Los nuevos correos de Epstein dinamitan la defensa de Trump sobre su relación con el pederasta
La correspondencia publicada este miércoles muestra cómo ha evolucionado la narrativa de Trump sobre Epstein
El Congreso de EEUU difunde un mail en el que Epstein revela que Trump “pasó horas” en su casa con una de las víctimas
Su contenido es críptico y plantea más preguntas que respuestas.
Sin embargo, el conjunto de correos electrónicos sobre el caso Jeffrey Epstein —publicados por los demócratas en la Cámara de Representantes— muestra suficientes contradicciones entre sus referencias a Donald Trump y las propias declaraciones anteriores del presidente de Estados Unidos como para avivar una nueva ola de especulaciones y conjeturas.
Un correo electrónico enviado por Epstein en abril de 2011 a Ghislaine Maxwell refleja el inquietante tono ambiguo del pederasta. “Quiero que te des cuenta de que ese perro que no ha ladrado es Trump”, escribe Epstein.
Maxwell le responde: “He estado pensando en eso”.
“La víctima [nombre omitido] pasó horas en mi casa con él [Trump]… nunca se ha mencionado”. Desde entonces, la Casa Blanca ha identificado a la víctima como Virginia Giuffre.
Otro correo electrónico de Epstein de enero de 2019 al escritor Michael Wolff, autor de varios libros sobre la presidencia de Trump, es más directo, pero incompleto.
Una vez más, menciona el nombre censurado de una víctima y hace una referencia inexplicable a “Mara Lago” [sic], la casa y el club de Trump en Florida, antes de continuar diciendo: “Trump dice que me pidió que dimitiera, no volver a ser miembro”.
Ese comentario puede referirse a las informaciones de que Trump prohibió en una ocasión a Epstein el acceso a Mar-a-Lago, según algunas fuentes, por intentar supuestamente seducir a la hija adolescente de otro miembro.
Trump dijo a los periodistas durante su primera presidencia, en julio de 2019, que había prohibido el acceso a Epstein, pero no explicó los motivos. “Tuve una disputa con él hace mucho tiempo”, afirmó. “Francamente, el motivo no tiene ninguna importancia”.
Ha repetido esta afirmación varias veces mientras intentaba desvincularse de un hombre al que en su día elogió profusamente.
El verano pasado, Trump dijo que había expulsado a Epstein por atraer a las empleadas del spa de Mar-a-Lago. Otras versiones sugieren que los dos hombres se enemistaron tras entrar en una guerra de pujas por la misma propiedad en Palm Beach en 2004.
En el correo electrónico a Wolff, Epstein añade: “Por supuesto que [Trump] sabía lo de las chicas, ya que le pidió a Ghislaine que dejara de hacerlo”.
Aunque no se explica qué se le pidió a Maxwell que dejara de hacer, la afirmación de que Trump “sabía lo de las chicas” podría levantar dudas sobre la veracidad de las declaraciones anteriores del presidente.
Cuando se le preguntó en el mismo encuentro con periodistas en 2019 si tenía “alguna sospecha de que [Epstein] estaba abusando sexualmente de mujeres menores de edad”, Trump respondió: “No, no tenía ni idea. No tenía ni idea. No he hablado con él en muchos años”.
Ese comentario, mientras Epstein se encontraba bajo custodia federal a la espera de juicio por cargos de tráfico sexual, no concuerda con lo que Trump dijo a New York Magazine en 2002.
“Conozco a Jeff desde hace 15 años. Es un tipo estupendo”, dijo. “Es muy divertido estar con él. Incluso se dice que le gustan las mujeres guapas tanto como a mí, y muchas de ellas son bastante jóvenes. No hay duda: Jeffrey disfruta de su vida social”.
Un intercambio de correos electrónicos publicado el miércoles entre Epstein y Wolff en diciembre de 2015 —cuando Trump se presentaba a las primarias republicanas— alude al daño que los vínculos pasados de ambos podrían causar a Trump.
“Creo que deberías dejar que se ahorcara él mismo”, escribe Wolff. “Si dice que no ha estado en el avión ni en la casa, eso te da un valioso capital político y de relaciones públicas. Puedes ahorcarlo de una manera que te reporte un beneficio positivo o, si realmente parece que puede ganar, podrías salvarlo, generando una deuda”.
