El PSOE se resigna en una campaña imposible en Extremadura con su candidato procesado
Gallardo clama por su inocencia en una competición electoral inédita, a la que llegó con un juicio a la vista por el supuesto ‘enchufe’ al hermano de Pedro Sánchez a través de la Diputación de Badajoz mientras que el presidente evita el tema en la campaña
El PSOE afronta el ciclo electoral con sus candidatos quemados
La política española va superando episodios inéditos. Primero fueron investiduras fallidas ante el fin del bipartidismo perfecto, después fue la victoria de una moción de censura, le siguió la ruptura del cordón sanitario a la ultraderecha heredera del franquismo y así sucesivamente. Y ahora la competición electoral de un candidato procesado: el socialista Miguel Ángel Gallardo en Extremadura.
Gallardo llega a las urnas del domingo a la espera de sentarse en el banquillo acusado de prevaricación y tráfico de influencias por la contratación del hermano de Pedro Sánchez a través de la Diputación de Badajoz, entidad que presidió durante diez años. La jueza procesó al dirigente socialista y a David Sánchez por una decisión que se produjo en 2017, cuando Pedro Sánchez acababa de recuperar el poder del PSOE, pero no tenía ninguna opción en ese momento de pisar La Moncloa.
Atrás quedan las promesas de dimisión con la apertura de juicio oral o el examen de la idoneidad de los altos cargos ante imputaciones que llenaron los reglamentos y códigos éticos de los partidos a raíz de los escándalos de corrupción, como Gürtel o las tarjetas black. En la cúpula socialista están convencidos de que hay lawfare, especialmente contra Sánchez y su entorno, y es lo que ven en el caso que afecta a Gallardo, que precisamente quedó blindado cuando se le complicó el futuro judicial.
En la dirigencia socialista tienen dudas, no obstante, de que esa situación haya sido la que ha sentenciado electoralmente a Gallardo, sobre quien en la cúpula del PSOE tenían dudas desde el principio. En todo caso, el partido de Sánchez se ha resignado en una campaña imposible que dan por perdida en el que ha sido tradicionalmente su bastión.
Aunque Sánchez ha sido el primero en mostrar su convencimiento en la inocencia de su hermano, de acusar a algunos jueces de “estar haciendo política” y de clamar contra la “pena de telediario” de sus familiares, ha obviado el tema en la campaña electoral. No ha hecho ninguna alusión en los mítines en los que ha compartido escenario con Gallardo y se ha centrado en sacar pecho de su gestión y de contraponer el suyo con el modelo del PP. La dirección federal del PSOE pretendía circunscribir el discurso a eso y los avances para Extremadura logrados en los gobiernos de Juan Carlos Ibarra y Guillermo Fernández Vara.
Sin embargo, Gallardo sí ha aludido a su situación y ha reivindicado su honestidad e inocencia cada vez que ha tenido ocasión. “Es verdad, querido presidente, que la derecha ha fabricado una gran mentira que nos ha hecho daño, que a mí personalmente me ha hecho daño”, dijo en su primer acto de campaña junto a Sánchez. El candidato extremeño reflexionó sobre la “casualidad o estrategia” de que un mes después de ser elegido secretario general y siete años después de la contratación de David Sánchez por la Diputación se presentara una querella por parte de una organización basado, aseguró, en un artículo periodístico “pagado por la Junta”.
“¿Qué querían? Desviarnos del camino, de las convicciones, del proyecto. Quien no te gana en las urnas intenta destruirte usando los juzgados”, lamentó Gallardo, convencido de que ninguno de los funcionarios que ha pasado por la instrucción ha constatado una orden para ‘enchufar’ al hermano de Sánchez.
“Lo verdaderamente inaudito es que una denuncia falsa impulsada por Manos Limpias siga abierta casi dos años después. Es cierto que estar procesado puede ser un problema y conlleva un riesgo, pero el riesgo mayor para la democracia sería permitir que una denuncia instrumental aparte del camino a un candidato. Si yo hubiera dado un paso atrás, si mi partido me lo hubiera pedido, le estaríamos enseñando el camino a la ultraderecha sobre cómo infiltrarse para elegir o derribar a los candidatos de la izquierda mediante denuncias falsas”, aseguró Gallardo en una entrevista en elDiario.es.
No sólo él aborda el asunto. La vicepresidenta y vicesecretaria general, María Jesús Montero, le arropó en un acto de campaña en el que le trasladó todo el apoyo y exigió que se deje de “acosar” a los compañeros. “Tenemos el mejor candidato, tenemos a un hombre bueno, a un hombre honesto sobre el que se desarrolla una campaña de difamación como la que desarrolla el PP también contra Pedro Sánchez y contra la gran mayoría de nosotros. Pero la verdad siempre se abre camino, Miguel Ángel, a veces a trompicones”, le dijo la número dos de Sánchez.
Algunos dirigentes socialistas ven errónea esa estrategia. “A Pedro Sánchez le sale bien porque hasta cierto punto es un mártir, pero Gallardo no es un mártir”, expresa un dirigente extremeño. El propio Gallardo ha reconocido que se equivocó al aforarse. “Cuando nadie entiende algo, el equivocado no es el mundo, sino uno mismo. Si se interpretó como un aforamiento interesado, es evidente que nos equivocamos”, admite en la entrevista en este medio. Y ese mensaje, es el que ha calado, según reconocen algunas de las fuentes consultadas.
A pesar de que parte con el viento en contra, Gallardo y el PSOE permanecen en la batalla y aprovechan para atizar a María Guardiola, que ha tenido contratado como chófer a su primo, condenado por violencia machista, y cuyo partido ha ocultado la denuncia de una concejala por el tratamiento machista de un alcalde. Los socialistas siempre dicen que se crecen al final de las campañas, aunque, en este caso, asumen que lo tienen complicado y aspiran a que Guardiola necesite a Vox para gobernar.