Del ‘joven Beiras’ a traducir Camus y el socialismo radical: varios libros repasan la figura del histórico nacionalista gallego
Activo a los casi 90 años, el que fuera carismático líder de PSG, BNG y de Anova es dueño de una polifacética trayectoria vertebrada por la política nacionalista de izquierdas y la preocupación intelectual
Hemeroteca – Las mil caras del poliédrico Castelao, artista y fundador del nacionalismo gallego moderno
Datan de 1959. Xosé Manuel Beiras tenía entonces 23 años, estudiaba en París becado por el núcleo galleguista de la Editorial Galaxia y sentaba las bases de su sólida, formidable armazón intelectual. Son dos ensayos en los que el joven estudiante se interesa por las experiencias cooperativistas y por cómo estas pueden sostener un modelo diferente de sociedad. Faltan algunos años para el giro marxista de Beiras, algunos menos para que se involucre en la política antifranquista, pero esos dos textos, publicados en la Revista de Economía de Galicia, constituyen los primeros trabajos editados “de cierta envergadura” del que acabaría por convertirse en carismático líder del nacionalismo gallego de izquierdas, Xosé Manuel Beiras. Los recupera el libro Un socialismo propio. O cooperativismo no Beiras mozo (Companha Editora, 2025), uno de los varios volúmenes que, en los últimos meses, repasan la polifacética trayectoria del intelectual y político nacido en Santiago de Compostela en 1936 en ámbitos como la economía, la literatura o la militancia partidista.
El investigador Carlos Calvo Varela se ha encargado de exhumar las reflexiones sobre cooperativismo y contextualizarlas en un extenso, documentado y sustancioso prólogo: Le jeune Beiras. Socioxénese dun economista político. “Estos artículos científicos, los primeros de importancia publicados por Beiras”, explica Calvo a elDiario.es, “ayudan a comprender su formación intelectual y la de su generación”. La glosa con detalle en su introducción, quizás la más profunda cata conocida en la fase liberal progresista -así la define el propio objeto de investigación- de Beiras y su quinta.
Es, al fin y al cabo, la historia de una tradición política que se recompone tras la violenta ruptura del golpe fascista del 36. “Me llamó la atención la insistencia de las figuras del galleguismo que habían sobrevivido a la guerra en el interior”, añade, “por inculcar a los jóvenes el sentido de misión histórica en una época durísima”. La misión histórica de la redención política y cultural de Galicia en la que se embarcan, algunos para toda la vida, nombres como Beiras, Franco Grande, Ramón Lugrís, Rodríguez Mourullo, Xohana Torres, Méndez Ferrín. “Con todos los elementos en contra, los viejos galleguistas consiguen articular una nueva promoción de cuadros”, aduce.
Un precario “intelectual colectivo”
Este galleguismo del interior en la posguerra, una suerte de precario “intelectual colectivo” -lo bautiza Calvo Varela-, es el que envía a Beiras a estudiar a Francia. Y es este quien, como resultado de sus seminarios con el economista Georges Lassare o sus incursiones en la Bibliothèque Sainte-Geneviève, empieza a escribir sobre cooperativismo. “De alguna manera, un joven intelectual efectúa en estos textos la culminación teórica del programa económico del galleguismo histórico y del Partido Galeguista”, señala Calvo Varela, “para el que el gran modelo no era Irlanda, como sostiene el tópico, sino Dinamarca”. Dinamarca como paraíso pequeño burgués, claro. El Partido Galeguista, fundado en 1931, carecía de preocupación obrerista. Aun así, durante la República se mantuvo en la esfera progresista hasta el punto de integrarse en el Frente Popular (esta coalición le valió una escisión por la derecha a la que, por cierto, se sumó el padre de Beiras). Los documentos que incluye Un socialismo propio condensan, en todo caso, esa visión: Cooperativismo agropecuario: algunhas consideracións arredor da experiencia danesa y As diversas orientacións do cooperativismo no seu desenvolvemento histórico.
Cuatro años después de su publicación, ya en 1963, un Xosé Manuel Beiras de 27 años participaba en la fundación del Partido Socialista Galego (PSG), la primera organización política antifranquista nacida en la Galicia tras la Guerra Civil. La encabezó hasta su fracaso en las primeras elecciones de la restauración democrática en 1977.
Del galleguismo de preguerra al nacionalismo marxista
A desmenuzar esa otra aventura ha dedicado el politólogo Millán Fernández su monografía Unha historia mínima do PSG. Da clandestinidade ás primeiras eleccións autonómicas (1963-1981) (Companha Editora, de próxima aparición). El partido también había nacido en la órbita de la Editorial Galaxia. Socialdemócrata y europeísta -entendiendo por europeísta una especie de fe política en la construcción comunitaria y en un caracácter federalizante que no acabó de concretarse-, evolucionó hacia el socialismo radical a finales de los 60. Ya había sucedido la Revolución Cubana -“un acontecimiento fundamental para esta generación”, según Carlos Calvo- y en 1964, un nuevo hito del antifranquismo nacionalista: la constitución de la Unión do Povo Galego (UPG), inspirada por las revueltas anticoloniales y el comunismo y aún hoy núcleo del actual BNG.
