La huella urbanística del candidato del PP a la Generalitat: un ‘boom’ de chalets de lujo y construcciones fuera de ordenación en su pueblo

La huella urbanística del candidato del PP a la Generalitat: un ‘boom’ de chalets de lujo y construcciones fuera de ordenación en su pueblo

Pérez Llorca, la mano derecha de Carlos Mazón y previsible sucesor en la Generalitat, gobierna en un municipio donde hay decenas de chalets irregulares, incluido aquel en el que reside

Expertos en urbanismo dudan que fuese legal que el número dos de Mazón en el PP pudiera construir en suelo no urbanizable

El skyline es puro contraste. Algunas torres junto a la cala. Casas bajas en el pueblo, un casco urbano recogido en la montaña. Y en las laderas, chalets. Chalets con piscina, adosados, obra nueva. Decenas de urbanizaciones y en las faldas, un centro comercial. En el modelo urbanístico de la comarca de La Marina que tan bien retrató Rafael Chirbes en sus novelas, el escenario que todo el país tiene en mente asociado a las vacaciones de verano, hay un paraje particular. A la sombra de Benidorm, el gigante turístico por antonomasia, se encuentra un pequeño municipio de unos 10.000 habitantes que bebe de las mismas aguas: Finestrat. Es allí donde gobierna, desde hace una década y con las siglas el PP, Juan Francisco Pérez Llorca, llamado a ser el sucesor de Carlos Mazón en la Generalitat. Si Vox lo apoya.

El espacio entre Benidorm, La Nucía y Vilajoiosa, donde se encuentra Finestrat, es una brecha en la legislación urbanística. Son casi 10.000 habitantes de 70 nacionalidades en un gran término municipal, que comprende desde parajes naturales de montaña hasta las calas, con espacios bien diferenciados: el pueblo, la zona de costa y las urbanizaciones. Hay un cuarto cajón, el de las viviendas diseminadas en partidas rurales, muchas de ellas brotaron al margen de la ordenación.

Pérez Llorca, portavoz del PP en las Corts y candidato a la Generalitat, siempre ha dicho que él es, ante todo, alcalde. Y es en su municipio -donde antes que alcalde fue concejal de urbanístico- donde se puede apreciar lo que será como mandatario, su modelo territorial. El pueblo de Finestrat vive un auténtico boom. Desde 2014 ha pasado de 7.000 a cerca de 10.000 habitantes en el último recuento, y en el municipio apuntan que este año habrá crecido en otros mil más. En una década habrá duplicado la población. El municipio concede, de media, 300 licencias de obras al año en el último lustro. Está repleto de urbanizaciones nuevas a precios nada populares: chalets o unifamiliares con piscina, de obra nueva, que van de los 300.000 euros hasta el millón.

También de partidas rurales y casas diseminadas, pequeñas motas en el mapa al margen de la legislación urbanística vigente. En los diseminados, que ocupan grandes cantidades de terreno -entre 2.000 y 10.000 metros de parcela- hay unos 200 inmuebles, en origen casetas de campo que terminan convirtiéndose en una vivienda. En los ochenta se van segregando las parcelas y vendiéndose hasta componer el mosaico actual, apuntan fuentes municipales. Como en tantos municipios, en el siglo pasado se construyó sin demasiado orden; también cambiaron las herramientas de urbanismo. Y el alcalde no es una excepción: él mismo vive en un chalet con piscina ilegal, cenador y parking, que no constan en su declaración de las Corts Valencianes, donde también es diputado.

La vivienda en la que reside, que no está a su nombre, consta de unos 800 metros según catastro. Situada en la falda del Puig Campana, el tercer pico valenciano más alto y paraje protegido, se trata del domicilio, propiedad de la familia del político. Está situado en una parcela rústica que tiene la catalogación municipal de no urbanizable, por lo que incumple la ley urbanística. En el momento de la publicación de la información, Pérez Llorca aseguró a elDiario.es que las casas de la zona están consolidadas, “con calles asfaltadas”, y niega cualquier irregularidad porque las construcciones se realizaron cuando estaba vigente “una ley anterior”, por lo que serían legales y no habría “ningún problema”, así como tampoco habría que actuar contra ellas.

