobernó en Alemania quien gobernó, más de 60 millones de muertos.
Pensarán que me olvido de Junts o del Fiscal general del Estado. En absoluto. Pero hay aquí, en este diario, decenas de voces que se lo cuentan todo con pelos, señales y una autoridad profesional apabullante. Fíense de ellos.
Adenda. De allá, de los Estados Unidos. Los accionistas de Tesla han dado el visto bueno a que su gran patrón, Elon Musk, ya sé su opinión sobre el tipo, y usted conoce la mía, pueda cobrar durante los próximos diez años una prima de 1 billón de dólares, más de 866.000 millones de euros. Esta cifra, para que puedan valorarla en su justa medida, equivale grosso modo al PIB de Portugal y Chile juntos. Las condiciones que han impuesto los accionistas a Musk para cobrarla son locas, tanto como la prima, que le exigen a su jefe que multiplique por ocho el valor de la compañía, de un billón a ocho billones y medio, y que venda 20 millones de vehículos de la marca. ¿Advierten ustedes la locura avarienta, enfermiza, enloquecida, de todos estos ricos? Elon Musk posee ahora una fortuna de unos 500.000 millones de dólares. Sumen la prima, de ganarla, y obtendríamos al primer billonario de la historia: más de un millón de millones de dólares. Ahí le tienen. Ni tan siquiera les hablo de las colas del hambre o del número de pobres en Estados Unidos. Para qué.
Y en éstas llega un populista de izquierdas, además musulmán, y gana en Nueva York. Trump: “Zohran Mamdani es un lunático comunista cien por cien”. Más o menos lo que dice la polímata Isabel Díaz Ayuso de Pedro Sánchez. Espero que las mentes más poderosas del PSOE, Sumar y Podemos ya estén estudiando, hasta la extenuación, las tácticas y técnicas seguidas en su fulgurante campaña por el ya alcalde de Nueva York, sobre todo entre los jóvenes. Eso, codos en la mesa y a trabajar.
Queremos Mamdanis apasionados, así recen a Alá, al Cristo de la Buena Muerte o a la Virgen del Palmar de Troya. Pero tanto mejor si son muy ateos y muy comecuras.