
Bala charla con Bad Religion: «EEUU no es especial. La mitad del país es gente de mierda, como en cualquier otro sitio»
Brian Baker, guitarrista de la banda estadounidense, asegura en una conversación con Anxela Baltar para elDiario.es que en la escena musical sigue habiendo hombres que son unos «cerdos misóginos»
Trump avisa al mundo tras 100 días en la Casa Blanca: “Acabamos de empezar, nada frenará mi misión”
Bad Religion, la banda estadounidense emblema del punk-rock, está de gira para celebrar 45 años de trayectoria. Va a hacer siete paradas en la península ibérica y la segunda de ellas, el 10 de mayo, los lleva a A Coruña (antes estarán en Bilbao y después, en Lisboa, Madrid, Málaga, València y Barcelona). Antes de los conciertos, el guitarrista principal, integrado en el grupo desde mediados de los 90, Brian Baker, charla para elDiario.es con Anxela Baltar, cantante y guitarrista del dúo gallego Bala y fan de Bad Religion, que preparó las cuestiones que le apetecía plantearle al músico estadounidense a través de una videoconferencia.
Baker y Baltar reflexionan sobre lo que les ocurre a los músicos cuando se bajan del escenario, sobre su identidad, sobre la responsabilidad cuando tocan, sobre el machismo que sigue atravesando el sector de la música y sobre el gobierno de Donald Trump. La crítica social y política es un tema recurrente en las canciones de Bad Religion y el guitarrista habla con ganas de lo que está pasando en Estados Unidos. Dice que hay un “mito”, que él rechaza, sobre que es un lugar especial y es duro con la mitad de sus compatriotas, a los que llama “mierda” por haber apoyado a Trump. Contra ese gobierno “horrible y lleno de odio” pide no callarse y perseverar en la oposición a sus argumentos. Baltar habla del agotamiento que les produce a ella y a la batería de Bala, Violeta Mosquera, seguir escuchando comentarios machistas sobre cómo tocan, después de una década de historia con su banda y cuatro discos, el último de ellos, Besta, publicado hace un año.
Anxela Baltar: Yo soy la cantante y guitarrista de la banda Bala y hay una conexión graciosa entre nosotros: no sé si lo recuerdas, pero cuando visitaste el programa La Resistencia, David Broncano te puso una de nuestras canciones. De alguna manera, ya nos conocemos.
Brian Baker: Pues sí, exacto, ya nos conocemos.
Anxela Baltar: Sé que te entrevistan a menudo, así que intentaré que esta conversación sea interesante. A veces siento que gritar sobre el escenario es la manera de existir más honesta que he encontrado. Es muy liberador y, de alguna manera, el escenario es lo que le dá sentido a todo para mí. Con el cansancio, los viajes largos, estando lejos de la familia… ¿Para ti el escenario ha sido también una herramienta de supervivencia?
Brian Baker: Sí, totalmente. Es un propósito y algo que necesito hacer pero no puedo controlar. Para mí es, de alguna manera, como una sesión de terapia, pero la comparto con otras personas. Me he dado cuenta de que, cuando no estoy trabajando, cuando no estoy de gira, si no lo dejo salir, las cosas cambian en casa: tengo menos interés, menos curiosidad. Creo que este es el motivo de que esté en tantas bandas. Siempre hay algo en lo que estoy trabajando y esta experiencia ha sido toda mi vida desde que tenía 15 años. Y no he conocido otra forma de hacer las cosas. Pienso mucho en esto y creo que es una parte de mi personalidad que es innata.
Anxela Baltar: Llevas años haciendo giras. ¿Crees que el escenario te cambia o que revela quién eres realmente?
Brian Baker: No lo sé. A estas alturas sé que, especialmente con Bad Religion, toco para un montón de gente, y sé que cuesta mucho dinero venir, así que he desarrollado una especie de versión adicional en la que estoy pensando en esa persona que está a mil personas de distancia e intento más hacer un show, en el sentido de que quiero hacer un gran trabajo y estoy pensando si estoy afinado, si estoy cantando bien, si todas estas cuestiones mecánicas que no solían importarme una mierda… Como que antes era solo yo, yo… y ahora es nosotros, nosotros. No es por el negocio del espectáculo, sino que quiero que sea memorable, tocar la canción que a alguien le encanta, y quiero que el concierto suene bien. La gente ahora trae a sus hijos. Es más importante que mi rabia, mi terapia. Eso ahora es diminuto comparado con la imagen completa. Así que de verdad quiero que sea genial. Es un trabajo diferente, otro estilo.
Anxela Baltar: Tal vez con tus primeras bandas pensabas más en pasártelo bien tú y ahora piensas en otras cosas que también son muy importantes.
