Argentina, cantaora: «La mujer flamenca que sostenía el cante desde las cocinas ahora es una creadora visible y necesaria»

Argentina, cantaora: «La mujer flamenca que sostenía el cante desde las cocinas ahora es una creadora visible y necesaria»

La artista onubense participa en el festival Duende Flamenco con su espectáculo ‘Sonoridad M’, dedicado a las precursoras del cante, cuando prepara el lanzamiento de su nuevo disco

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Con un nuevo álbum a punto de ver la luz, la cantaora Argentina vive un momento dulce de creatividad y buena forma. Como estrella del festival Duende Flamenco, actuará con su espectáculo Sonoridad M este viernes 14 de noviembre en el Teatro Municipal Calixto Sánchez de Mairena del Alcor, al día siguiente en el Teatro Oriente de Morón de la Frontera, y finalmente el 16 de noviembre en el Teatro Riberas del Guadaíra de Alcalá de Guadaíra.

En su propuesta, esta onubense de 1984 rinde homenaje a las pioneras del cante y un análisis del desarrollo del flamenco interpretado por las mujeres hasta nuestros días. Una historia asombrosa de la que ella ya forma parte también.   

¿Cómo plasma Sonoridad M la evolución de la mujer en el flamenco?

Sonoridad M es un espejo donde la mujer flamenca se ve a sí misma a través del tiempo. Para mí, este proyecto refleja cómo la mujer ha pasado de ser la voz oculta, la que sostenía el cante desde las cocinas y los patios, a convertirse en una creadora visible, respetada y necesaria.

¿Cuáles serían sus grandes hitos?

Sus hitos son muchos, pero yo destacaría tres momentos clave: cuando las mujeres empezaron a grabar y se pusieron delante del micrófono sin pedir permiso: Pastora Pavón, La Niña de los Peines, fue una revolución en sí misma. La etapa en la que la mujer deja de ser “acompañante” o figura estética y se planta como artista total: Fernanda y Bernarda, La Paquera, La Perla… ellas dieron un golpe de verdad. Y la generación actual, que ya no se conforma con ser intérprete: crea, compone, produce, dirige. Las mujeres hemos pasado de ser custodias de la tradición a ser arquitectas del futuro. Sonoridad M muestra que nuestra evolución ha sido imparable y profundamente transformadora.

¿Qué cree que han aportado las voces femeninas al flamenco, en contraste con sus compañeros varones? ¿Algún matiz propio o diferencial?

El flamenco nace de la mezcla de voces: la masculina y la femenina. Pero la mujer ha aportado un matiz que es imposible imitar: la hondura emocional que nace de una vida muy distinta, muchas veces más callada, más mirada, más sufrida, más observadora. La mujer ha llevado al flamenco un quejío diferente, más quebrado y más dulce a la vez. Una forma de decir que no compite, que acaricia y a la vez desgarra. Una melodía interna donde conviven fuerza y vulnerabilidad. Los hombres tienen una potencia y un metal maravillosos; nosotras hemos aportado otra luz, otra densidad sentimental. Y al final, el flamenco necesita las dos para ser completo.

¿Está en buenas manos la herencia de esas mujeres? ¿Quiénes serían hoy las guardianas de ese legado?

Sí, sin duda está en buenas manos. La herencia de La Serneta, Pastora, Fernanda, Bernarda, La Paquera, La Perla…. vive hoy en muchas cantaoras que respetan la raíz y, al mismo tiempo, se expresan con su propio carácter. Todas las cantaoras profesionales que estamos ahí al pie del cañón, compañeras de las que también aprendo y por supuesto admiro. Y también muchas que no están en primera línea mediática, pero son guardianas silenciosas del compás y la memoria. La tradición femenina está viva, fuerte y en movimiento.

¿Cómo se concilia esa herencia con la experimentación y la libertad creativa? ¿Es inevitable ‘traicionar’ un poco a nuestras mayores para que el flamenco no se estanque?

Yo no creo en la palabra “traición”. Creo en la continuidad y en la libertad, que son dos pilares del flamenco. La herencia está para honrarla, pero no para encerrarnos en ella y no seguir creciendo. Si Fernanda o Pastora vivieran hoy, seguramente también experimentarían, porque el flamenco siempre ha sido un arte vivo, que se transforma desde el respeto. La clave está en que la raíz no se toca, el compás, el ADN del cante, la verdad. La forma sí, los arreglos, las fusiones, los espacios escénicos. Cuando una canta desde la verdad, aunque explore territorios nuevos, sigue siendo fiel a las mayores. El estancamiento vendría, precisamente, de no dejar que el flamenco respire y evolucione.

Un asunto muy discutido: ¿Usted cree que ha habido machismo en el flamenco, más o menos como ha habido machismo en la sociedad española?

Sí. Sería injusto e irreal negarlo. El flamenco, como toda expresión humana, refleja la sociedad de su tiempo. Y España ha sido durante décadas una sociedad profundamente desigual para las mujeres. Es verdad que hoy día la situación ha cambiado muchísimo. Sigue habiendo retos, sí, pero la mujer está hoy en un momento muy poderoso, muy libre y muy creador.

Debo terminar preguntándole por Huelva, esa provincia aparentemente periférica, pero llena de creadores flamencos de primera línea. ¿Cuál es el momento actual, y cuál es el futuro del flamenco en la provincia?

Huelva ha sido, es y será una tierra que guarda y conserva el sello de uno de los cantes más completos y arraigados del flamenco como es el fandango, donde se canta de una manera muy particular y personalidad, con sabor a mar, a Andévalo, a sierra, con mucha verdad y con un toque de nostalgia que solo nuestra tierra tiene. El presente de Huelva es riquísimo, hay una cantera de jóvenes que vienen pisando fuerte, con mucha afición y bien preparados. Maestros y maestras que siguen marcando el camino. Y el futuro, en mi opinión, es brillante, porque en Huelva hay identidad. Mientras haya familias que canten en las casas, mientras los niños crezcan escuchando flamenco empezando por los fandangos, Huelva tendrá un futuro firme y luminoso.