La Comisión Europea rebaja las normas de la Inteligencia Artificial ante la presión de Trump y las grandes tecnológicas
Las prácticas de alto riesgo de la IA, como la creación de contenidos manipulados, tendrán una moratoria de 16 meses para que las empresas puedan adaptarse a las nuevas exigencias. Las ONG califican la nueva regulación como «el mayor retroceso de los derechos digitales fundamentales en la historia de la UE»
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La palabra simplificación se ha convertido en la llave mágica para la rebaja de exigencias a las empresas en la UE. Con la excusa de la competitividad y por la presión de la Administración de Donald Trump en su defensa de las grandes tecnológicas estadounidenses, la Comisión Europea ha rebajado las normas de privacidad de manera que las empresas tecnológicas podrán utilizar datos personales para entrenar sus modelos de Inteligencia Artificial (IA) sin necesidad de pedir consentimiento o se retrasa un año y medio la la normativa para los sistemas de IA de alto riesgo, es decir, por ejemplo las prácticas en las que se utiliza esta tecnología para crear vídeos en los que se falsifican declaraciones de una persona.
La ONG austriaca Noyb, uno de los mayores grupos activistas, junto a 127 organizaciones civiles calificó en una carta las propuestas de la Comisión Europea como “el mayor retroceso de los derechos digitales fundamentales en la historia de la UE”.
En los últimos años la UE se había caracterizado por ser la Administración pública que ponían en marcha leyes para garantizar los derechos de los ciudadanos frente a los abusos de las compañías tecnológicas, especialmente en el ámbito de la privacidad, pero la vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca y las presiones con su política comercial de aranceles ha provocado que la Comisión Europea caiga en una dilución de la regulación.
Ya en abril, el vicepresidente estadounidense, JD Vance, advirtió a la UE de que asumirían como hostil una regulación excesiva de la IA: “Necesitamos regímenes regulatorios internacionales que fomenten la creación de tecnología de IA en lugar de asfixiarla, y necesitamos que nuestros amigos europeos, en particular, miren hacia este nuevo horizonte con optimismo en lugar de temor”.
Para entender el desafío, las grandes tecnológicas de EEUU invierten 115.000 millones en I+D en 2025, más de la mitad del presupuesto de toda la UE. Google, Apple, Meta, Amazon y Microsoft han disparado sus inversiones para construir una nueva ventaja en el mercado de la inteligencia artificial y no están dispuestas a que las regulaciones de la Comisión bloqueen sus proyectos en la UE. Meta ya avisó de que no firmaría el código de prácticas de la comisión para modelos de IA.
“Adaptar las prácticas sin alterar el mercado”
Con la relajación de las normas, los proveedores de IA generativa, que producen contenido (texto, vídeos, imágenes, sonidos) que ya estén en el mercado van a beneficiarse de un periodo en los que no tendrán que cumplir la normativa “para adaptar sus prácticas dentro de un tiempo razonable sin alterar el mercado”.
Ahora se conoce que tienen una moratoria de 16 meses para seguir actuando sin tener que seguir una regulación más estricta. Lo que hasta ahora la UE había designado como prácticas de alto riesgo con el uso de la IA queda en barbecho las restricciones para la utilización de inteligencia artificial para evaluar la idoneidad de una persona cuando pide un préstamo, para calificar exámenes o para la contratación de personas.
La Comisión Europea ha justificado este retraso para que pueda “confirmar que los estándares y herramientas de apoyo necesarios están disponibles, proporcionando a las empresas las herramientas de apoyo que necesitan”.
Por otro lado, con la excusa de que se van a ahorrar al menos 225 millones de euros al año, se extiende la relajación de la normativa a las pequeñas y medianas empresas, que incluyen a las compañías de mediana capitalización, lo que se esconde ahora con una reducción de requisitos de documentación técnica.
Respecto a la obligación de las tecnológicas de informar a los usuarios sobre el procesamiento de sus datos, la nueva regulación relaja el procedimiento de manera que no hará falta si se entiende que el ciudadano ya tiene la información de la utilización de sus datos, salvo en información de alto riesgo o que se vaya a transferir a terceros.
Además, la nueva normativa propone “modernizar las reglas de las cookies (pequeño archivo de un sitio web que guarda la información sobre la navegación del usuario) para mejorar la experiencia de los usuarios en línea”. Según una funcionaria de la Comisión, “los ciudadanos están fatigados de tantas preguntas sobre la utilización de cookies”.
De esta manera, las nuevas enmiendas “reducirán la cantidad de veces que aparecen los anuncios de permiso de cookies y permitirán a los usuarios indicar su consentimiento con un solo clic y guardar sus preferencias de cookies a través de la configuración central de preferencias en navegadores y sistemas operativos”.