
Tomarse ‘la justicia por la mano’ contra la okupación en La Guardia: «Algunos se vienen arriba aplicando la ley del matón»
El desalojo «a palos» de un migrante que resultó herido ha sido jaleado por la alcaldesa del PP de este pueblo toledano. Mientras unos vecinos se felicitan por la acción y en las redes sociales se difunden mensajes de odio contra el «invasor», otros muestran su preocupación: «Tengo miedo del caldo de cultivo que se está generando»
Clima racista en la localidad jienense de Torredonjimeno por la muerte de un vecino tras un forcejeo con un migrante
Es 2 de mayo. Un numeroso grupo de vecinos de La Guardia (Toledo) se concentran ante una vivienda ocupada para proceder al desalojo de una persona migrante. Un movimiento “organizado”, relata María (nombre ficticio) a elDiario.es Castilla-La Mancha. El día anterior antes había circulado por WhatsApp un mensaje convocando a los vecinos a las puertas de la casa a partir de las 19 horas al enterarse de que una vivienda había sido ocupada.
Hubo varios momentos de tensión en el pueblo cuando el grupo vecinal presionaba al hombre para que desalojase la vivienda, según ha podido saber este medio.
“La algarabía tiró la puerta abajo. Fue expulsado de la casa a palos”, cuenta esta vecina entre indignada y preocupada por el hecho de que un grupo de gente del pueblo toledano se tomara “la justicia por su mano, en vez de dejarlo en manos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado”.
Puerta de la vivienda derribada en La Guardia (Toledo) de la que los vecinos desalojaron a un migrante
Según el relato de esta vecina, al migrante “le rociaron con un extintor y de los golpes se dice que le han roto una pierna. Al señor se lo llevaron en una ambulancia al hospital”.
En el lugar de los hechos se personó la Guardia Civil. “Aparecieron cuando el hombre yacía ya en el suelo”, relata María.
La persona migrante, un hombre, tendido en el suelo tras ser desalojado a la fuerza de la vivienda que ocupaba por un grupo de vecinos y vecinas
Fuentes de la Benemérita confirman que el día 2 de mayo, “a las 14 horas, un grupo de vecinos desalojó a la fuerza a un hombre de 42 años que había ocupado una vivienda, una segunda residencia en La Guardia”. Agentes de Illescas y de Ocaña establecieron un cordón de seguridad para su protección. El hombre había resultado herido y fue trasladado al Hospital de Toledo con lesiones leves en una pierna.
“Las felicitaciones de la alcaldesa” en un pueblo que ahora “está descontrolado”
Al día siguiente, 3 de mayo, la alcaldesa de La Guardia Marta Maroto daba las “gracias al pueblo”: “Ha demostrado una vez más que cuando estamos unidos no hay obstáculo que no podamos superar. Gracias por vuestra implicación, vuestra valentía y por no mirar hacia otro lado”.
A través de sus redes sociales personales la edil del PP se felicitaba por lo ocurrido y daba también las gracias “a la Guardia Civil, a los trabajadores del Ayuntamiento y a los autónomos locales que han hecho posible que la operación finalizase correctamente”. El Consistorio también publicó un comunicado oficial.
Según la edil, lo importante es que se ha recuperado “no solo una vivienda”, sino también “la tranquilidad, la dignidad, la justicia y el respeto por nuestra gente”, al relatar que habían sido “dos días intensos, de miedo, nervios e impotencia al ver cómo nuestro pueblo se veía afectado por la ocupación Ilegal contra la que he luchado desde mi anterior trabajo durante años”. Se refiere a su empleo –del que ahora está en excedencia– en un estudio de arquitectura dedicado principalmente a realizar proyectos de rehabilitación de viviendas que habían sido desocupadas. “He visto barbaridades como arrancar hasta el plato de ducha”, cuenta en declaraciones a este medio.
Ahora esta gente está totalmente descontrolada, ya no solo con comentarios racistas en el Facebook del pueblo, sino que están yendo a diferentes casas a acosar a personas por ser extranjeros
La otra cara de la moneda frente a las afirmaciones de la alcaldesa es lo que comentan vecinos como María. “Ahora esta gente está totalmente descontrolada, ya no solo con comentarios racistas en el Facebook del pueblo, sino que están yendo a diferentes casas a acosar a personas por ser extranjeros”.
Relata en concreto el caso de una pareja con tres niños pequeños. “Fueron a tirar piedras y golpear la puerta. Finalmente, el propietario de esa casa fue golpeado y no quiere denunciar, porque no quiere represalias”.
Hay quien lo justifica también en este caso. “Por algo será. Yo soy también extranjero y a mi casa no va nadie a pegar patas ni nada. Gracias”, responde otro vecino ante el mensaje de auxilio de la pareja.
“Está solicitando el amparo del pueblo, les está pidiendo que por favor lo dejen en paz y todavía le hostigan más”, lamenta María.
Del “hay que romperle la cabeza” a “levantarse contra el invasor”
En estos días las redes sociales de La Guardia han sido un hervidero de felicitaciones por lo ocurrido, pero también de mensajes racistas y de odio. “Hay que romperle la cabeza porque de no ser así se ríen de las gentes del pueblo en este caso”, justificaba uno de los vecinos en la serie de comentarios.
En el pueblo algunos también se congratulan de que un colaborador del programa televisivo Horizonte, que dirige Iker Jiménez, haya difundido lo ocurrido. “Curiosamente ha sido un 2 de mayo, lo cual evoca a una fecha en la que también los madrileños se levantaron contra un invasor. Ha sido Roberto Vaquero, (Madrid, 21 de mayo de 1986), político, historiador y escritor español, quien se ha hecho eco”, dice una de las personas que comentan lo sucedido.
