Hallan en unas obras en Barcelona los restos de un barco hundido hace 500 años

Hallan en unas obras en Barcelona los restos de un barco hundido hace 500 años

Durante las obras del párking de la Ciutadella del Coneixement se ha descubierto el esqueleto de un barco del siglo XV o XVI, de unos diez metros de largo

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Un pedazo de la historia marítima de Barcelona ha emergido de las profundidades de una obra municipal. Cerca de la playa de la ciudad, al lado del Parque de la Ciutadella, ha sido hallado el esqueleto de un barco que data de los siglos XV o XVI.

Bautizado como Ciutadella I, el barco se descubrió el pasado 8 de abril entre las obras del párking de Barcelona Serveis Municipals (BSM) en la futura Ciutadella del Coneixement, en el antiguo Mercat del Peix. Los trabajos se encuentran a una profundidad de 5 metros bajo el nivel del mar. Hace medio millar de años, esta parte de la actual trama urbana barcelonesa era todavía agua.

Los restos hallados, un esqueleto de 10 metros de largo y 3 de ancho, consisten en la parte inferior del barco conformada por una treintena de cuadernas y siete andanas de madera. Las piezas están unidas mediante clavos en algunos casos de madera y en otros de hierro.

Este es el segundo barco que se encuentra en la ciudad después del Barceloneta I, descubierto en 2008 y datado del siglo XV. En ese caso se encontró durante unas excavaciones al lado de la Estación de Francia. Actualmente se conserva en el Museu d’Història de Barcelona.

Una construcción de tipo mediterráneo

Todo lo que se sabe del Ciutadella I, apenas quince días después del descubrimiento, es que padeció un naufragio o un hundimiento por abandono y que fue arrastrado hacia su enclave actual, cerca de donde estaba el muelle artificial de piedra. También se ha podido comprobar que el tipo de construcción, conocida como “a esqueleto”, es mediterráneo, a diferencia del Barceloneta I, que era atlántico.

Las excavaciones han ido a cargo de la empresa Arqueòlegs.cat, bajo la dirección del arqueólogo Santiago Palacios y la restauradora Delia Eguiluz. Además, el proyecto está supervisado por el Servicio de Arqueología del Ayuntamiento de Barcelona.

Según han explicado ambos, el derelicto –así se conocen los artefactos hundidos en terminología arqueológica– se encuentra en un estado de conservación muy frágil debido a que la madera está empapada de agua. Para evitar que se seque y se degrade, los trabajadores la mantienen parcialmente cubierta de arena y la riegan de día manualmente y de noche con un sistema automatizado.

En estos momentos, según han explicado Palacios y Eguiluz, se están llevando a cabo trabajos de documentación tridimensional, marcaje de piezas y toma de muestras. El objetivo final será su traslado, pieza por pieza, para las tareas de conservación definitivas, algo que puede alargarse entre tres y cuatro años.

Los arqueólogos esperan además hallar más información sobre el barco a partir del análisis de la brea de la madera, que podría indicar de dónde procedía la embarcación. En el caso del Barceloneta I, era de origen cantábrico, probablemente vasco.

Las tareas arqueológicas han hecho aflorar en paralelo –y muy cerca del barco– restos orgánicos de piñas enteras y avellanas también de los siglos XV o XVI. Sin embargo, no se puede afirmar que tengan relación con la embarcación.

En cuanto a las obras del equipamiento de la Ciutadella del Coneixement, al lado del parque y de la Universitat Pompeu Fabra (UPF), se mantienen con el mismo calendario. En esa parcela de 7.000 m2 se ubicará un polo de investigación científica con el Parc de Recerca Biomèdica de Barcelona (PRBB), el CSIC y la UPF. La primera fase de la obra, la construcción del subsuleo, finalizará a inicios 2026.