Quiénes eran Óscar Díaz y Anilson Soares, los dos compañeros fallecidos en el derrumbe de la mina asturiana

Quiénes eran Óscar Díaz y Anilson Soares, los dos compañeros fallecidos en el derrumbe de la mina asturiana

El presidente del Principado decreta dos días de luto oficial y señala que ahora «hay que dejar que se investigue»

Dos mineros fallecen por un derrumbe en un pozo de Cangas del Narcea

La tragedia que golpeó ayer a la mina de antracita de Vega de Rengos, en Asturias, donde fallecieron dos trabajadores en un derrumbe, tiene hoy dos nombres y dos historias que dejan un profundo silencio en Cangas del Narcea y en toda Asturias: Óscar Díaz Rodríguez y Anilson Soares de Brito, compañeros de galeria.

Los dos mineros quedaron atrapados a kilómetro y medio de la boca del yacimiento y ninguno pudo regresar con vida a casa. Nuevamente la mina se llevaba por delante la vida de dos personas jóvenes y trabajadoras, vinculadas desde hace años al oficio, en este fatídico 2025 para la minería asturiana, cuando ya en marzo murieron cinco mineros y resultaron heridos otros cuatro en la mina de Zarréu (Degaña),: la tragedia volvió a repetirse.

Óscar Díaz: el compromiso de una nueva generación minera

Óscar Díaz, de 32 años, había crecido en Posada de Rengos, un pueblo donde la minería forma parte del paisaje y de la identidad colectiva. Quienes le conocían lo describen como una persona tranquila y discreta, trabajadora y con un enorme respeto hacia la mina y sus compañeros. Destacan de Óscar su forma de trabajo impecable y su sentido de la responsabilidad siempre intachable.


Intervención de emergencias en Vega de Rengos.

A su edad acumulaba ya un largo recorrido en la minería asturiana. Disciplinado y con un temple que se valora especialmente bajo tierra, Óscar sentía orgullo de formar parte de una tierra minera y representaba a una generación que aún cree en este oficio y quiere seguir sosteniéndolo. Lamentablemente, esas bocaminas entre las que se crió y que le hicieron enamorarse de la minería desde bien pequeño, fueron los mismos agujeros que ayer le quitaron la vida, en una tarde gris, fría y con lluvia en Cangas del Narcea, donde nadie quería tener que enfrentarse a una tragedia como esta.

Anilson Soares: de Cabo Verde a la mina

El segundo minero fallecido ayer en el trágico derrumbe de la mina de Vega de Rengos fue Anilson Soares, de 42 años, vecino de Villablino, adonde llegó tras emigrar desde Cabo Verde en busca de una oportunidad laboral que le permitiera una vida mejor. Esa oportunidad se la dio el mismo oficio que ayer le quitó la vida: la minería. Anilson formaba parte de la segunda generación de caboverdianos que se asentaron hace cincuenta años en la comarca de Laciana, para trabajar en las empresas del carbón de las cuencas leonesas.

Padre de dos hijos, de 15 y de 10 años, Anilson era una persona muy querida en la comarca, su carácter afable y sonriente no pasaba desapercibido y se hacía querer, al igual que le ocurría en la mina canguesa, donde siempre estaba dispuesto a echar una mano. Hace años, la mina ya se había cobrado la vida del hermano de Anilson, concretamente en una explotación de Hijos de Baldomero, en Laciana. Aunque aquella herida nunca cerró del todo, él continuó trabajando en la bocamina, en un trabajo que le permitía sostener económicamente a su familia y donde tenía la esperanza de no tener que dejar su vida. La sonrisa perenne de Anilson se apagó ayer por la tarde en un derrumbe.

Una mina revisada un día antes

La explotación en la que ambos trabajaban había superado su última inspección el jueves, apenas veinticuatro horas antes del derrumbe. Pero eso no impidió que el destino se torciera bajo tierra. Allí, Óscar y Anilson quedaron atrapados sin posibilidad de escapar de un derrumbe que se produjo en el nivel dos de la explotación, gestionada por TYC Narcea. Aunque al principio existieron esperanzas de que pudieran sobrevivir, la Brigada de Salvamento Minero rescató ambos cuerpos sin vida. A la entrada de la mina, familiares, vecinos y amigos aguardaban con angustia, recordando cómo hace apenas meses se habían movilizado junto a la plantilla de 70 trabajadores para protestar por las condiciones de trabajo.

El accidente se produce casi ocho meses después del siniestro en la mina de Zarréu (Degaña), ocurrido el 31 de marzo, donde murieron cinco mineros y otros cuatro resultaron heridos. Tras aquel accidente, la Dirección General de Minas decretó la paralización provisional del proyecto de investigación complementaria de TYC Narcea en Vega de Rengos, que había sido levantada meses después, tras comprobar que todos los permisos estaban en regla.

Dos días de luto

El presidente del Principado, Adrián Barbón, ha anunciado que se decretarán dos días de luto oficial tras el accidente, y ha explicado que la mina contaba con unas condiciones de seguridad “muy elevadas”, y que había sido inspeccionada el jueves.

Así lo ha manifestado en Vega de Rengos, lugar al que se desplazó tras tener conocimiento del accidente, y tras anular su participación en una acto organizado por el PSOE de Castilla y León.

Barbón ha indicado que ya ha hablado con el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, ya que uno de los trabajadores fallecidos es asturiano y el otro leonés, y que hoy cerrarán la “hora concreta” en la que decretarán los dos días de luto oficial, que también han comunicado a los alcaldes de Cangas de Narcea y Villablino.

Investigación abierta

“Ahora hay que dejar que se investigue”, ha dicho el máximo responsable del Ejecutivo autonómico asturiano, quien ha reiterado que la mina en la que ayer fallecieron dos trabajadores pasó una inspección el día anterior a que se produjera el accidente mortal, en concreto, en la zona en la que tuvo lugar el derrumbe.

Asimismo, ha revelado que a los propios trabajadores “les cuesta entender lo que sucedió, más allá de lo que es una tragedia en el ámbito de la mina”, que en el caso de la explotación canguesa ya fue objeto de una “enorme revisión como consecuencia de otros accidentes” ocurridos en Asturias, el último hace ocho meses en Cerredo, donde cinco mineros perdieran la vida por una explosión de gas grisú.

“Todo estaba en orden”

Las condiciones de seguridad en la mina de Rengos eran “muy elevadas”, según ha destacado Barbón, quien ha recordado que la instalación “se cerró hasta que se analizaron determinados aspectos”, y que tras la revisión “todo estaba en orden”, como también manifestaron las “organizaciones sindicales y los propios trabajadores”.

“Vamos a ver dónde está el problema, si es geológico”, ha señalado el presidente del Ejecutivo asturiano, que ha valorado la respuesta “rápida” y el agradecimiento por las labores de rescate, así como las condolencias del Gobierno del Principado a los familiares y amigos de las víctimas.

Asturias vuelve a estar de luto.