¿Se puede ganar unas elecciones haciendo el ridículo?

¿Se puede ganar unas elecciones haciendo el ridículo?

‘Política para supervivientes’ es una carta semanal de Iñigo Sáenz de Ugarte exclusiva para socios y socias de elDiario.es con historias sobre política nacional. Si tú también lo quieres leer y recibir cada domingo en tu buzón, hazte socio, hazte socia de elDiario.es

La frase de Upton Sinclair sirve para explicar tantas cosas que también puede aplicarse a María Guardiola. “Es difícil conseguir que una persona entienda algo cuando su salario depende de que no lo entienda”. La estrategia del Partido Popular en las elecciones de Extremadura que se celebran hoy no es muy diferente a la que Alberto Núñez Feijóo aplica a escala nacional. La democracia está a punto de perecer en España y cualquier hecho, cierto o falso, lo confirma. Si la realidad no colabora, se la tortura para que diga lo que interesa. ¿Se puede ganar las elecciones haciendo el ridículo? Sí, si convences a un número suficiente de personas que debe creer no lo que ve, sino lo que yo le digo que está viendo. 

El salario de Guardiola como presidenta de Extremadura depende de que consiga asegurarse la mayoría absoluta. Si el PP fracasa en ello, pero obtiene más escaños que toda la izquierda, le serviría con que Vox se abstenga en la votación de investidura. Un día después, tendría el mismo problema que el que tenía un día antes de que convocara los comicios. Eso ahora le da igual. Para dar el último impulso, manipuló un robo en una oficina de Correos con el objetivo de vender una inmensa conspiración inexistente. La Guardia Civil lo negó. No importa. Ella siguió con la farsa. Quizá le sea suficiente para conservar el sueldo.

Todos los debates sobre la crisis de la democracia liberal en Europa son una pérdida de tiempo si al final los primeros que se dedican a denigrarla son los políticos que se juegan el puesto en unas elecciones. No se puede pedir a los ciudadanos que respeten las instituciones cuando los políticos en la oposición se inventan historias para desacreditarlas. 

Guardiola reapareció el viernes en la campaña fantasma que ha realizado, no para dar un mitin, sino para pasearse por la séptima localidad de la provincia de Cáceres. Ya se sabía que los ladrones que se llevaron la caja fuerte de la oficina de correos de Fuente de Cantos sólo estaban interesados en el dinero que contenía, 14.000 euros. También se sabía que los 124 votantes cuyos votos estaban en la caja podrían volver a enviar sus papeletas, por decisión de la Junta Electoral de Badajoz (ya lo hicieron 122, según Correos). La líder del PP extremeño no iba a permitir que los hechos arruinaran su denuncia ficticia. “No hay derecho a que haya personas que no puedan ejercer su derecho a voto”, dijo. Era falso y lo sabía.

En un claro ejemplo de imputar a los demás lo que ella estaba haciendo, se puso arrogante y afirmó que estaba viendo “mucho nerviosismo” y “pocos valores, poca ética, juego muy sucio”. La que estaba de los nervios era ella. Había diseñado una campaña absentista con muy pocos mítines, volcada en subir vídeos a las redes sociales y reducida al menor número posible de contactos con los votantes. Guardiola no da para mucho en las distancias cortas y acercarle un micrófono puede ser un deporte de riesgo. Hasta en Génova pensaban que era un error renunciar al debate con los candidatos del PSOE, Vox y Unidas por Extremadura. 

El debate, por cierto, tuvo un dato muy bueno de audiencia en Extremadura, un 17,7%. para un programa que es difícil considerar de entretenimiento. Fue una oportunidad que Guardiola desperdició y que puede favorecer a los otros partidos.

“Usar una presidencia autonómica o la presidencia de un partido político para poner bajo sospecha el escrutinio electoral sin un solo indicio o una sola prueba en serio –dijo Carlos Alsina el viernes en Onda Cero– son ganas de dejar claro cuáles son tus prioridades y a qué estás jugando”.  

Es gracioso, como también comenta Alsina, que Guardiola haya dicho que “nos quieren silenciar”. Ella se ha negado a conceder entrevistas a las radios, donde podían quedar patentes sus limitaciones. A pesar de que su agenda de mítines ha sido escasa y de que gozaba de mucho tiempo libre, las entrevistas que ha dado a medios escritos han sido pocas y con una duración no demasiado larga. No quiso participar en el debate televisivo principal de la campaña. Ha entendido que para ganar unas elecciones autonómicas en España no se necesita correr muchos riesgos. Con estar en el poder, te aseguras la mayor parte del resultado. 

