El jefe de gabinete de Mazón minimiza los bandazos sobre el paradero del president: «Alguna inexactitud hemos podido tener»
El testigo reconoció que la entonces consellera Salomé Pradas informó puntualmente a Presidencia sobre la evolución de la catástrofe y el peligro en la presa de Forata
El juzgado de la dana certifica que el coche de Vilaplana entró a las 14.38 en el parking y salió a las 19.51 tras El Ventorro
Primero se dijo que Carlos Mazón ya estaba a las 17.00 del 29 de octubre de 2024 trabajando diligentemente en su despacho del Palau de la Generalitat. Después, el 8 de noviembre, que la comida de aquella trágica jornada, en la que 229 personas fallecieron a consecuencia de la dana y de la catastrófica gestión de la emergencia por parte de la Generalitat, fue un mero “picoteo en los alrededores del Palau”. Más tarde (el 9 de noviembre), el propio Mazón afirmó que se incorporó “personalmente” a la reunión del Centro de Coordinación Operativa Integrado (Cecopi) “a partir de las siete” de la tarde. El mismo president reconoció el pasado 26 de febrero que llegó al Cecopi mucho más tarde, aunque cuestionó que eso supusiera un “cambio de versión”. El jefe del Consell, por el contrario, explicó que “las 20.28 es después de las siete y media”. Incluso apostilló que eso era un “hecho fáctico”. También hubo bandazos, entre otros asuntos, con los pasos de Carlos Mazón entre el final de la larga comilona en El Ventorro y su llegada al Centro de Coordinación de Emergencias de l’Eliana. Los datos más actualizados que constan certificados por el juzgado que instruye la causa de la dana indican que la comensal del polémico ágape, la comunicadora Maribel Vilaplana, aparcó su vehículo en un subterráneo cercano a las 14.38 y que lo retiró a las 19.51. Un hecho fáctico que contrasta con las numerosas versiones oficiales —y completamente falsas— que ha dado Presidencia de la Generalitat a los medios de comunicación. Preguntado por los numerosos bandazos, el jefe de gabinete de Mazón y secretario autonómico de Comunicación, el periodista José Manuel Cuenca, reconoció este miércoles ante la jueza de la dana: “Alguna inexactitud hemos podido tener”.
Sin embargo, el alto cargo matizó que las diversas versiones no eran “algo oficial”. Cuenca enmarcó esa primera versión sobre la supuesta llegada de Mazón a las 17.00 a su despacho en el contexto del “boom mediático” de los días posteriores a la catástrofe y en el “estrés”. El 5 de noviembre de 2024, apenas una semana después de la tragedia, elDiario.es reveló en exclusiva que Mazón estuvo en una comida mientras en plena catástrofe de la dana.
El abogado de la acusación popular que ejerce el sindicato CGT, Joan Comorera, también le preguntó, en calidad de responsable de comunicación, “por qué se tardó tanto en comunicar lo de la comida con Vilaplana”. “No se lo puedo decir en concreto, estábamos en la tarea de ayudar”, contestó el testigo.
José Manuel Cuenca, el alto cargo más cercano a Carlos Mazón, con quien incluso comparte piso en València, matizó que “no siempre”, cuando los medios aluden a fuentes de Presidencia, esas declaraciones cuentan con su visto bueno.
También dijo que desconocía los pormenores de la eliminación del mensaje en la cuenta de la red social X de Mazón con el video de la comparecencia del president a las 11.47 de la mañana de la dana, en la que aportó información inexacta y desactualizada. “No sé quién dio la orden ni por qué lo hicieron”, manifestó Cuenca a preguntas de la letrada de la acusación popular que ejerce Intersindical Valenciana, Carmen Romero. El alto cargo, según declaró, se enteró de la eliminación del mensaje de X “al verlo reflejado en medios de comunicación” al día siguiente a la catástrofe.
También negó que el bulo de que Mazón comió en El Ventorro con el entonces presidente de la patronal valenciana, Salvador Navarro, “saliera desde Presidencia”. “Yo sabía dónde estaba [Mazón] y con quién, por lo que es imposible”, según declaró.
