Un mes para Verifactu: claves del nuevo sistema de facturación para pymes y autónomos que llega el 1 de enero
Las pequeñas compañías que no facturen a mano, o con programas como Word o Excel, tendrán que emplear este nuevo software conectado con la Agencia Tributaria
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Queda solo un mes para que entre en vigor Verifactu, como se conoce popularmente al nuevo reglamento de sistemas de facturación desarrollado por la Agencia Tributaria, y miles de pymes tendrán que adaptar sus programas informáticos a esta nueva realidad con el comienzo del año. Un cambio al que tendrán que hacer frente una buena parte de los autónomos en julio de 2026 pero que, dicen los expertos, está lejos de ser un terremoto.
Asociaciones de autónomos y patronales han levantado la voz ante el potencial aumento de costes que supondrá la adaptación al nuevo sistema, pero lo cierto es que gran parte del tejido productivo estará todavía exento de dar el salto a la factura electrónica. Por ejemplo, todas aquellas pymes y autónomos que no utilicen softwares específicos de facturación y que aún las hagan a mano o en procesadores como Word o Excel. Aunque esto, también, tiene los días contados.
“De forma muy resumida, la normativa a lo que obliga es que, por cada factura que se emita, debe generarse un registro de facturación”, explica Èlia Urgell, Tax & Invoicing Product Manager en Wolters Kluwer, una de las empresas que diseñan estos software para empresas.
Es decir, los programas de facturación tendrán que estar adaptados y tendrán que generar un archivo, una suerte de ‘huella digital’ de cada una de las facturas que se emita para evitar alteraciones, e incluir un código QR en cada una de ellas a través del cual se pueda acceder a una serie de datos fiscales relacionados con la compañía emisora.
A partir de aquí, explica Urgell, las empresas cuentan con dos opciones. “Pueden guardar esa información en el sistema, para cuando lo requiera la Agencia Tributaria o pueden apostar por la modalidad Verifactu que, de forma automática, el sistema envía ese registro a la Agencia Tributaria para que ellas sean las responsables de tener ese registro”, señala en conversación telefónica.
La factura electrónica, el siguiente hito
Si bien hay muchas empresas que quedarán exentas en el propio 2026, el próximo cambio que se avecina, la implantación de la factura electrónica, sí afectará al grueso del tejido empresarial. Esto, explica Raquel Jurado, responsable del Servicio de Consultas del Registro de Economistas Asesores Fiscales del Consejo General de Economistas, regulará cómo se envían las cuentas entre empresas y, aunque formalmente surge de otra ley, está relacionado con Verifactu al fijar los estándares de software de los programas que las emiten.
“Adaptarse a Verifactu no reemplaza la futura obligación de la factura electrónica. De hecho, son normativas con objetivos diferentes: Verifactu busca seguridad y trazabilidad interna; la factura electrónica obligatoria busca interoperabilidad y control comercial entre empresas. Quienes se adapten pronto a Verifactu estarán mejor preparados, pero no evitará otros cambios futuros”, detalla Jurado.
Este factor, el de la competitividad, es clave, a juicio de Urgell. “Todas aquellas empresas que ahora no entren, porque consideran que no entran, seguro que en un año y medio o dos tendrán que incluirse. Aquellas empresas que ahora no entren y lo hagan más adelante, perderán competitividad”, advierte la experta de Wolters Kluwer.
Esta futura norma depende del Ministerio de Economía, ya que se incluyó en la Ley Crea y Crece de 2022. Sin embargo, el Real Decreto que lo desarrolla aún no se ha aprobado, por lo que no hay plazos establecidos ni tampoco los requisitos técnicos concretos.
Críticas de los autónomos: “No más trabas”
Mientras, el descontento empresarial por estas nuevas obligaciones crece. El más contundente en sus críticas fue el vicepresidente de CEOE y presidente de la federación de autónomos ATA, Lorenzo Amor, que exigió que se posponga la implementación de Verifactu a 2027. “La facturación electrónica no será obligatoria para autónomos y pymes hasta el 2028. Aún estamos a la espera de la publicación de un RD por parte del Ministerio de Economía. No vuelvan más locos a los autónomos, a las pymes y a los profesionales y asesores que trabajan con nosotros. ¡No más trabas”, escribió en un mensaje a través de su cuenta de la red social X.
Estas críticas se suman a la petición, la pasada semana, de las patronales de las tiendas de panadería, carnicería y pescadería, que firmaron un comunicado conjunto para pedir una moratoria de dos años en la implementación del nuevo sistema. “Consideramos imprescindible tener en cuenta la realidad del tejido artesano y tradicional de nuestro país, formado mayoritariamente por microempresas y autónomos, con recursos humanos y económicos muy limitados. Sin medidas correctoras y sin una planificación más paulatina, la implantación inmediata de Verifactu puede poner en riesgo la viabilidad de miles de establecimientos”, aseguraron en la nota.
Estas organizaciones citan un estudio de la patronal catalana Pimec, que arrojó que más de la mitad de sus asociados en la rama del comercio (55,4%) desconocían cuándo entrarían en vigor las nuevas obligaciones. Los responsables reclamaron “ayudas directas” para su implantación, ya que uno de cada cuatro empresarios creen que gastarán entre 1.000 y 6.000 euros en la actualización del software y de los nuevos equipos.
En una jornada organizada por ATA este mismo viernes, representantes de la Agencia Tributaria trataron de aclarar dudas y templar los ánimos. Así, recordaron que los autónomos podrán comenzar a utilizar Verifactu desde enero y contar con “seis meses de prueba” antes de que comience la obligación, donde cualquier error o fallo no será sancionado.