El negocio de la universidad privada: el fondo de inversión dueño de la Alfonso X la vende seis años después por el doble
En 18 meses, tres centros privados han cambiado de titularidad en Madrid en operaciones que acumulan varios miles de millones de euros; fuentes financieras auguran que en 2026 habrá más compraventas cuando se cumpla el habitual ciclo de permanancia de los fondos en empresas, que suele rondar el lustro
El crecimiento de la universidad privada convierte la educación superior en un negocio de alta rentabilidad
Movimientos en el sector universitario privado madrileño. El fondo CVC ha vendido su participación mayoritaria en la Universidad Alfonso X el Sabio (UAX), radicada en la Comunidad de Madrid y con otro campus en Málaga, por unos 2.000 millones de euros al fondo Cinven, según adelantó Expansión. La cifra es aproximadamente el doble de lo que pagó CVC por el centro en 2019. Este fondo se ha embolsado unos mil millones de euros en seis años con la compraventa de la UAX.
Esta operación se une a otras dos similares que han tenido lugar en la educación superior madrileña –la más privatizada de España– en el último año y medio. La pasada primavera, el fondo sueco EQT adquirió el 65% de la Universidad Europea –según publicó Expansión–, que cuenta con campus en cuatro comunidades autónomas. En este caso no han trascendido las cifras de la operación, pero los mercados valoran la universidad en unos 2.000 millones de euros, según han publicado varios medios. Esta cifra es casi tres veces superior a los 700 millones de euros que pagó Permira en 2019 por la universidad.
El tercer cambio de titularidad del último año y medio es el de la Universidad Villanueva, que desde agosto de este 2025 pertenece a la Fundación Universitaria Villanueva, según confirma una portavoz del centro. Fomento de Centros de Enseñanza, la anterior titular y que también tiene colegios por toda España, “sigue comprometida con el proyecto educativo de la Universidad a través de su patronato”, añade la portavoz.
La prensa especializada había dado por hecho el paso adelante en la propiedad del centro de Miguel Arrufat, dueño de la también privada Universidad Internacional de la Rioja (UNIR). Fuentes conocedoras de la situación de la Villanueva explican que esto se debe principalmente a que esta no estaba en una buena situación frente a sus competidoras. En el último ejercicio el centro ha empezado a dar beneficios, aunque pequeños, pero es un cambio de tendencia tras pasar sus primeros años como universidad independiente en pérdidas. La Universidad se limita a comentar que Arrufat “es uno de los seis patronos de la Fundación exclusivamente a título personal”, sin vinculación con la empresa que gestiona la UNIR.
Pocas decisiones de las administraciones generan tanto valor como dar una licencia de universidad
De esta última operación tampoco han trascendido cifras, pero las tres operaciones superan los 4.000 millones de euros. “Pocas decisiones de las administraciones generan tanto valor como dar una licencia de universidad”, explica una fuente que conoce los procesos universitarios. Y la Comunidad de Madrid es campeona nacional en dar licencias para universidades privadas. Con informes favorables del Ministerio de Universidades o sin ellos. En la región hay 14 centros privados y seis públicos.
Rafael Ramiro, profesor de Gestión Empresarial en ICADE Comillas y consultor independiente, explica que estas operaciones eran previsibles por la propia naturaleza del mundo private equity (empresas no cotizadas) del que forman parte estos fondos. “Por el propio concepto los fondos tienen que salir en como mucho cinco o seis años (desde que entran). Ellos no se quedan para gestionar, tienen que devolver el capital y la rentabilidad a los inversores”, explica. Y adelanta que habrá más operaciones. “Los que entraron en el año 2020 o 2021 saldrán quizá el año que viene”, augura.
