Arrecian las protestas vecinales contra la Navidad toledana de 46 días

Arrecian las protestas vecinales contra la Navidad toledana de 46 días

Desde que se encendieran las luces de Navidad a mediados de noviembre, los vecinos y vecinas del Casco Histórico de Toledo se echan a la calle cada semana para protestar por la masificación que sufre este barrio de forma constante. Una situación que, denuncian, dificulta su día a día y el de las zonas aledañas

Carmen, vecina de Toledo harta de aglomeraciones: “La tomadura de pelo de alargar los días de Navidad es bestial”

El Ayuntamiento de Toledo tenía ganas de empezar la Navidad en 2025. Ya a primeros de octubre, los toledanos y toledanos vieron cómo se empezaban a colgar en la ciudad las primeras luces navideñas. Un anticipo que se concretó el 21 de noviembre, cuando se realizó el encendido oficial de la iluminación en la céntrica plaza de Zocodover. Daba así comienzo de forma oficiosa la temporada navideña en la capital de Castilla-La Mancha.

Sin embargo, mientras el alcalde de la ciudad, el ‘popular’ Carlos Velázquez, felicitaba la Navidad a sus ciudadanos reconociendo que era pronto – “aunque sé que es muy temprano, quiero desearles una feliz Navidad y un feliz año nuevo”–, apenas a unos cientos de metros del acto de inauguración de las luces navideñas, decenas de vecinos del Casco Histórico se concentraban para protestar contra la “masificación” que vive este barrio de la ciudad de forma constante. Algo que, señalan, se ha visto agravado con esta “Navidad de 46 días”. Y no han dejado de celebrar actos de protesta desde entonces.

“Afecta a todo el mundo”

Carmen es vecina del Casco Histórico. Ha vivido toda su vida en este barrio y, al igual que decenas de vecinos, se manifiesta cada fin de semana desde que se inaugurase la decoración navideña (con la excepción del Puente de la Constitución al no pedir el permiso a tiempo) en el centro de Toledo para decir basta a la saturación de este barrio y denunciar que la situación es “insostenible”.

Ella denuncia el constante colapso de la arteria que va desde la plaza de Zocodover a la plaza del Ayuntamiento, circunstancia que genera situaciones de riesgo. “Las calles se vuelven peligrosas. La calle Hombre de Palo –la cual conecta las dos plazas antes referidas–, que se estrecha mucho, se convierte en una zona peligrosa donde la gente se llega a agobiar”, asegura Carmen.

Estuvo este pasado sábado, megáfono en mano, junto a más de cien vecinos y vecinas para pedir que se ponga freno. Explica a elDiario.es Castilla-La Mancha que a las manifestaciones se va sumando más gente y asegura que a la última concentración acudieron vecinos de otros barrios que sufren la masificación de forma colateral. “Al final esto afecta a todo el mundo”, afirma. “Gente del entorno de la plaza de Toros –una de las zonas aledañas al Casco Histórico– me comentaba que los fines de semana no podía aparcar por su zona. Es imposible porque, como se colapsa tanto el Casco, la gente ya empieza a aparcar fuera”. La misma situación se repetía en el también cercano barrio de Santa Teresa, cuenta la vecina.

Natacha, también residente en el Casco Histórico de la ciudad, habla de “masificación” durante los fines de semana. “Hay muchísima gente circulando. Entiendo que vienen a hacer turismo, que vienen de visita, vienen a disfrutar, pero deberían de ser conscientes de que aquí vive gente que está desarrollando su día a día normal, y entonces es complicado convivir con ello”.

A los problemas para circular y para sacar el coche del garaje –“ya de por sí el Casco es complicado por las estrecheces, pero si encima tienes mucha gente, pues es que casi terminas por llevarte a alguien puesto en el coche”–, Natacha habla de escasez de comercios no enfocados al turismo, lo que la obliga muchas veces a salir de su barrio para poder hacer las compras del día a día.

Medidas para hacer la ciudad “más habitable”

Una de las principales soluciones que piden es en que se repartan las actividades de Toledo en otros barrios de la ciudad, ya que critican que los eventos son constantes en esta zona. “Son siempre las mismas calles por las que pasa ahora la Navidad, las mismas por las que pasan las procesiones, las mismas que se colapsan cuando empieza Semana Santa o Carnaval, las mismas por las que pasan todas las carreras”, lamenta Carmen.

Por eso, piden al Ayuntamiento que se tomen medidas para hacer la ciudad “más habitable”. “Que se dejen de programar actividades en el Casco y que se hagan por otros barrios”.

“Queremos que quede claro que no estamos en contra del turismo. Lo que vemos necesario es que hay que regular y dejar de preparar actividades por parte de los equipos de Gobierno en las mismas zonas siempre”, resume Carmen.

Por el momento, desde el equipo de Gobierno de la ciudad no les han dado un compromiso por escrito, como reclaman. Aseguran que se reunieron con el concejal de Movilidad, Iñaki Jiménez, a mediados de noviembre, en la que le trasladó varias propuestas de forma oral y con la intención de mantener nuevas reuniones con la presencia del alcalde, Carlos Velázquez. Algo de lo que los vecinos no tienen noticias, por el momento.

Preguntado por este medio por su versión, el Ayuntamiento de Toledo ha declinado hacer comentarios sobre las protestas vecinales. La única declaración oficial por parte del alcalde se produjo durante el acto de inauguración de la iluminación navideña. Entonces, Carlos Velázquez aseguró a preguntas de los medios que le resultaba “curioso” que “nunca se hayan hecho movilizaciones” y sí se hagan cuando desde su equipo de gobierno se están tomando medidas como una ordenanza para regular los flujos turísticos en la ciudad y otra para “limitar” las viviendas de uso turístico.

En septiembre de este año, el Ministerio de Vivienda alertaba de la existencia de al menos 443 pisos turísticos ilegales en Toledo. La última iniciativa relacionada con el alquiler de vivienda tiene que ver con los conventos de Toledo. El Consorcio de Toledo va a rehabilitar cuatro mini espacios –entre 37 y 60 m²– en estos inmuebles para destinarlos a alquiler de larga duración. IU habla de “zulos-vivienda”, sin que esté tampoco claro cuál será su precio ni si se priorizará a determinados colectivos a la hora de acceder a ellos.