¿Interferencia extranjera o estafadores oportunistas? Por qué tantas cuentas pro-Trump en X operan desde Asia
Una nueva función de la red social revela que numerosos perfiles de la extrema derecha estadounidense operan desde el extranjero, desatando una guerra interna entre los seguidores del movimiento MAGA y exponiendo el negocio del ‘cebo de ira’
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Cuando X desplegó una nueva función que revelaba la ubicación de las cuentas más populares, la compañía aseguró que actuaba para fomentar la transparencia y frenar la desinformación. El resultado, sin embargo, ha sido un fusilamiento circular de recriminaciones: usuarios enfurecidos volviéndose unos contra otros al descubrir que docenas de populares cuentas del movimiento “America First” y pro-Trump operan, en realidad, desde el extranjero.
La nueva característica fue activada durante el pasado fin de semana por el jefe de producto de X, Nikita Bier, quien la ha calificado como el primer paso para “asegurar la integridad de la plaza pública global”. Desde entonces, muchas cuentas que se caracterizan por lograr altos niveles de interacción (engagement), y que publican incesantemente sobre política estadounidense, han sido “desenmascaradas” por sus propios compañeros de filas.
El espectáculo ha dejado escenas esperpénticas: una cuenta de fans de Ivanka Trump que publicaba contra la inmigración ilegal en EEUU resultó tener su sede en Nigeria. MAGAStorm, un perfil dedicado a difundir teorías de la conspiración sobre el intento de asesinato de Trump, fue localizado en Europa del Este. AmericanVoice, que publica contenido islamófobo, opera desde la India.
Los usuarios han notado que una alta proporción de estas cuentas potencialmente engañosas —muchas de las cuales afirman publicar desde Estados Unidos— operan desde Asia. Sin embargo, los expertos discrepan sobre si estamos ante campañas de influencia respaldadas por estados o simplemente ante oportunistas intentando hacer dinero rápido.
Monetizar el ‘cebo de ira’
En 2024, el Centro para la Resiliencia de la Información (CIR, por sus siglas en inglés) reveló que una red de cuentas en X se hacía pasar por mujeres jóvenes estadounidenses, robando imágenes de influencers europeas para dar credibilidad a sus perfiles. A menudo, estas imágenes eran manipuladas para incluir gorras y ropa con lemas pro-Trump.
La nueva función de ubicación de X ha permitido a Benjamin Strick, quien dirigió la investigación original, confirmar que casi todas estas cuentas que pretendían ser mujeres “independientes partidarias de Trump” están, de hecho, ubicadas en Tailandia.
Strick ha señalado que, aunque prometían “seguir a los patriotas” y “apoyar a Trump”, estas cuentas a menudo publicaban también contenido antiislámico. En su informe de 2024, el CIR descubrió que estas redes explotaban “tensiones sociales preexistentes” para difundir desinformación. “Las cuentas aprovechaban noticias relacionadas con género y derechos LGBTQ+, lo que les permitía socavar las políticas demócratas y promover los puntos de vista republicanos”.
El temor a que actores extranjeros utilicen las redes sociales para influir en los votantes estadounidenses alcanzó su punto álgido en los meses posteriores a la victoria electoral de Trump sobre Hillary Clinton en 2016. Una evaluación de inteligencia detalló al año siguiente los pasos que el estado ruso tomó para reforzar a Trump utilizando granjas de bots.
En los años posteriores, los expertos han advertido de que las campañas de influencia extranjera se han vuelto más sofisticadas, pero a medida que la política estadounidense se ha tornado más partidista y los votantes más aislados en sus burbujas, esas advertencias parecen haber caído en el olvido. Sin embargo, es posible que la gran cantidad de cuentas pro-Trump en todo el mundo tenga tanto que ver con el lucro económico como con la influencia política, apunta Simon Copland, investigador de la Universidad Nacional de Australia.
Las redes sociales se basan en la atención… y en lugares como X o Twitter puedes obtener dinero con eso publicando sobre Donald Trump
“Las redes sociales se basan realmente en la atención… y en lugares como X o Twitter puedes obtener dinero con eso”, explica, añadiendo que, en este momento, la mejor manera de captar atención “es publicar sobre Donald Trump”.
Los cambios en la forma en que X monetiza su contenido también son un factor clave. En 2024, la plataforma anunció que los creadores cobrarían en función de los niveles de interacción con su contenido. En ese momento, algunos expresaron su preocupación por que esto incentivara a los usuarios a crear contenido cada vez más controvertido.
“Cuando las plataformas comienzan a recompensar la interacción, los creadores empiezan a publicar cualquier cosa que genere discusión, incluidas publicaciones diseñadas para enfurecer a los usuarios, obligándolos a responder o comentar”, explicó entonces TechCrunch, un medio especializado en tecnología.
Cuando las plataformas comienzan a recompensar la interacción, los creadores empiezan a publicar cualquier cosa que genere discusión, incluidas publicaciones diseñadas para enfurecer a los usuarios, obligándolos a responder o comentar
“Ahí es donde entra en juego el rage bait (cebo de ira)”, dice Copland. “La gente induce deliberadamente la ira para tratar de animar a otros a entrar en las plataformas” e interactuar con el contenido.
Los cálculos utilizados para determinar los pagos a un usuario siguen siendo opacos y no está claro cuánto dinero podrían estar ganando los usuarios extranjeros que se hacen pasar por fieles al movimiento MAGA. Una investigación de la BBC de 2024 sugirió que, para algunos, podrían ser miles de dólares. Expertos en el espacio de desinformación del sudeste asiático señalan que esas cifras podrían ser altamente motivadoras para personas en la región.
Un informe de 2021 sobre la “crisis de desinformación” en el sudeste asiático encontró que muchas cuentas que impulsaban mensajes xenófobos y misóginos para apelar a la derecha estadounidense no estaban particularmente invertidas ideológicamente, sino “impulsadas por motivaciones casi puramente empresariales”.
Los rincones oscuros de Internet
Mientras el núcleo duro de los seguidores de Trump estalla en ira por el origen de algunas cuentas, muchas de las cuales ya han sido suspendidas, otros se cuestionan por qué este asunto importa de verdad. En este sentido, Copland señala el flujo de ideas de extrema derecha y cómo políticas soñadas en los rincones más oscuros de Internet pueden llegar a las cúpulas de la política estadounidense y europea.
La noche en que X comenzó a revelar la ubicación de las cuentas, Donald Trump compartió una publicación de un perfil llamado Trump_Army_. Con casi 600.000 seguidores, la cuenta amplifica regularmente teorías de la conspiración; en un post reciente preguntaba a sus seguidores si “JFK fue asesinado por tratar de exponer a los mismos delincuentes que Trump está exponiendo ahora”. Poco después, otro usuario señaló que Trump_Army_ tenía su sede en la India.
Es uno de los ejemplos más inocuos, pero ilustrativo de cómo opera el ecosistema más amplio de la política de extrema derecha en línea. “Las ideas extremas comienzan en estos rincones oscuros de Internet. Se difunden, se convierten en memes, pasan a plataformas más convencionales y luego ves a los políticos recogerlas”, dice Copland.
En mayo, Trump emboscó al presidente sudafricano Cyril Ramaphosa acusándole de hacer la vista gorda ante un “genocidio blanco” contra los granjeros sudafricanos. Se cree que estas afirmaciones, ampliamente desacreditadas, se originaron en parte en salas de chat de extrema derecha. “Tenemos que tomarnos esto en serio”, advierte Copland, porque estas ideas “de repente se están volviendo mainstream”.
X fue contactada para comentar sobre este asunto, pero no contestó al requerimiento de The Guardian.