“Son 150 euros en metálico”: cómo operaba la trama clandestina de citas rápidas de la ITV en Ibiza

Se paseaba por la estación de la ITV (Inspección Técnica de Vehículos) de Eivissa como si fuera un trabajador más de la empresa. Paraba a los coches que entraban en el recinto sin cita y les ofrecía una mucho más rápida para pasar el control de su vehículo a cambio de dinero en metálico. ¿Qué facilitaba la estafa? Muchos conductores querían evitar así las largas listas de espera que había para pasar este trámite obligatorio.

Unos meses después de que saliera a la luz la trama, la Guardia Civil confirma que ha investigado a dos personas como presuntos autores de un delito de estafa debido a un supuesto entramado que consistía en obtener fraudulentamente citas en el sistema de ITV de Santa Gertrudis (un pueblo del centro de la isla). Las pesquisas están centradas en un individuo que actuaba como “conseguidor” y que podría haberse beneficiado económicamente ofreciendo gestiones ilegales a terceras personas. Además, el Instituto Armado estudia también si los presuntos autores pudieran haber cometido otro delito de daños informáticos, así como haber incurrido en otras responsabilidades penales.

Mediante esta práctica, el presunto estafador favorecía a determinados usuarios del servicio público, adelantando vehículos o facilitando “citas rápidas” de forma irregular. En paralelo, varios clientes habían informado haber accedido a la inspección a través de los servicios de esta persona, e incluso señalaron la posible existencia de talleres clandestinos donde se recogían vehículos para su inspección sin seguir los cauces establecidos por el procedimiento regular.

Listas de espera de tres meses

“Me han contado que, para pasar la ITV, lo mejor es hablar con usted, ¿es así?”, le preguntaba un conductor al presunto “conseguidor”. “Pásate el viernes por la mañana y ya hablo yo con ellos a ver si (…) Son 150 euros en metálico y, si el coche está muy mal, ya miramos a ver. Si fuera imposible que la pase, yo te lo digo”, respondía el investigado, según Periódico de Ibiza y Formentera. El diario local explicaba que en el mes de septiembre las listas de espera de los vehículos para acceder a una cita eran de tres meses y medio.

Las diligencias empezaron después de que el responsable de una de las estaciones ITV presentara una denuncia formal, ya que llevaba tiempo observando comportamientos extraños relacionados con las reservas de las citas. Asimismo, el denunciante informó de la presencia habitual de un individuo que, sin tener relación laboral con la empresa, acudía repetidamente a las instalaciones, comportándose como si formara parte de la plantilla. Del mismo, el responsable describió la existencia de “citas generadas con matrículas ficticias”. 

“El problema de las citas previas fraudulentas en las administraciones que utilizan el sistema de cita previa está muy extendido”, afirma a elDiario.es Roberto Algaba (PP), director insular de Transportes del Consell d’Eivissa. Algaba remarca que, gracias a la colaboración entre el Consell Insular —de quien depende el servicio público— y la Guardia Civil, se podrá “actuar contra dos personas que se estaban aprovechando del sistema”. “En Ibiza ha cambiado el paradigma: no todo vale”, advierte el director insular y añade que todo aquel que llegue o permanezca en la isla sin cumplir las leyes, o se quiera aprovechar del sistema, va a tener “al Consell detrás de él”.

Una red clandestina con más de 1.400 citas

El director insular de Transportes ha destacado “la gran labor” que han realizado los técnicos de la institución que detectaron el número de citas fraudulentas y trasladaron la información a la Guardia Civil. El Instituto Armado ha desvelado que, durante las diligencias, la estación ITV de Santa Gertrudis mandó a los agentes “un informe detallado con las reservas asociadas al teléfono y correo electrónico” que utilizaba la persona investigada.

En este informe constaban 665 y 767 citas en 2024 y 2025, respectivamente, según la Guardia Civil. Es decir, casi dos por día formaban parte del entramado irregular. Todas ellas estaban relacionadas con el mismo número de teléfono y correo electrónico, lo que según los investigadores da mayor credibilidad y evidencia a los hechos denunciados. Estas autorizaciones incluían otro teléfono de contacto, lo que probaría la existencia de una red clandestina que funcionaba “de forma organizada”.

Ante el enorme volumen de citas vinculadas a un único teléfono, los agentes realizaron consultas en bases de datos oficiales, lo que les condujo a identificar al titular de la línea telefónica asociada al correo electrónico empleado. Esta persona aparecía también como usuario en múltiples reservas y se sospecha que actuaba como ayudante del presunto “conseguidor”.