La Justicia condena al último fugado de una estafa que mezcló Loterías, herencias y falsas víctimas del 11M
La Audiencia de Madrid impone cuatro años de cárcel a un implicado en un engaño de ‘cartas nigerianas’ que estafó varios millones de euros a una docena de víctimas por todo el mundo desmantelada en 2009
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Los jueces han zanjado con una condena de cuatro años de cárcel uno de los casos más antiguos de estafas masivas de los tribunales españoles. Una organización que a través de las conocidas como ‘cartas nigerianas’ consiguió que una decena de víctimas de todo el mundo pagaran varios millones de euros para cobrar premios de Lotería o herencias que no existían. La operación policial se desencadenó en 2009, el primer juicio contra la mayor parte de los estafadores se celebró en 2019 y ahora la Audiencia Provincial de Madrid ha impuesto cuatro años de prisión a uno de los acusados que, después de pasar por prisión provisional, se esfumó durante varios años y fue detenido recientemente.
La investigación arrancó en 2008 con la denuncia un matrimonio estadounidense. Un año antes, según contaron al FBI, habían recibido una carta con una oportunidad inmejorable: un hombre con un apellido igual al suyo había fallecido en los atentados del 11M en Madrid y podían sacar del banco su herencia de 77 millones de dólares. El marido, enfermo terminal en ese momento, prefirió olvidarse del asunto. Pero la mujer, que quería dinero para enviar a su hija a la universidad, picó: pagó hasta dos millones de dólares en supuestos trámites necesarios para desbloquear el dinero e, incluso, llegó a viajar a Madrid.
El dinero nunca apareció y ella denunció después de quedarse sin dinero y verse obligada a vender su casa. “No tengo trabajo ni dinero para cuidar de mi marido y de mi hija, me quieren quitar la casa, me están quitando todo el dinero que mi marido y yo hemos ganado trabajando toda la vida, no me queda nada”, suplicó por teléfono a los estafadores. Nunca recuperó el dinero, pero su testimonio abrió la investigación: la Policía pinchó teléfonos, intervino mensajes y vigiló a la trama hasta su desarticulación en marzo de 2009, con detenciones en toda la Comunidad de Madrid.
La investigación llevada por una jueza de Plaza de Castilla de Madrid —hoy destinada en Guadalajara— destapó cómo funcionaba el grupo. Enviaban miles de cartas de forma aleatoria por todo el mundo con el mismo esquema: una coincidencia de apellidos permitía a la víctima acceder a la herencia de un muerto en un accidente de tráfico en Barcelona, de un atentado terrorista en Madrid o cobrar un premio de Lotería a través de Hacienda. Fortunas abandonadas en bancos españoles que iban desde los 22 hasta los 77 millones de euros que requerían de un desembolso previo para poder desbloquearlos. Y una decena de personas contestaron a las cartas y dieron un dinero que nunca recuperaron.
Una de las cartas que proponían cobrar la herencia de una falsa víctima del 11M
Los mensajes y llamadas intervenidos a la trama revelan cómo cuidaban hasta el último detalle del teatro que hacían para que las víctimas creyeran que de verdad iban a cobrar millones de euros. Eran trasladadas a Madrid, alojadas en hoteles y llevadas incluso a ver en persona los montones de billetes que, supuestamente, iban a quedarse. Las denuncias llegaban al juzgado y la Policía desde Estados Unidos, Australia, Alemania, Francia, Canadá o Mónaco. Y para cuando arrancó la investigación, el dinero ya no estaba allí: había sido movido por cuentas de seis sociedades distintas o incluso blanqueado a través de la compra de coches y maquinaria pesada en Nigeria.
Una de las víctimas fue estafada con un falso premio de Lotería. Una carta le informó en 2006 de que había ganado más de 815.000 dólares en la Lotería española y que necesitaba pagar 1.680 dólares para cobrar el premio. A ese primer abono le siguieron otros hasta que pagó 130.000 dólares por un boleto de Lotería cuya numeración ni siquiera se correspondía con la de un boleto real. “Agoté todos los ahorros de mi vida, pedí prestado a bancos y amigos”, explicó Stanley G. desde Illinois.
La organización tenía todo tipo de sellos falsos para dar más credibilidad a sus documentos. Desde la Fiscalía Anticorrupción hasta Caja Madrid pasando por el Ministerio de Hacienda, Prosegur, la Policía Nacional, el Banco de España y la propia Loterías. Los registros dimensionaron el carácter masivo de la estafa: cientos de cartas preparadas para enviar mientras los mensajes internos desvelaban cómo el grupo manejaba miles de datos de personas a los que intentar engañar: “Voy a pedir unas 1.000 direcciones para probar suerte”, decía uno de los imputados por teléfono mientras la Policía escuchaba.
El último condenado 16 años después
La investigación arrancó bajo secreto en 2008 y las detenciones se desencadenaron un año después. Buena parte de los imputados estuvieron en prisión provisional hasta 2010 y varios de ellos se esfumaron mientras la investigación se atascaba durante una década en un juzgado de la Plaza de Castilla de Madrid. El primer juicio, celebrado en enero de 2019 en la Audiencia Provincial, dejó 11 personas condenadas a penas de cárcel que, en los casos más graves, superaban los 13 años de cárcel por delitos de asociación ilícita, falsedad documental, estafa y blanqueo. Este último delito acarreaba, además, sanciones de siete millones de euros por cabeza.
No todos los acusados se sentaron en el banquillo en el primer juicio: varios estaba en rebeldía y en paradero desconocido. Una mujer, por ejemplo, fue juzgada y condenada dos años después tras reconocer que su papel en la organización consistía en atender a las víctimas que viajaban hasta Madrid y dar credibilidad a la estafa: recoger a los afectados en el hotel, llevarlos a los falsos centros de negocios disfrazados de oficinas e, incluso, enseñarles cajas de seguridad con el falso premio de Loterías.
Denuncia de un hombre estafado con un falso premio de Lotería de 815.000 dólares
El último juicio se celebró en la misma Audiencia Provincial de Madrid a mediados del pasado mes de octubre. Un hombre, que desapareció mientras la causa se tramitaba y fue detenido en los últimos meses, compareció para declararse culpable de un delito de asociación ilícita, otro de estafa en concurso con falsedad documental y un último delito de blanqueo de capitales. Un total de cuatro años de cárcel y multas que, gracias al delito de blanqueo, superan entre todas los siete millones de euros.
Las sentencias del caso reflejan también el destino de la decena de víctimas que dieron sus ahorros para cobrar premios de Lotería o herencias que ni existían ni les hubieran correspondido en caso de ser haber sido reales. Las sentencias obligan al total de 14 condenados a devolverles su dinero, una cantidad que en los casos más graves supera holgadamente el millón de euros. Fuentes del caso explican a elDiario.es que, a día de hoy, ninguno ha recuperado más de un 10% de su dinero.