Fotografías a todo color en Vitoria y quejas al obispo Setién en Donostia: así fue el luto por Franco en Euskadi

Fotografías a todo color en Vitoria y quejas al obispo Setién en Donostia: así fue el luto por Franco en Euskadi

El Archivo de Álava conserva imágenes en color de los funerales mientras que en Gipuzkoa la Policía Armada tuvo que entrar al Buen Pastor porque los franquistas vieron pocas alabanzas en la homilía y en Bilbao se organizaron autobuses para ir a Cuelgamuros

El Gobierno baraja que el rey de España acompañe al presidente de Alemania en el desagravio al bombardeo nazi de Gernika

Se cumplen 50 años del fallecimiento de Francisco Franco. En las capitales vascas, como en el resto de España, se decretó luto oficial. Las instituciones, controladas por el régimen, organizaron actos para glosar la figura del dictador y funerales en su memoria a las 24 horas de conocida la noticia, el 21 de noviembre. En el caso de Vitoria, el fondo Photoaraba del Archivo de Álava conserva imágenes en color de aquella jornada, de las primeras de su colección y algo todavía no generalizado en la época. En Bilbao, el periódico ‘La Gaceta del Norte’ tiró doce ediciones con las novedades. En Donostia, al ‘número dos’ de la diócesis, un José María Setién que entonces tenía 47 años, le correspondió oficiar circunstancialmente la misa en honor al jefe del Estado y la eucaristía acabó con incidentes por su tono poco laudatorio, con falangistas haciendo una torre humana para colgar una bandera de España y con la Policía Armada, los ‘grises’, desplegados dentro el templo.

Las adhesiones al finado llegaron también desde las organizaciones falangistas de los pueblos, como Lekeitio o incluso Gernika, la villa bombardeada en 1937. Pero también hubo gestos desde Sopelana, Sestao, Getxo o Gorliz, entre muchos otros municipios. Fueron días sin hostelería, cines y otros comercios no esenciales abiertos, con las clases escolares suspendidas y con las emisoras locales conectadas al ‘parte’ de Radio Nacional de España. Ninguna de las reflexiones de la oposición clandestina tuvo cabida en la prensa controlada, como los llamamientos a la “ruptura” democrática del Euzkadi Buru Batzar del PNV.

Funerales en color rojigualdo

Vitoria fue, tras el golpe de Estado del 18 de julio de 1936, la primera ciudad conquistada por los franquistas. El dictador llegó a establecer en la capital de Álava dos de sus primeros ministerios cuando montó un Gobierno paralelo al legal y legítimo de la II República. Los cuarteles generales de la Alemania nazi y de la Italia fascista se acomodaron en la ciudad para ayudar a Franco a ganar la Guerra Civil. El dictador dispuso en Álava de todo tipo de homenajes y títulos honoríficos. Y, cuando falleció, las autoridades locales le quisieron brindar también una despedida al máximo nivel. Se celebraron sesiones extraordinarias tanto del Ayuntamiento de Vitoria como de la Diputación. Desde el “inmenso sentir español”, se organizó un funeral a las 17.00 horas del 21 de noviembre, viernes.


Procesión hasta la catedral de Vitoria, antes del funeral por Franco


Las autoridades, protegidas por agentes del cuerpo de Miñones, en el funeral de Franco en 1975

En la colección fotográfica de Photoaraba se aprecia que se movilizaron las unidades de gala tanto de los Miñones, la Policía foral de Álava respetada por la dictadura por la “lealtad” del territorio hacia el régimen dictatorial, como del cuerpo municipal. Algunos balcones fueron decorados con banderas rojigualdas con crespones negros y otra enseña con el escudo franquista presidió la misa-funeral, que tuvo lugar en la nueva catedral de María Inmaculada después de una especie de procesión de las autoridades desde el palacio de la Diputación, precisamente la sede ministerial principal elegida durante la Guerra Civil por el dictador. En esa comitiva hubo instrumentos musicales y se portaron las banderas de Vitoria, de Álava y de las cuadrillas. Los asistentes se guarecieron de la lluvia bajo paraguas de color negro.

Photoaraba dispone de 23 fotografías en color de esa jornada. Solamente constan en su archivo otras con la misma técnica relacionadas con Franco de una visita de la corporación alavesa a Madrid en 1974. Como dato, muchos años después, en la legislatura en que Fernando Buesa fue diputado general, de 1987 a 1991, aún era corriente que se documentaran los principales acontecimientos en blanco y negro.


