‘Mater dolorosa’ busca escena: un premiado texto teatral sobre la gestación subrogada, sin compañía

‘Mater dolorosa’ busca escena: un premiado texto teatral sobre la gestación subrogada, sin compañía

“Detrás de las personas que acuden a cumplir su sueño no podemos olvidar que hay un negocio que mueve millones cada año», dice la dramaturga sevillana María Díaz, que ganó el premio Ana Diosdado de la SGAE con su obra y que ahora busca compañía que lo lleve a escena

Los vientres de alquiler se abren paso entre sentencias del Supremo a la espera de una regulación que no llega

Que el teatro se nutre a menudo de asuntos de la actualidad política y social es algo bien sabido por los espectadores. Autores y autoras se inspiran en temas como la memoria histórica, la corrupción o la incidencia de las nuevas tecnologías para inspirar sus creaciones, sin rehuir ninguna polémica. Tampoco lo ha hecho la dramaturga María Díaz (Sevilla, 1986) con su obra ‘Mater dolorosa’, con la que obtuvo el V premio Ana Diosdado.

Un texto que aborda el fenómeno de la gestación subrogada desde distintas ópticas, con el objeto de abrir un debate que cree “muy necesario”. Lo curioso es que, acabada y premiada, a ‘Mater dolorosa’ no le está resultando fácil encontrar compañía que la lleve a escena. “Intentamos moverla por teatros públicos en busca de alguna coproducción, pero no hubo manera. Sí he podido hacerla en algunas lecturas dramatizadas, y es muy interesante ver las reacciones. No es una obra para espectadores de izquierda ni de derecha, ni a favor ni en contra, así que las preguntas que surgieron fueron de una disparidad impresionante”.

La idea de ‘Mater dolorosa’ surgió mientras cursaba sus estudios de Dramaturgia. “Tenía que escribir mi proyecto de fin de carrera y ese tema llevaba años rondándome”, recuerda. “Era algo que generaba en mí mucha contradicción, pero cuando me planteé escribirlo me di cuenta de que se trataba de algo verdaderamente complejo y que iba a requerir mucha investigación”.

En particular, algo de lo que Díaz quería evitar a toda costa era una visión maniquea del asunto. “No me interesaba para nada reflejar en mi escritura una historia de malos y buenos, no podía caer en esos roles. Mi intención fue entonces elevar el discurso y analizar lo que está pasando detrás de lo que vemos. Me centré en eso, en el mercado reproductivo y los intereses que lo mueven, y cómo aprovechan el deseo de las personas de ser padres y madres para saltarse a la torera un montón de leyes”, agrega. 

Profunda investigación

La escritura teatral es, para esta sevillana afincada en Madrid desde hace más de una década, “simplemente una manera de expresarme”, pero sentía que podía aportar mucho a un debate de candente actualidad. “Cuando acabé la investigación, tenía miedo de volcar todo lo que había aprendido y que acabara resultando un tostón, por lo que decidí poner toda esa información al servicio del juego escénico. Y ayudó mucho”.

Asegura Díaz que no le gusta caer en el discurso de qué tiene que hacer o decir el teatro en nuestro tiempo, “porque para mí es algo inmenso, pero personalmente tiendo a usarlo como reflejo de la sociedad”, subraya. “En el caso de la gestación subrogada, veo que es muy habitual colocarse a favor de una forma emocional, sin tener toda la información sobre la mesa. Por eso me parecía importante que la obra mostrase todo lo que no vemos y lanzara la reflexión al público. Hay muchas cosas que desconocemos y que, si se dieran a conocer correctamente, harían que la gestación subrogada no estuviera tan bien vista”.   

Cuando empezó con este proyecto, María Díaz no tenía a su alrededor ningún caso de gestación subrogada. “Me hubiera gustado contar con gente cercana en el proceso, pero no fue así. Hay quien ha recurrido a ella y lo esconde, pero en todo caso no supuso para mí ninguna limitación especial. Al final me pilló a mí misma en un momento personal muy reflexivo, planteándome si quería ser madre o no, y eso enriqueció la obra. La idea de maternidad que manejamos hoy día me llevó a preguntarme si el deseo de maternidad era algo mío de verdad, o algo que he ido recibiendo a nivel educacional. Y de ahí pasé a preguntarme cómo influye esta idea en las mujeres. El mero hecho de no saber responder a la pregunta de si ese deseo no es mío me generó mucha controversia y me ayudó a terminar”.

Realidad y ficción

El jurado del premio Ana Diosdado definió ‘Mater dolorosa’ como una propuesta donde la “teatralidad y la frescura se abrazan para visibilizar la maternidad y la presión que ejercen la sociedad y la familia para traer hijos al mundo”. Señalaba, además, que la pieza se presenta “desde una mordaz crítica a las clínicas de maternidad subrogada y a sus campañas publicitarias, con el humor muy presente”. 

La autora muestra a dos mujeres, “sus deseos como motor de vida desde los extremos de la transacción: todo ello, arropado por un coro de mises embarazadas de diferentes países, donde está permitido esclavizar úteros. Un nicho de negocio que se ejerce sobre el cuerpo de las mujeres desde el capitalismo”, afirman. Ante todo, este texto es una “reflexión sobre el deseo y el derecho, e invita a cuestionarse de dónde nace ese deseo, si es una construcción inculcada desde la infancia o si realmente se elige libremente”. “Habría que preguntarse si el derecho a ser madre o padre es un privilegio que ejercen quienes lo pueden comprar”.

“Después de haberla escrito, tuve la sensación de que me quedaba corta”, apunta Díaz. “Al poco tiempo pasó lo de Ana Obregón y me dije, ¿ves? La realidad siempre llega y lo supera todo”. 

Engranajes del sistema

La autora recalca que “detrás de las personas que acuden a cumplir su sueño no podemos olvidar que hay un negocio que mueve millones cada año. Y quienes optan son engranajes de ese sistema. Los partidarios aseguran que las personas que gestan a los hijos para cederlos luego lo hacen porque quieren, pero ¿qué hacemos porque queremos, y qué porque estamos condicionados por nuestra situación económica, social, educativa, etc.?

De momento, María Díaz tiene en cartel ‘Farra’ con la Compañía Nacional de Teatro Clásico y la Compañía de Lucas Escobedo, mientras espera la ocasión para llevar ‘Mater dolorosa’ a escena. “Siempre hay textos guardados esperando su momento. Ahora estoy en una etapa más mía, en proceso de saber qué nuevos textos puedo generar, optar quizá a alguna beca, preguntarme de qué me apetece escribir”.