
Fernando Colomo, cineasta: «Me gusta que el actor tenga libertad, no controlarlo con ‘técnica’ como una marioneta»
El director y productor audiovisual imparte esta semana un curso de interpretación en Santander: «La televisión ha cambiado mucho más que el cine, que ha cambiado quizás para mal»
Fernando Colomo (Madrid, 1956) es un referente de la comedia en España desde los tiempos de la movida madrileña. En el imaginario colectivo están películas como ‘Tigres de papel’, ‘Bajarse al moro’ o ‘Los Años Bárbaros’. Ha sido nominado cinco veces a los Premios Goya y al León de Oro en el Festival de Cine de Venecia, además de obtener galardones como el Premio Especial del Jurado del Festival de Cine de París o el Premio del Público en el Festival de Málaga por ‘Antes de la quema’. También ha producido las óperas primas de directores hoy en día consolidados como Fernando Trueba, Mariano Barroso, Icíar Bollaín o Daniel Calparsoro.
Según explica él mismo, es amigo del actor Javier Cifrián y acude a la llamada de los amigos. Por eso, Fernando Colomo impartirá estos próximos días en Santander un curso intensivo dirigido a actores y actrices para la Escuela de Cine y TV, que dirige el intérprete santanderino. Sobre la situación del panorama audiovisual, defiende que “la televisión ha cambiado mucho más que el cine, que ha cambiado quizás para mal”. “Los grandes ‘blockbusters’ son secuelas de secuelas y han perdido creatividad, mientras las series, que antes no tenían grandes estándares de calidad y eran casposas, ahora son de gran calidad”.
Es productor, actor, director, docente… ¿Qué importancia tiene esta última faceta en su vida?
Me dedico a ello esporádicamente, con poca continuidad, pero me gusta la docencia porque estudié en la Escuela Oficial de Cine, aunque no dirección, sino decoración, y luego he completado mi formación con cursos de interpretación y tipos de cámara. Creo mucho en los trabajos intensivos aportando mi experiencia y que ellos lo vean en la práctica. El peligro de lo teórico es que no sale bien cuando llega el momento de aplicarlo. Es necesaria la teoría, pero también la prueba para asimilar aquella.
Llega a Santander para impartir un curso intensivo de interpretación. ¿Cómo enfoca este tipo de actividades después de tantos años en la dirección?
En este caso, está un poco centrado en comedia, pero cualquier género me vale para la interpretación. Se trata de un taller con prácticas sobre escenas de Woody Allen, que tiene un cine muy coloquial, buscando una interpretación más naturalista y espontánea para que no sea solo memorizar.
El curso lo organiza una escuela dirigida por un actor que usted conoce bien, Javier Cifrián…
El curso lo doy por el director de la escuela, que ha trabajado conmigo, Javier Cifrián, que es un gran actor. Me llamó y acudí a su llamada. Fue protagonista de dos películas, entre ellas, ‘Próximo Oriente’.
Dígame un consejo básico para todo aquel que quiera dedicarse a la interpretación en el campo audiovisual.
Mi consejo básico es que se forme. La formación teatral es básica. Todos los grandes actores de Hollywood, salvo excepciones, vienen del Actors Studio. Es muy necesario tener una formación continua e insistir.
¿Y cómo se adapta la formación teatral a las rutinas y al lenguaje del cine?
A veces encuentro actores con formación, pero sin mucha experiencia. Por eso hago interpretación con la cámara y ante ella surge el trabajo colectivo. Luego hay otra fase, ya que los actores de teatro se sienten perdidos por las formas del rodaje.
Este año acaba de estrenarse ‘Las delicias del jardín’, un film en el que hace las veces de actor y comparte cartel con su hijo Pablo. ¿Se trabaja con un hijo del mismo modo que con otro actor que no lo sea?
Me ha costado mucho adaptar la obra, que es sobre el mundo del arte. El guion lo he escrito con mi hijo, que es pintor, y se nos ocurrió enfocarlo sobre las relaciones padre-hijo de dos pintores. Es una película con un vínculo universal, pero también sobre la competitividad en el ámbito profesional. Al principio, él no la iba a interpretar, pero nos fallaron actores y le animé a que lo hiciera. El resultado ha sido una película muy especial para mí porque somos los dos los actores principales y los guionistas.
¿Y vuelve a echar mano de actores profesionales y no profesionales?
Verme rodeado por amigos actores como [Carmen] Machi, [Antonio] Resines y [Luis] Bermejo nos ha ayudado también a hacer la película. También hay actores naturales, como los pintores Antonio López y Javier de Juan, que hacen de sí mismos. Es una experiencia, pero ya había hecho algo parecido en ‘Isla Bonita’, aunque aquí hemos trabajado el guion mucho más. Han sido tres años de trabajo, pero hemos dejado la puerta abierta a la improvisación.
¿Hasta qué punto da rienda suelta al actor en el plató?
Me gusta que el actor tenga libertad, no solo controlarlo con la ‘técnica’ como si fuera una marioneta. Primero hay que plantear la escena con los actores y la cámara ha de adaptarse a ellos. La mezcla de actores es muy atractiva, porque se imitan unos a otros: eso permite la inspiración y da seguridad.
Mi primera película data de hace 48 años. Hay muchas cosas en común, pero he ido aprendiendo cosas: a no perder la ilusión de hacer algo nuevo y diferente. Siempre intento hacer algo nuevo
¿Cómo recuerda al Fernando Colomo de sus inicios?
Mi primera película data de hace 48 años. Hay muchas cosas en común, pero he ido aprendiendo cosas: a no perder la ilusión de hacer algo nuevo y diferente. Siempre intento hacer algo nuevo.
Como productor ha impulsado muchas carreras y muchas películas. ¿Cómo ejerce esta faceta actualmente?
Sigo produciendo, pero es más difícil por el sistema actual, controlado por la puntuación [baremación de proyectos a la hora de obtener ayudas], es una cosa loca. Se ha vuelto todo muy burocrático. Luchar por conseguir puntos para obtener subvenciones frena a la gente nueva y yo ahora es como si lo fuera porque me he caído, levantado y es como si empezase.
Pero en el pasado le fue bien produciendo…
La gran mayoría de lo que he producido son películas que han ido bien. Me encantaría seguir produciendo porque tengo cierta experiencia y vista.
¿Le seduce el mundo de la televisión, de las plataformas, de las series?
El mundo de las series es muy interesante y sí que me gustaría hacer series. Tengo algún proyecto que pelearé por sacar adelante. Lo audiovisual es un mundo más rico que nunca y las películas se han quedado ‘cortas’. La televisión ha cambiado mucho más que el cine, que ha cambiado quizás para mal, en donde los grandes ‘blockbusters’ [éxitos de taquilla] son secuelas de secuelas y han perdido creatividad, mientras las series, que antes no tenían grandes estándares de calidad y eran casposas, ahora son de gran calidad.
¿En qué está trabajando ahora?
No me gusta parar y trabajo en un nuevo guion, pero no puedo adelantar nada de él porque soy supersticioso…