Brian Baker: Sí. El resto de la gente, la comunidad, son más importantes que yo ahora.
Anxela Baltar: Lo entiendo. También creo que la energía de la gente que va a verte es diferente en una sala de la que hay en un gran festival. Con Bala he tocado en salas muy pequeñas en las que la energía es cruda y directa. Ahora ya no pasa tanto y a veces lo echo de menos. ¿Tú también ansías ese tipo de intimidad en los directos?
Brian Baker: Sí, y por eso toco en bandas que no conoce nadie. Porque aún puedo tocar para 50 personas. Las dos son experiencias geniales y son muy diferentes. Me encantan ambas. Creo que es importante poder hacer eso. No sé si podría ser feliz tocando solo en grandes festivales porque es guay, pero no hay el mismo vínculo. Como decía antes, me preocupo por todas las personas que están ahí y, cuantas más son, más difícil es tener una conexión que de verdad sea eléctrica. A veces te preguntas por qué un artista da un concierto secreto o para cinco personas o lo que sea. Es porque es una conexión muy importante también, igual de importante, simplemente distinta.
Anxela Baltar: Sí, es diferente para el público, pero también para el artista. Como música, vivo con lo que mucha gente ve como una contradicción: en mi vida personal soy bastante tranquila y reservada, pero en el escenario me dejo llevar completamente, no hay nervios, solo pura libertad. Me siento muy poderosa, pero también muy vulnerable y me cuesta esta parte social que viene después, con los desconocidos que te quieren dar un abrazo o hablar contigo cuando lo único que quieres es un momento de calma fuera del escenario. ¿A ti te pasa algo así? ¿Cómo lo gestionas?
Brian Baker: También me pasa y la manera que tengo de afrontarlo es quedarme en silencio durante 15 minutos. Después ya hablo con la gente. Me llevó años y años darme cuenta de esto, de que está bien bajar del escenario y estar solo, en silencio, 15 ó 20 minutos y ver a la gente cuando estás listo. Así todo el mundo está contento. Entiendo perfectamente a qué te refieres. Dejas salir todo eso y necesitas un tiempo para… no es descansar, porque no es que estés cansado, es que has tenido una experiencia emocional y necesitas recomponerte y realinearte para volver a la persona que eres.
Anxela Baltar: No sé si son hormonas, la adrenalina, la dopamina…
Brian Baker: Sí, estoy convencido de que algunas sustancias químicas intervienen. Greg Graffin [el cantante de Bad Religion, que es profesor en la Universidad de California y se ha especializado en biología evolutiva] habla de que no estamos acostumbrados a tener a tanta gente mirándonos y hay una respuesta de huida: cuando un humano ve a 2.000 personas quiere escapar, pero cuando estás en una banda quieres ir hacia ellos. Él lo explica en un nivel médico y yo digo: “Tío, vale, pero yo simplemente necesito 15 minutos, beber un poco de agua y estar callado”. Pero sí, tiene sentido.
Anxela Baltar: Me gustaría hablar de la situación de las mujeres en la música porque, aún hoy, después de muchos años tocando, seguimos escuchando cosas como: “Tocas muy bien para ser una chica”. Es agotador. ¿Por qué crees que siguen existiendo estas actitudes? ¿Ha cambiado algo desde que tú empezaste?
Brian Baker: Ha cambiado drásticamente desde que yo empecé. Y el motivo de que esto [siga ocurriendo] es que los hombres son unos putos imbéciles. Son unos cerdos misóginos. Si honestamente crees que las mujeres no pueden tocar una maldita guitarra, eres un puto imbécil. El punk-rock ha hecho mucho por traer a las mujeres a la primera línea y dar oportunidades para que las mujeres toquen música y canten canciones. Esto es algo que me encanta del punk, que es muy inclusivo. Pero todavía hay estúpidos. Si tenemos la posibilidad de elegir teloneros, quiero que sea una mujer o personas racializadas, cualquiera que haya sido marginado en este sistema misógino del rock and roll.
Anxela Baltar: ¿Tú has visto cambios en la escena punk en lo que se refiere al género? ¿O sigue siendo un club de los tíos de siempre en algunos espacios?
Brian Baker: He visto que es mucho más un club para todo el mundo. Veo muchas mujeres tocando y muchas más bandas de mujeres ahora de las que había hace 20 años. Sigue habiendo un problema con el hardcore punk, con esta parte de actitud de matón, en la que se supone que son medio gánster, medio punkis-rockeros. Yo no vengo de ahí, mi punk-rock no es tipo gánster. Y ahora hay muchas bandas [de mujeres] en la conversación. Yo tengo 60 años y esto ha aparecido y hay centenares a las que no conozco porque ya no estoy tan metido ahí como antes. Creo que es positivo, pero no debería ser de esta manera. Y siempre queda trabajo por hacer.
