Un pueblo de 39 habitantes logra frenar tres macrogranjas: «Que seamos pequeños no significa que nos vayan a ganar»

Un pueblo de 39 habitantes logra frenar tres macrogranjas: «Que seamos pequeños no significa que nos vayan a ganar»

El INAGA ha dado la razón a los vecinos y ha desestimado la solicitud de autorización ambiental integrada y declaración de impacto ambiental para las tres instalaciones porcinas que se proyectaban en Navardún

Preocupación entre vecinos por la posible utilización de agua de boca para una explotación porcina

Navardún, un pueblo zaragozano de 39 habitantes, ha conseguido frenar la instalación de tres macrogranjas en su localidad. Las tres explotaciones sumaban 16.400 cabezas de ganado y la oposición vecinal ha sido clara desde que se conoció la noticia. Leire Mendive, la alcaldesa de la localidad, explica que cuando tuvieron constancia del primer proyecto, de 2.000 cabezas, se organizaron y ella fue la que lideró el movimiento vecinal: “Nos pusimos a trabajar y conseguimos que declararan la nulidad de la concesión de esa licencia, el promotor nos interpuso un recurso contencioso-administrativo y estamos a la espera de que se dicte sentencia”.

Poco después, supieron que el mismo promotor, aunque con una razón social diferente, había iniciado la tramitación para construir dos granjas independientes de 7.200 cabezas cada una, “nos quedamos estupefactos”. Según ha adelantado El Periódico de Aragón, el INAGA ha desestimado la solicitud de la autorización ambiental integrada y evaluación de impacto ambiental de los dos proyectos y, por el momento, ha dado la razón a los vecinos: “El procedimiento no se ha llevado a cabo como correspondía, y por eso nos están dando la razón. Tres de tres, algo de razón tenemos que tener”.

La alcaldesa explica que están “contentos pero con mucha prudencia” porque no descartan que la empresa promotora acuda a los juzgados, aunque en primer lugar han interpuesto un recurso de alzada contra la resolución del INAGA. Reivindica la lucha vecinal que ha permitido lograr estas resoluciones, “que seamos pequeños no significa que nos vayan a ganar, estamos muy capacitados y seguros”.

Explica que presentaron ante el INAGA un informe de incompatibilidad urbanística porque “no se respetan las distancias”. El argumento de la empresa promotora es que las instalaciones se encuentran a 298 metros de Gordués, un pueblo deshabitado que pertenece al municipio de Navardún. Exponen que “no tiene la consideración de núcleo urbano por estar deshabitado y carecer de servicios”. Sin embargo, el INAGA concluye su resolución exponiendo que “Gordués es un núcleo de población”. Añade que la distancia a la que se proyecta la instalación ganadera es “muy inferior a 1 km que se regula en el Anexo V del Real Decreto 306/2020 sobre normas básicas de explotaciones porcinas intensivas. Este incumplimiento de distancias de la normativa sectorial aplicable es la cuestión primordial para determinar el sentido desfavorable a la instalación para esta ubicación, además del informe de no compatibilidad urbanística, que en aplicación del artículo 53.3 de la Ley 11/2014, de 4 de diciembre, de prevención y protección ambiental de Aragón”.

El INAGA resuelve desestimar la solicitud de autorización ambiental integrada y declaración de impacto ambiental para la instalación de una explotación porcina de cebo con una capacidad de 7.200 plazas promovida por Aldamola Gordués S.L, “por incumplimiento de distancias al núcleo de Gordués inferior a un 1 km” y “tener en consideración el informe de no compatibilidad urbanística del proyecto, emitido en fecha 4 de septiembre de 2023, por la arquitecta de la Mancomunidad de las Altas Cinco Villas (Zaragoza), a petición del Ayuntamiento de Navardún”.

Mendive añade que es un entorno que sufre de una “gran sequía y es una zona protegida de muchas especies animales”. Denuncia también la contaminación ambiental que habría supuesto este proyecto, “no cuentan con terreno para verter los purines. Habían llegado a acuerdos con agricultores, pero eso provocaría la contaminación de los acuíferos y del río Sella’”.

La alcaldesa sostiene que no están “en contra de la ganadería extensiva, pero en este caso es intensiva y se debe cumplir con la legalidad para poder establecerse”. Añade que para Navardún “esto supondría un nido de insectos, de moscas, más todo el olor que ello supone, habría condenado a los pueblos a la desaparición; la gente no vendría. Eso genera que los pueblos se mueran, somos una zona muy desfavorecida y estamos intentando hacer que la gente venga a visitarnos y a vivir aquí, esto haría el efecto contrario”.