Funerales por Franco en Vitoria

Incidentes en Donostia

En Donostia, las autoridades locales también organizaron una despedida al dictador. La misa-funeral tuvo lugar en el Buen Pastor, pero el entonces obispo Jacinto Argaya, nombrado en 1968 y que continuaría en el cargo hasta 1979, se quedó atascado en Madrid por las malas condiciones meteorológicas de aquellas jornadas de noviembre de 1975. Sin previo aviso, tuvo que oficiar la homilía su ‘número dos’, el entonces obispo auxiliar José María Setién. Sin embargo, su sermón no satisfizo a los franquistas que llenaron el templo, ya que aparentemente no destacó los supuestos logros de Franco desde su asalto al poder. Los presentes le hicieron llegar sus quejas en el mismo templo. Hay fuentes, como el boletín oficial diocesano, que recogen que se llegaron a proferir comentarios “soeces” contra Setién.

La Policía Armada tuvo que desplegarse dentro del templo para mantener el orden y la misa llegó a estar parada unos diez minutos. ‘La Gaceta del Norte’ describe cómo algunos de los presentes montaron una “manifestación” hasta la sede del Obispado y que, una vez allí, hicieron una “torre humana” para llegar a un balcón y colocar una “bandera nacional con crespón negro” en memoria de un Franco que tuvo en Donostia uno de sus lugares predilectos de veraneo desde el inicio de su mandato. Antes, en el funeral, “el gobernador civil de la provincia subió al presbiterio y, mediante un micrófono, intentó —durante unos minutos— pedir silencio, señalando que, como cristianos, se debía callar la gente”. Desde 1979 a 2000 , Setién fue obispo titular de esa misma diócesis y se ofreció a mediar con ETA. A su muerte, en 2018, algunos sectores le acusaron de falta de empatía con las víctimas aunque el entonces lehendakari, Iñigo Urkullu, puso en valor su figura.


Recorte del ‘ABC’ sobre los funerales de Franco en Donostia

Autobuses a Cuelgamuros

Bilbao, la última ciudad vasca conquistada en la Guerra Civil tras una durísima campaña de bombardeos a la provincia, incluido el de Gernika o el de Durango, había programado para ese 20 de noviembre un acto en memoria de José Antonio Primo de Rivera, hijo del dictador Miguel Primo de Rivera y fundador de la Falange, el partido único de la dictadura, también fallecido en esa misma fecha pero en 1936, el año de la sublevación contra la II República. A lo largo del día, la ciudad se fue haciendo cargo de lo sucedido de madrugada en Madrid. Una de las cabeceras de la ciudad, ‘La Gaceta del Norte’, llegó a tirar doce ediciones y todas se fueron agotando.

En el Gobierno Civil, del orden de 6.000 personas estamparon su firma en el libro de condolencias habilitado solamente en las primeras 24 horas. La prensa controlada destacaba que incluso los “paralíticos” no perdieron la ocasión de agradecer sus servicios al dictador. “Franco, durante tres años recibí tus órdenes. No te olvidaré. ¡Viva Franco! ¡Arriba España! Si España, nos pide la vida, la vida le daremos, para la paz de nuestra querida Patria. ¡Viva España”, se podía leer en algunas de ellas, firmadas por excombatientes del bando franquista durante la Guerra Civil. Otras 500 personas se congregaron en Gran Vía, 62, la sede del “movimiento”, para llenar “diez autobuses” con destino a Cuelgamuros, donde querían asistir en primera persona a las exequias.

En el funeral en la catedral de Santiago tampoco pudo participar el obispo Antonio Añoveros, esta vez por enfermedad. Eso sí, el vicario general leyó su homilía palabra por palabra. Y no faltaron las alabanzas. El templo estaba “rebosante” de franquistas, como prueban las imágenes en blanco y negro de la jornada. El Athletic Club también puso en valor su relación con el jefe del Estado. Este equipo fue el que más campeonatos de España ganó en la dictadura. El torneo, la actual Copa del Rey, era conocido como Copa del Generalísimo y los rojiblancos la alzaron en nueve ocasiones, por ocho del FC Barcelona y seis del Real Madrid.


Aspecto de la catedral de Bilbao durante los funerales de Franco