Anxela Baltar: Nunca se termina… Y, sobre la situación política, también tengo curiosidad sobre una cuestión: a veces, en Europa, tenemos la impresión de que EEUU se está volviendo más difícil de interpretar, más impredecible. ¿Hay algo que la gente de Europa o de fuera de Estados Unidos suela entender mal sobre cómo son realmente las cosas allí en este momento?
Brian Baker: El problema es que hay una idea de que Estados Unidos es especial, o que es un sitio excepcional. No lo es, es igual que Hungría o España o Italia. Y la mitad del país, de nuestra gente, son mierda, son personas terribles, igual que en cualquier otro sitio. Estados Unidos no tiene nada de especial. Creo que es parte de la narración, de las películas y este concepto de la riqueza y que todo el mundo sigue pensando aún en la Segunda Guerra Mundial, pero eso fue hace 90 años. Este sitio está tan jodido como el tuyo. Hay que quitarle ese brillo y darnos cuenta… Una de las cosas que aprendí estando de gira por todo el mundo a lo largo de más de 30 años es que la gente es igual en todos lados. Y lo ves. La mala noticia es que la mitad de la gente de este país votó por esta administración horrible, incompetente y llena de odio y ni siquiera les importa realmente. Solo les preocupan sus propios asuntos… si tienen miedo de las personas negras, si tienen miedo de las mujeres. Es una mierda. Lo que hacemos las personas que a las que nos importa en Estados Unidos es seguir combatiendo a estas personas. Aún tenemos esperanza, no nos rendimos. Y lo ves ahora, con este desastre. […] Hay que perseverar. Siento que el mito de Estados Unidos se haya acabado.
Anxela Baltar: Es un punto de vista interesante porque creo que hay una idealización de Estados Unidos.
Brian Baker: ¡Brad Pitt, George Clooney, Beberly Hills, Holywood! Ya, pero no es así.
Anxela Baltar: Y, cuando el mundo te resulta abrumador, ¿qué es lo que te hace poner los pies en el suelo otra vez?
Brian Baker: Andar. Salir a dar un paseo. Salgo a caminar todos los días. Camino unas cinco millas (ocho kilómetros) al día, algo que en Europa tal vez no sea mucho, pero para los estadounidenses sí lo es. Si salgo a caminar una hora y media, simplemente para aclarar la mente, haga calor o frío o llueva, me ayuda de verdad. No es exactamente hacer ejercicio, pero es algo que llevo haciendo unos cuatro o cinco años y de verdad me ayuda a sacar la mierda de la cabeza. Sin escuchar música, solo escuchando tus pasos y mirando. Y tengo la suerte de que vivo en un lugar en el que puedo pasear por la playa y te pone los pies en la tierra: esta playa lleva aquí miles de años, a esta playa no le importo. También lo hago cuando estoy de gira. Salgo a pasear todos los días, me voy fuera de la ciudad. Si estoy en cualquier ciudad, por ejemplo, en medio de Barcelona, me alejo de los turistas, me voy a otras zonas, donde los edificios son más bajos. La experiencia es mejor.
Anxela Baltar: Tendría muchas preguntas, pero te voy a hacer unas rápidas, de verdadero o falso. La primera: el punk está muerto.
Brian Baker: Falso.
Anxela Baltar: Ser adulto es un acto de rebelión.
Brian Baker: Falso.
Anxela Baltar: Internet ha matado la escena.
Brian Baker: Falso.
Anxela Baltar: Bad Religion suena mejor ahora.
Brian Baker: Verdadero.
Anxela Baltar: Aún me siento rara detrás del escenario.
Brian Baker: Verdadero.
Anxela Baltar: Dime solo una palabra: ¿Cuál es el ruido más bonito que has escuchado?
Brian Baker: Un concierto de The Damned, en 1981.
Anxela Baltar: Si la civilización colapsara, ¿qué instrumento u objeto salvarías?
Brian Baker: No lo sé. Si colapsa, no necesito nada.
Anxela Baltar: En una frase, ¿cuál es tu declaración de intenciones para 2025?
Brian Baker: Sé amable.
Anxela Baltar: Y la última. Esta es para mí: dado que toco en drop C (afinación más grave de lo habitual, normalmente asociada a géneros como el stoner o el metal), ¿puedo decir que algunas de mis canciones son punk? ¿O tengo que devolver la placa y convertirme al sludge o al stoner para siempre?
Brian Baker: No, no, no. Puedes ser punk en drop C, eso está aquí [se señala la cabeza].