“El PSG tendió una especie de puente entre el galleguismo de preguerra y el nuevo nacionalismo marxista radical”, acierta a sintetizar Fernández. Y la figura de Xosé Manuel Beiras resultó clave en este tránsito. Su propio padre, Manuel, había pertenecido al Partido Galeguista y a él lo habían educado como nacionalista gallego al margen de la escuela nacional católica: lo matricularon en la Prefectoría San José, del maestro republicano represaliado Jesús Pereira Vilariño, financiada por un grupo de pequeño burgueses compostelanos demócratas y desafectos al régimen franquista (Un mestre inesquecible se titula la pequeña aproximación biográfica a este suceso que ha publicado este año Companha). Y fue también Beiras quien, a través de sus lecturas, condujo al PSG hacia su “etapa radical” y lo alejó de su medio ambiente originario, la órbita de la editorial Galaxia.
“Él aporta todo su bagaje intelectual y marca la línea a nivel doctrinario e ideológico”, considera el autor de Unha historia mínima…, “lee autores anticoloniales como Albert Memmi, Frantz Fanon o [el occitano] Robert Lafont y convierte un partido socialdemócrata en un partido socialista”. El Beiras de esos años ya estudia el marxismo y en 1972 publica su obra más influyente, O atraso económico de Galicia. Aunque escrita sobre un país que, en buena medida, ha desaparecido, sus tesis sobre la dependencia de Galicia son todavía objeto de estudio y discusión. Y en su día y durante no pocos años marcaron la estrategia teórica de la izquierda nacionalista gallega.
El PSG nunca alcanzó la condición de partido de masas. “No pasó de partido de cuadros cuya militancia se fue aletargando”, dice Fernández, “pero nutrió de dirigentes a una parte importante de la izquierda gallega de la Transición y los primeros años de la democracia”. Al BNG llegó Beiras en 1982 tras su particular travesía del desierto -una prolongada crisis de salud mental- y lo lideró durante dos décadas. “El dirigente nacionalista más importante después de Castelao, indiscutiblemente”, asegura Calvo Varela. Pero también la rama gallega del PSOE recibió sustanciosos aportes procedentes del PSG -Fernando González Laxe, Xosé Luís Rodríguez Pardo, Ceferino Díaz- así como la otra izquierda nacionalista (la secuencia Unidade Galega, Partido Obreiro Galego, Esquerda Galega, años después integrada en el BNG). Unha historia mínima… es la primera monografía que se asoma, desde la politología y la historia y a partir de múltiples entrevistas con militantes, a esta experiencia. El propio Beiras firma el prólogo.
Xosé Manuel Beiras (quinto por la izquierda) en la fundación del BNG en 1982
“Hoy es insólito semejante bagaje en un político”
La filóloga y catedrática Esperanza Mariño Davila compró un día la traducción gallega de As moscas, de Jean-Paul Sartre. La obra de teatro, escrita y representada durante la II Guerra Mundial en la Francia ocupada por los nazis, vuelve sobre el mito de Electra para componer una alegoría existencialista sobre la libertad. Puro Sartre de los años 40. “Su contenido me impresionó”, relata Mariño Davila a este periódico por correo electrónico. El traductor era Xosé Manuel Beiras. “Pensé que era una faceta importante y poco conocida del político. Circulaba incluso mucha información errónea en las fechas y en los títulos”, añade. Algo más tarde descubrió, en una edición facsimilar de la revista escolar Vamos!, sus primeros escritos literarios, cinco relatos y un poema escritos en gallego. El análisis de todos estos materiales lo reunió en Fíos de transparencia acesa. Narrativa, poesía e tradución en Xosé Manuel Beiras (Laiovento, 2025).
Los autores traducidos al gallego por Beiras funcionan prácticamente a modo de autorretrato político intelectual. Está Sartre y su querido Albert Camus sin la pelliza conformista que lo envolvió en las últimas décadas, la Antígona de Anouilh, Giradoux y Edgar Morin. “[Sus elecciones] siempre desarrollan un poso ético, filosófico o político”, señala Mariño Davila, “el humanismo ateo, una economía solidaria, una educación crítica y laica”. La profesora destaca a Anouilh, para quien el personaje de Antígona “prefigura la resistencia contra el nazismo”, y la versión de Os xustos, de Camus, que reflexiona sobre los límites de la violencia “y fue una obra muy querida por su autor y por la actriz que la representó, María Casares”. Gallega, exiliada, hija del presidente de la República en 1936, el coruñés Santiago Casares Quiroga. “En la actualidad resulta insólito un político con semejante bagaje intelectual”, dice Mariño Dávila, “la política implica una participación activa en la sociedad; sin embargo, las bases de su pensamiento quedaron explicitadas ya desde la adolescencia”.
El último libro firmado por Xosé Manuel Beiras se titula Retratos en fite (Laiovento, 2022) [algo así como Retratos atentos] y en él, al modo confeso del emocionante Libro dos amigos en que Otero Pedrayo recordaba entre otros a algunos derrotados del 36, dedica breve semblanzas a cuatro decenas de próximos, de su maestro Xesús Pereira al marxista francés Michel Löwy, del fusilado secretario general del Partido Galeguista Alexandre Bóveda al poeta Xosé María Álvarez Cáccamo, de Isaac Díaz Pardo al exalcalde y médico de Santiago de Compostela Martiño Noriega. “Siento saudades del joven que fui en esta misma orilla izquierda del Sena al mirarme en el espejo de los chicos y chicas que estos días discuten en las sesiones del Foro Social”, escribe en su introducción, “tenía yo cuatro o cinco años cuando aprendí las primeras letras, y no más de cinco o seis cuando mi padre me dio a leer Os rumorosos [el poema que conforma la letra del Himno Galego. Ahora, los ”bos e xenerosos“ andan escasos. Será que ya no leemos a Pondal. O será que es de noche en la rive gauche y las aguas del Sena arrastran fuel”.
Xosé Manuel Beiras en su casa