Vaquero es el fundador de Frente Obrero un partido político radical, que difunde en sus redes sociales entrenamientos paramilitares y se opone frontalmente a lo que consideran una izquierda identitaria que antepone los derechos de las minorías, incluidos los inmigrantes, a los intereses de la clase trabajadora “española”.
“Mis felicitaciones a los vecinos de La Guardia (Toledo), que han expulsado por su propia cuenta a un delincuente extranjero de una vivienda ocupada. Bonita forma de celebrar el 2 de mayo. Siempre contra el invasor”, publicaba en uno de sus perfiles de las redes sociales.
Creo que el pueblo se puede convertir en un polvorín racista por estos personajes ultras que tenemos en él
“Así es como se debe actuar ante la pasividad del Gobierno, como puede haber una ley que ampare al que entra en tu vivienda y no le puedes echar, donde sea visto eso, solo en España”, decía otro vecino. “Si los políticos de turno no nos amparan y no nos protegen, tendremos que defender lo nuestro nosotros mismos”, decía otro.
“Ahora mismo tengo miedo del caldo de cultivo que se está generando. Hay personas de ultraderecha que se están viniendo arriba aplicando la ley del matón. Creo que el pueblo se puede convertir en un polvorín racista por estos personajes ultras que tenemos en él”, zanja María, la vecina preocupada.
“Mi pueblo no es racista”, afirma el portavoz del PSOE
El exalcalde de La Guardia y portavoz del Grupo Municipal Socialista Francisco Javier Pasamontes explica, en declaraciones a elDiario.es Castilla-La Mancha que se encontraba fuera trabajando cuando ocurrió. “Conozco bien la idiosincrasia de mi pueblo y no es en absoluto un pueblo racista. Este episodio no ha sido racista sino antiokupación”.
Sobre si este episodio ha podido desencadenar más tensión en el municipio y hostigamiento a otras personas migrantes no tiene datos. “Desconozco si eso ha podido traer algún coleo de este tipo, tal y como está saliendo en redes sociales. Pero en mi pueblo no hay racismo. Hay integración total de los inmigrantes que hay”.
En todo caso, rechaza que esta situación pueda ser “aprovechada para incitar al odio. Eso no lo quiere nadie. Sí es cierto que he visto en las redes a personas que no son del pueblo con logotipos de partidos de extrema derecha que han metido baza con comentarios, pero creo que la gente del pueblo no ha entrado a eso”.
La alcaldesa: “Nos vimos obligados a defender nuestro pueblo”
La alcaldesa de La Guardia, Marta Maroto, señala que la okupación de la vivienda, una segunda residencia de una vecina del pueblo que vive en Madrid, ocurrió el día 1 de mayo. A la casa entró, según su versión, una persona extranjera que afirma estar empadronada en Madrid y que “parecía no estar en planas facultades psicológicas” por su “comportamiento” con agentes de la Guardia Civil, personal médico y con ella misma.
“Decía que había comprado la llave por 1.500 euros y decía que quería vivir en el pueblo y que no iba a hacer daño a nadie”, apunta Maroto. Sin embargo, señala que tras la presión vecinal que se comenzó a ejercer frente al domicilio para que abandonase la vivienda, “se empezó a poner agresivo” y a “amenazar con un cuchillo en la mano con que iba a matar a todos”.
“Nos vimos obligados a defender nuestro pueblo”, justifica la alcaldesa sobre la acción de algunos vecinos del pueblo, sin esperar a la Guardia Civil. Señala que el varón pasó en la vivienda la noche del 1 al 2 de mayo. “Conseguimos que saliese de la vivienda y se fuese con la Guardia Civil. Había estado tomando pastillas, unos sedantes, y los mismos médicos le instaron a abandonar la vivienda para que fuera a hospital”, apunta.
Maroto explica que la propietaria, alertada por vecinos que notaron signos de movimiento y manipulación en la cerradura, presentó una denuncia desde Madrid, por lo que los agentes de la Guardia Civil se trasladaron hasta el domicilio, que resultó “vandalizado en su interior” y con “signos de que la cerradura hubiese sido presumiblemente manipulada”.
Sí es cierto que hay vecinos de esa misma calle que pueden sentirse incómodos porque puedan pensar que van a ir a por ellos, pero ni mucho menos
Sobre la intranquilidad que muestran vecinos como María ante la agitación de mensajes de odio en las redes sociales e incluso la denuncia de acoso a otro vecino también de origen extranjero la alcaldesa afirma no haber percibido “ningún comentario más allá del de la tranquilidad de los vecinos”, que “siguen viviendo en paz”.
“Sí es cierto que hay vecinos de esa misma calle que pueden sentirse incómodos porque puedan pensar que van a ir a por ellos, pero ni mucho menos”, agrega al tiempo que defiende que en La Guardia “todo el mundo es bienvenido proceda de donde proceda”.
“No he percibido ningún clima de nervios más allá de lo que ocurrió ese día… Entiendo que cualquier persona que tenga algún problema, de un lado o de otro, fuese a la Guardia Civil a denunciarlo, que es lo correcto en estos casos”, señala Maroto.
Sobre el hecho de si hay que tomar o no la justicia por la mano, la alcaldesa añade que le gustaría que “la ley fuese de otra manera” porque, a su juicio, “parece que protege más al propio okupa que al propietario de la vivienda, quien después de mucho sudor y mucho trabajo ha conseguido poder pagarla”. “Estamos encantados de que la gente elija La Guardia para vivir, pero para vivir dentro de la legalidad y del respeto”.