Estas construcciones, según la normativa del Ayuntamiento de Finestrat, estarían fuera de ordenación al encontrarse en “suelo no urbanizable común” y, por tanto, serían ilegales, según las fuentes expertas en urbanismo consultadas por elDiario.es. El cenador fue “dado de alta” en 2006 y la “reforma y ampliación” de la piscina en 2016, cuando Pérez Llorca ya era alcalde de la localidad donde gobierna con mayoría absoluta desde 2015, aunque ya fue concejal de Urbanismo desde 2007.

El modelo urbanístico del municipio que dirigió Pérez Llorca arroja una pista sobre cuál será su proyecto al frente de la Generalitat Valenciana, si finalmente fructifican las negociaciones con Vox. Tampoco es un modelo ajeno para el PP, que ya aprobó con los ultras permitir la construcción de hoteles a 200 metros de la costa el 29 de octubre de 2024.

Finestrat, según apunta el responsable del PSPV, Juan Guillermo Algado, es un caso muy representativo de la construcción a este lado del Mediterráneo: en el municipio se aprobaron muchos planes parciales durante la ley del agente urbanizador y se cogieron muchos avales; luego vino la crisis inmobiliaria con su respectivo parón y los proyectos se han ido desarrollando, en suelo urbano -es decir, dentro de ordenación-, en una zona emblemática. Algado se refiere a la urbanización Balcón de Finestrat, construida en la ladera junto a Terra Mítica, y advierte de que esas edificaciones necesitarán una dotación de servicios y se encuentran en zona de riesgo si hay lluvias torrenciales. “Toda el área era una ladera de aguas de escorrentías, que da a un centro comercial. Se han ido aprobando planes parciales en los últimos 20 años y se ha convertido en suelo urbano. Y ahora tienes un municipio en una ladera asfaltada”, destaca. “En Finestrat se ha consolidado un modelo urbanístico muy ligado a Benidorm, al comercio y a la segunda residencia, similar al de Torrevieja en las últimas décadas. Es un desarrollo donde las promotoras han tenido un peso decisivo, y que requiere una reflexión responsable sobre su sostenibilidad y el futuro del municipio”, prosigue. El edil socialista centra el foco en el crecimiento del pueblo y las necesidades de servicios que ello requiere, que, a su juicio, deben contemplarse en los planes municipales.

Pérez Llorca fue elegido concejal de Finestrat en 2003, entonces en la oposición. Fue responsable de urbanismo en 2007, bajo la vara de mando de Honorato Pérez. En 2015 fue elegido alcalde de Finestrat por primera vez, cargo que continúa ostentando hasta la fecha. En paralelo, fue diputado de Arquitectura en la diputación de Alicante, hasta su renuncia en septiembre de 2021.

Pérez Llorca no es el único edil que ha vivido en una construcción irregular. Su antecesor popular, Honorato Algado, también habitó un chalet ilegal construido en una parcela de suelo rústico de 4.508 metros, según publicó El País en 2012.

En este mandato el consistorio pretende regularizar un centenar de viviendas construidas en suelo no urbanizable, en el marco de un plan especial de minimización de impacto territorial, dotándolas de servicios básicos como recogida de residuos, saneamiento o agua potable. Proyecta un plan específico para este fin.

En paralelo, en julio, el ayuntamiento de Finestrat arrancó la redacción de un Plan General Estructural, un documento que pretende ordenar todo el desarrollo urbanístico de la localidad. Determinará en qué zonas se podrá seguir creciendo y en cuáles no. Por lo pronto, la redacción del proyecto se ha adjudicado por 270.000 euros a una empresa externa, que tiene cuatro años para regular el urbanismo local. Es la tercera vez que se intenta sacar la redacción del plan urbanístico, apuntan fuentes municipales. Con esta huella urbanística, se puede intuir cuál será el modelo territorial planteado por el futuro presidente de la Generalitat.