Por otro lado, a cuenta de las diferentes versiones sobre la llegada de Carlos Mazón al Palau aquella tarde-noche, el alto cargo dijo que las imágenes de las cámaras del Palau se borran cada dos semanas “por procedimientos de seguridad”.
José Manuel Cuenca también detalló que el jefe del Consell cuenta con un equipo de personal de libre designación que se encarga de la gestión de sus redes sociales, especialmente de TikTok, Instagram y X.
El testigo dijo que la larguísima comida de Mazón y Vilaplana en El Ventorro fue “de trabajo” y a sugerencia suya, para ofrecer a la comunicadora la dirección de À Punt. Cuenca aseguró que había habido “tres o cuatro encuentros” anteriores con otras personas para el mismo ofrecimiento.
Aunque enmarcó el polémico ágape fuera de la agenda oficial y pública de Mazón, también reconoció que la identidad de quien compartía mesa y mantel con el jefe del Consell solo la conocía él. Ni siquiera la directora general que reservó la mesa en El Ventorro, Pilar Montes, sabía quién era la comensal.
Fue José Manuel Cuenca quien propuso a Maribel Vilaplana para dirigir la televisión pública, como “símbolo de la etapa de Canal 9”, cadena autonómica de la que fue presentadora hasta su cierre en 2013, y por su condición de mujer y de valencianohablante.
Además, el abogado de Compromís, Armando Galán, le preguntó específicamente por la distancia entre El Ventorro y el domicilio que comparte con Mazón. Unos “15 minutos” a pie, contestó el testigo, quien se negó a confirmar si la señorial plaza a la que aludió el letrado era dónde vive en València el alto cargo y el president.
El testigo alegó que “por seguridad” no podía desvelar la localización de la vivienda, al haber recibido Mazón “amenazas de muerte” y haberse “conocido” públicamente su domicilio familiar en Alicante. La jueza avaló que Cuenca no detallara la dirección.
La cena anterior en La Raspa
El jefe de gabinete reconoció que el actual president de la Generalitat en funciones y Vilaplana ya habían cenado antes de la comida en El Ventorro en otro establecimiento de la capital del Túria, concretamente en la taberna La Raspa. Fue el viernes 11 de octubre de 2024, aunque Cuenca matizó que fue tras un encuentro casual en el Àtic del Palau de la Alameda. “[Mazón] iba conmigo y con más miembros del equipo, pero fuera de eso no ha ocurrido nada”, afirmó.
Por otro lado, sobre la eliminación de sus mensajes de WhastsApp al haberse cambiado de teléfono sin hacer copia de seguridad, el testigo se ofreció voluntario a aportarlos “si se pudieran recuperar”, tal como planteó la acusación popular que ejerce Intersindical. “Ningún problema”, contestó Cuenca.
El jefe de gabinete comprobó en la sala de vistas que no tenía mensajes en la aplicación Telegram ni con Mazón ni con Pradas o con el exsecretario autonómico de Emergencias, Emilio Argüeso, actualmente investigado en la causa junto con la exconsellera.
Por otro lado, a preguntas del abogado de la acusación popular que ejerce Acció Cultural del País Valencià, Manolo Mata, el secretario autonómico manifestó que tanto él como el president Mazón reciben las alertas automáticas de las piezas informativas, en formato audiovisual, emitidas en televisiones vinculadas a la gestión de la Generalitat. Un “listado amplio” de altos cargos reciben esas alertas, apostilló.
Pradas “no paraba de informar”
Por otro lado, el testigo confirmó que la consellera Salomé Pradas “no paraba de informar” a Presidencia sobre la “evolución del temporal”, detallando incluso los “focos en tiempo real”. Pradas alertó sobre “todos los hitos” y, singularmente, sobre la delicada situación en la presa de Forata (en escenario 2, que incluye la posibilidad de rotura o avería grave, desde las 18.05).
El interrogatorio de Cuenca acabó con varias repreguntas por parte de la magistrada instructora, Nuria Ruiz Tobarra. Si la gestión de la Generalitat fue “impecable” y los hipotéticos fallos fueron ajenos, ¿por qué fue destituida Salomé Pradas? “En política, muchas veces, a consecuencia de algún tipo de crisis suelen producirse decisiones que no son justas”, dijo José Manuel Cuenca.