El anunciado renacimiento demográfico de los pueblos tras el covid: “No ha sido para tanto”

El anunciado renacimiento demográfico de los pueblos tras el covid: “No ha sido para tanto”

El investigador Raúl Lardiés considera que con la pandemia “parecía que nuestras mentes iban a cambiar mucho e iban a hacer esta vuelta al medio rural, pero no ha sido así, tenemos una memoria muy corta”

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Hace cinco años que el confinamiento metió en casa a la población española. Esta situación se vivió de forma muy diferente para la gente que residía en ciudades o en pueblos, donde generalmente las casas cuentan con espacios abiertos. Esto, junto a ese primer verano en el que el único turismo posible era el intercomunitario, hizo que los habitantes de las ciudades pusieran el foco en los pueblos como lugar de residencia o, por lo menos, aumentaron los empadronamientos. 

Sin embargo, este renacimiento demográfico fue “más estadístico que práctico”, explica Raúl Lardiés, investigador de la Universidad de Zaragoza especializado en desarrollo rural. Lardiés expone que sí que se produjo un aumento en los datos, pero “no siempre se ha correspondido a gente que realmente reside en estos municipios, fue un ejemplo estadístico para sortear estas restricciones. Se pensó que iba a ser una oportunidad, el renacimiento demográfico de las zonas rurales y se ha comprobado que no ha sido para tanto”. 

Con la llegada del covid y el confinamiento “parecía que nuestras mentes iban a cambiar mucho e iban a hacer esta vuelta al medio rural, pero no ha sido así, tenemos una memoria muy corta”. Lardiés considera que el covid sí que fue una forma de que mucha gente se acercase a los pueblos y así mejorase la visión del mundo rural, aunque también lo achaca a campañas como el programa Leader, “hoy en día la calidad de vida de muchos pueblos es mucho más elevada que hace 30 o 40 años”. 

En la misma línea, el informe ‘Cambios de residencia en tiempos de COVID-19: un poco de oxígeno para el despoblamiento rural’ considera que la pandemia tuvo un “impacto notable” en los movimientos de población internos, pero “no supuso un cambio en los patrones de movilidad dominantes o una reversión de los procesos de despoblamiento rural. La mayor parte de los desplazamientos se produjeron entre ciudades y dentro de ellas, igual que antes de la pandemia, Por otra parte, todo apunta a que los cambios observados fueron temporales”. Destacan el caso del Pirineo Aragonés, donde sí que se observa que se recibió más población de la que se marchó. 

Más servicios e infraestructuras

En octubre de 2020, un estudio de la Universidad de Almería, llamado ‘Covid-19 ¿Oportunidad para volver al mundo rural en España?’ consideraba que la pandemia podría ser un “revulsivo” para que se produjese una vuelta de los habitantes de las zonas urbanas a las rurales. Sin embargo, reiteraron que es “indispensable articular una serie de mecanismos para internalizar los efectos positivos que se derivan de unas condiciones climáticas y atmosféricas apropiadas. Esto permitirá que los municipios rurales decidan apostar por el mantenimiento de este tipo de infraestructuras, creando nuevos yacimientos de empleo que desemboque en una dinamización de la población”. 

Consideran también necesario que los municipios cubran todo tipo de necesidades básicas, “prestando especial atención al estado de las infraestructuras de telecomunicación”. En un contexto de pandemia global es esencial que haya conexión de banda ancha en todos los territorios rurales y de esa forma tener acceso en un mundo globalizado“. También reiteran la importancia de impulsar el teletrabajo. ”Todo ello puede suponer el resurgir de muchos de los municipios rurales españoles. Pese a esta oportunidad, todavía la población es muy urbanita y poco rural“. 

Lardiés explica que las zonas rurales tienen dos problemas: las migraciones y el crecimiento vegetativo. La movilidad de las personas se une a la falta de natalidad y el incremento de la mortalidad. “Es necesaria la revitalización demográfica. La población no va porque estamos en una sociedad cada vez más centralista, una concentración en Aragón tenemos muy claro este ejemplo, cada vez las pocas ciudades ganan población frente a un rural y sobre todo al rural más inaccesible que pierde claramente población”.

Añade que es el rural “más alejado” el que tiene más dificultades, debido a los problemas de accesibilidad y la falta de oportunidades económicas. Pone el foco en que los agentes económicos “no están optando por el medio rural, que sería la herramienta clave para que la gente pueda trabajar en los pueblos, es un factor básico, el económico, aparte de otros muchos como la accesibilidad, vida social, oferta de servicios, de equipamientos, y factores de tipo sociológico”, aunque también destaca que “la gente debe querer elegir libremente vivir en zonas rurales”. 

Lardiés expone que no es posible recuperar todos los municipios rurales de pequeño tamaño, “debemos apostar por mantener aquellos núcleos de tamaño demográfico intermedio, capitales de comarca que ejercen un papel rector en el territorio, esa red de municipios intermedios es muy importante para que todavía podamos seguir prestando muchos servicios”.