Una pareja se fotografía frente a la estatua de Donald Trump y Jeffrey Epstein que ha aparecido en el National Mall de Washington DC esta semana
“Por supuesto, es posible que, cuando se le pregunte, diga que Jeffrey es un gran tipo y que ha recibido un trato injusto y es víctima de la corrección política, que será descartada en un régimen de Trump”.
Desde la muerte de Epstein y a medida que han proliferado las revelaciones sobre su tráfico sexual de menores, Trump, por el contrario, ha tratado de desentenderse de su antiguo amigo, al tiempo que ha destacado los estrechos vínculos de Epstein con Bill Clinton.
“Sé que [Clinton] estuvo en su avión 27 veces, y él dijo que estuvo en el avión cuatro veces… Y entonces la pregunta que hay que hacerse es: ¿Bill Clinton fue a la isla?”, dijo Trump en 2019 refiriéndose a una isla propiedad de Epstein.
“Porque Epstein tenía una isla que no era un buen lugar, según tengo entendido. Y yo nunca estuve allí. Así que hay que preguntarse: ¿Bill Clinton fue a la isla? Si lo averiguas, sabrás mucho”.
Según Rolling Stone, un documento desclasificado reveló que Clinton y Trump volaron en el avión de Epstein.
En los últimos años, Trump se ha esforzado por expresar su desprecio por Epstein. “No era fan de Jeffrey Epstein… Lo eché de un club. No quería tener nada que ver con él. Eso fue hace muchos, muchos años. Eso demuestra una cosa: que tengo buen gusto. ¿De acuerdo? Ahora bien, otras personas sí que fueron con él a todas partes. Fueron a su isla. Fueron a todas partes”.
También ha dado rienda suelta a las teorías conspirativas que circulan entre sus seguidores MAGA (Make America Great Again) de que la muerte de Epstein en una celda de Manhattan podría no haber sido un suicidio.
Cuando el locutor ultra Tucker Carlson le preguntó en 2023 si Epstein podría haber sido asesinado, respondió: “No lo sé… es posible. Quiero decir, realmente no lo creo, creo que probablemente se suicidó. Pero hay gente, hay mucha gente… Creo que tú eres uno de ellos, ¿verdad? que cree que lo mataron”.
En medio del clamor por la publicación de los archivos, Trump se mostró ambiguo, avivando una inquietud que probablemente no se calmará con la última publicación de correos electrónicos.
Cuando Fox News le preguntó durante la campaña electoral presidencial de 2024 si publicaría los archivos de Epstein, junto con los de John F. Kennedy y los atentados del 11 de septiembre, se mostró evasivo.
“Supongo que sí. Creo que no tanto, porque no quieres afectar a la vida de las personas si hay cosas falsas ahí, porque hay muchas cosas falsas en todo ese mundo”, dijo. “No sé tanto sobre Epstein como sobre los demás”.
Con parte de su base enfadada por el incumplimiento de esa vaga promesa, ha arremetido contra los periodistas y sus oponentes.
“¿Todavía están hablando de Jeffrey Epstein? Se lleva hablando de este tipo desde hace años”, le dijo a un periodista que le preguntó a Pam Bondi, la fiscal general, sobre los archivos en una reunión del gabinete en julio.
“No puedo creer que estés haciendo una pregunta sobre Epstein en un momento como este, en el que estamos teniendo algunos de los mayores éxitos y también la tragedia de lo que ha ocurrido en Texas [donde se han producido inundaciones mortales]. Me parece una profanación”.
También ha calificado los archivos de engaño y creación de sus oponentes políticos, incluido Barack Obama.
“Crearon los archivos de Epstein, al igual que crearon el dossier falso de Hillary Clinton y Christopher Steele que utilizaron contra mí, y ahora mis supuestos ”amigos“ están haciendo el juego a sus adversarios”, publicó en su plataforma Truth Social. “¿Por qué estos lunáticos de la izquierda radical no publicaron los archivos de Epstein? Si había ALGO en ellos que pudiera perjudicar al movimiento MAGA, ¿por qué no lo utilizaron?”.