Ramiro explica que “el mundo educativo es muy atractivo para los fondos, porque tiene precios muy bajos comparados con otros mercados. No es solo la universidad, también la FP o las etapas obligatorias”, observa. El experto explica que, cumplidos diez años del desembarco de estos grandes grupos, el mercado entra ahora en una fase de estabilización, con ganadores y perdedores, como toda guerra financiera. Y, como suele ocurrir en estos casos, los ganadores son habitualmente los grandes fondos.
Una tormenta perfecta
En los últimos años se ha generado una tormenta perfecta para el crecimiento de la universidad privada en España. El estancamiento de la oferta pública (hoy se ofrecen en los 50 centros estatales tres mil plazas menos que hace diez años), responsabilidad de todas las comunidades autónomas, y la necesidad o el deseo de formarse de la población, influido por un mercado laboral cada vez más competitivo y la certeza de que tener estudios significa tener mejores ingresos, alimenta a las universidades privadas por ahora en un ascenso sin fin. Este periódico estudió hace unos años las cuentas públicas de 23 centros (los que colgaban su información actualizada), que dejaban una rentabilidad media del 9,4%. La UAX era entonces la más rentable de todas.
El sector financiero es especialista en detectar oportunidades y aprovecharlas. Al calor de esta necesidad han desembarcado los grandes fondos de inversión en la educación universitaria. Desde el año 2000 los campus privados han pasado de 16 a 46, mientras las públicas eran 50 entonces y siguen siendo 50 hoy. Como consecuencia, los ingresos del sector privado crecen a ritmo de dobles dígitos cada año: aumentaron un 12% en 2023, alcanzando los 3.700 millones de euros, según el observatorio DBK. Si se amplía un poco más el foco, el crecimiento es del 68% desde 2017 en esos seis años, según informes de la misma compañía.
“La entrada de capital inversor en los últimos años ha permitido la implantación de nuevas entidades y el mayor desarrollo de las ya existentes, con la apertura de centros docentes, la incorporación de nuevas titulaciones de grado y máster, y la ampliación hacia otras áreas de formación en crecimiento”, explica DBK.
Tres maneras de rentabilizar
Los fondos, explica Ramiro, entran en una empresa, la mejoran y la revenden para obtener rentabilidad. Tienen tres maneras, ilustra: generando más ingresos, más ebitda (los beneficios antes de impuestos, un indicador que se utiliza para medir la rentabilidad operativa de una empresa) o mediante el múltiplo del ebitda que se paga. “Durante los últimos 10-15 años, ese múltiplo ha ido subiendo (eran 8, 10 o 12 y ahora se dice que EQT ha pagado 20 veces el ebitda de la Universidad Europea)”, cuenta. Esta deriva ilustra que el sector se está asentando y ya no tiene un crecimiento tan rápido o fácil, añade.
En el caso de la Universidad Europea, desde que los Fondos Permira la compraron en 2019 ha multiplicado sus ingresos y su ebitda por dos y dos y medios respectivamente (o lo que es lo mismo, los indicadores han tenido un crecimiento del 100% y del 150%), además de triplicar su matriculación de nuevos estudiantes. Desde el propio Permira se define la universidad como “un negocio excepcional con un largo camino de crecimiento por delante”, según valoró Pedro López, responsable en España del fondo, cuando se concretó la venta de parte de la empresa.
CVC no consiguió revalorizar tanto la UAX, según Ramiro. Pero el diario Expansión cifró su facturación en el entorno de los 250 millones de euros, con alrededor de 115 millones anuales de ebitda.
Pero tras años de expansión, el mercado da señales de estar cerca de su techo, según Ramiro. Entre unas y otras, explica, “este va a ser el cuarto año consecutivo –nunca había pasado– en el que los gestores han devuelto menos del 15% a los inversores. Eso supone que han tenido que mantener el activo casi siete años. Hay un tapón porque los inversores quieren recuperar su liquidez antes de reinvertir, cuenta, y auguro un problema a futuro para los actuales inversores. Habrá más operaciones porque los ciclos de los fondos se acaban, pero ”van a tener que vender con una rentabilidad menor“, aventura.