Eso es más grave en una democracia que unos ladrones roben 14.000 euros en una oficina de Correos y dejen tirados un centenar de votos por correo.

Aforado y fracasado


Miguel Ángel Gallardo en Villanueva de la Serena el 19 de diciembre.

Guardiola no lo tendría tan fácil si el PSOE no estuviera en estado de coma en Extremadura. Los socialistas presentan a un candidato, Miguel Ángel Gallardo, que está procesado en el caso de la contratación del hermano de Pedro Sánchez en la Diputación de Badajoz. “Si yo hubiera dado un paso atrás, si mi partido me lo hubiera pedido, le estaríamos enseñando el camino a la ultraderecha sobre cómo infiltrarse para elegir o derribar a los candidatos de la izquierda mediante denuncias falsas”, dijo en una entrevista a este diario. No parece que la extrema derecha necesite incentivos de ese tipo para engrasar su maquinaria judicial. 

Lo que arruinó la credibilidad de Gallardo fue el intento tardío y chapucero de conseguir el aforamiento al convertirse en diputado de la Asamblea regional. Tuvo que forzar la dimisión de un diputado y de los cuatro candidatos que iban en la lista antes que él. Y no le sirvió de nada. El Tribunal Superior de Justicia de Extremadura rechazó asumir la causa, lo que hubiera retrasado la celebración del juicio, por considerar que la estratagema “apresurada y torticera” suponía un “fraude de ley o abuso del derecho”. 

El PSOE parece resignado a encajar el peor resultado electoral de su historia autonómica en una comunidad que no hace mucho era uno de sus baluartes. Estuvo cerca del 40% de los votos hace dos años y medio. Ahora se arriesga a perder diez puntos o más. Vox entró inicialmente con un consejero en el Gobierno de Guardiola y se fue muy rápido sin aportar prácticamente nada. Aun así, las encuestas creen que doblará su número de escaños. Unidas por Extremadura puede aumentar en uno o dos los suyos.

La gobernación de Extremadura será probablemente tan inestable como antes y con la misma presidenta. La que dijo “mi palabra es sagrada” al negarse a un pacto con Vox, porque no iba a dejar entrar en su Gobierno “a aquellos que niegan la violencia machista, a quienes usan el trazo gordo, a quienes están deshumanizando a los inmigrantes, y a quienes tiran a una papelera la bandera LGTBI”. Tras la correspondiente presión de la dirección nacional del PP, el giro fue completo. A Guardiola no se le ocurrió otra cosa que defenderlo con esta frase: “Mi palabra no es tan importante como el futuro de los extremeños”. 

Si lo admite ella, será cierto. No hay que fiarse mucho de su palabra.

La UCO hace deducciones

Una de las revelaciones del último informe de la UCO fue apuntar una conexión entre un alto cargo del Ministerio de Transición Ecológica con la trama de los hidrocarburos, especificamente con Víctor Aldama. Todo parte de una deducción, no de un indicio o prueba. Encontraron un rastro en un móvil de Aldama de la recepción de un mensaje enviado por un tal Manuel García Maroto, pero no su contenido. Los guardias civiles imaginan que fue por un error al guardar el contacto y que se trata de Manuel García Hernández, director general de Minas en el Ministerio, y de ahí pasan a decir que hubo una negociación entre ambos.

En realidad, se trata de un error. García Maroto es el nombre de usuario que el interlocutor de Aldama se puso a sí mismo en la aplicación, no el que le había otorgado el empresario al guardarlo entre sus contactos, explica Elena Herrera en el artículo. Pero hay algo más. García Maroto existe y es un empresario que ha tenido o tiene vínculos con Aldama en algunas sociedades, según la Cadena SER.

En teoría, eso no sería un drama en la medida en que es el juez quien decide qué elementos de los informes policiales son lo bastante sólidos como para ser relevantes en la instrucción del caso. Pero como los informes de la UCO aparecen ya en todos los medios –sólo les falta salir en la programación infantil de televisión–, ya tenemos a un nuevo Ministerio vinculado en los titulares a los negocios presuntamente delictivos de Aldama. Y por un mensaje de texto mal identificado y del que no se conoce el contenido. Me pregunto si la UCO lo considera un error o sencillamente otro día más en la oficina.